En una nueva edición de El Puente, el ciclo de entrevistas de Infobae conducido por Julieta Puente, el foco estuvo en el virus del papiloma humano (VPH). La ginecóloga Melisa Pereyra (MN 144.795) ofreció detalles clave sobre el tema y abordó inquietudes sobre el cáncer de cuello uterino, el diagnóstico y las estrategias para reducir el riesgo.
El vínculo entre el VPH y el cáncer de cuello uterino
Durante la entrevista, Pereyra explicó que “la infección por el virus del papiloma humano es una condición fundamental para poder desarrollar cáncer de cuello uterino, porque lo provoca la infección por este virus en el cuello uterino y también en otras áreas de los genitales”. También señaló que este cáncer ocupa el segundo lugar en incidencia entre mujeres.
Según la experta, el control ginecológico regular resulta esencial porque el VPH suele no causar síntomas perceptibles. “El VPH generalmente no da síntomas. El síntoma más evidente es cuando genera lesiones como verrugas en los genitales externos, si no no nos damos cuenta de que tenemos alguna lesión. Es en el Papanicolaou (PAP) y en la Colposcopía, donde nosotros podemos diagnosticar si hay lesiones provocadas por el virus”, detalló Pereyra. Recomendó realizar estos chequeos una vez por año, ya que mediante el estudio de las células el equipo médico puede detectar anomalías aún en ausencia de molestias.
Cómo se detecta el VPH y cuáles son sus síntomas
La consulta médica permite identificar el VPH incluso cuando no existen signos externos. La especialista señaló que “la única forma de saberlo es a través del Papanicolaou, que es un estudio de células del cuello uterino. El patólogo da un informe que dice si esas células están siendo modificadas por el VPH”. Destacó que las manifestaciones visibles en forma de verrugas en los genitales suelen tener diferentes formas y localizaciones, por lo que debe evaluarlas el personal de salud especializado.
Pereyra aclaró que “por lo general, toda verruga que aparece en el área de los genitales está provocada por el virus. Puede haber diferentes formas y presentaciones, algunas aisladas o ser un cuadro más florido”. Sostuvo que tanto hombres como mujeres deben consultar inmediatamente ante la detección de lesiones, ya que un diagnóstico precoz permite descartar o confirmar el VPH y diferenciarlo de otras afecciones benignas.
Las defensas bajas pueden favorecer que el VPH se exprese, según explicó la ginecóloga. Factores como el estrés y el tabaquismo influyen en la inmunidad, por lo que recomendó mantener hábitos saludables y adherir al esquema de vacunación contra el virus. “La vacuna es lo que nos va a permitir generar una situación inmunológica mucho mayor”, indicó, y recordó que la inmunización forma parte del calendario obligatorio a los 11 años.
Pareja, sexualidad y transmisión: mitos y prevención
Respecto del impacto en las relaciones de pareja, Pereyra desestimó la idea de que la detección del VPH indique una infidelidad reciente. Explicó que “no es un virus que se expresa inmediatamente apenas se transmite. Nosotros podemos tener el virus, que esté en nuestro cuerpo, y no expresar ningún tipo de lesión y no tener ningún tipo de inconveniente”. El VPH puede permanecer inactivo y manifestarse mucho tiempo después de su adquisición.
La ginecóloga detalló que el regreso a la actividad sexual tras un diagnóstico varía según la situación clínica: “Generalmente, cuando son verrugas genitales, se sugiere finalizar el tratamiento y que las verrugas ya no estén para poder retomar con la relación sexual. Si son lesiones en el cuello uterino, la actividad sexual puede continuar”.
Remarcó que el uso de métodos de barrera siempre es fundamental, ya que ayuda a reducir la transmisión: “El único método que nos protege y baja las tasas de transmisión es el método de barrera, como el preservativo o el campo profiláctico en el caso del sexo oral o el sexo de mujeres con mujeres”.
Al final de la entrevista, se remarcó la importancia de la prevención mediante estudios y controles periódicos, así como la vacunación, para disminuir la incidencia del cáncer de cuello uterino y las complicaciones derivadas del virus del papiloma humano.