Esta enfermedad crónica se distingue por placas rojas y escamas plateadas que aparecen en distintas zonas del cuerpo y pueden afectar tanto la salud física como la emocional (Freepik)

La intervención temprana puede modificar el destino de la psoriasis, una enfermedad crónica y subestimada que afecta a más de un millón de argentinos y a más de 60 millones de personas en todo el mundo, según datos difundidos en el marco del Día Mundial de la Psoriasis, que se celebra hoy.

En esta fecha, los especialistas insisten en que “la psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica, con impacto físico, emocional y social. Y, cuando no se trata a tiempo, puede progresar, empeorar y generar complicaciones potencialmente graves”, afirmó el Dr. Gabriel Magariños, médico dermatólogo y consultor en Dermatología del Hospital Houssay de Vicente López.

La Federación Internacional de Asociaciones de Psoriasis (IFPA) eligió este año el lema «Enfermedad psoriásica y comorbilidades» para llamar la atención sobre los riesgos asociados a la enfermedad, como las patologías cardíacas, la diabetes y los trastornos de salud mental.

Especialistas advierten sobre el impacto físico, emocional y social de la psoriasis, y la importancia de tratarla a tiempo (Imagen Ilustrativa Infobae)

La psoriasis, explican los expertos, es mucho más que una afección cutánea: se trata de una patología inflamatoria, crónica, sistémica, no contagiosa y de base inmunológica, que puede desencadenar un efecto dominó sobre la salud general. Las lesiones características —placas rojas cubiertas de escamas blancas y secas— suelen aparecer en codos, rodillas, tronco y cuero cabelludo, y la enfermedad puede asociarse a artritis psoriásica, enfermedad cardiovascular, obesidad, depresión y diabetes.

El Dr. Magariños subrayó que “muchas veces se la minimiza como una molestia estética o un problema menor de la piel, pero la realidad es muy distinta”. La enfermedad puede presentarse a cualquier edad y afecta por igual a hombres y mujeres. Suele manifestarse en ciclos, con brotes que duran semanas o meses, y los factores desencadenantes más frecuentes en personas con predisposición genética incluyen infecciones o lesiones cutáneas.

Durante años, los tratamientos se centraron en reducir los síntomas visibles, pero la medicina ha evolucionado hacia un nuevo paradigma: modificar el curso de la enfermedad.

Los tratamientos biológicos dirigidos a bloquear la interleuquina 23 permiten tasas de aclaramiento superiores al 90% (Freepik)

El Dr. Magariños explicó que la “intervención temprana es más que comenzar cuanto antes un tratamiento de alto nivel de eficacia y seguridad; hablamos de una actitud proactiva, integral, que requiere conocer bien al paciente, entender sus síntomas, sus riesgos y, también, sus expectativas”. Añadió que “cuando actuamos rápido, podemos evitar que la inflamación deje una huella irreversible, tanto en la piel como en las articulaciones y en otros órganos”.

Uno de los avances más relevantes en el tratamiento de la psoriasis ha sido el desarrollo de terapias biológicas dirigidas a bloquear la interleuquina 23 (IL-23). Estos medicamentos inhiben una molécula clave en la vía inflamatoria, lo que permite una reducción significativa de las lesiones cutáneas, con tasas de aclaramiento superiores al 90%. Además, el bloqueo de IL-23 contribuye a disminuir la inflamación sistémica, mejora el pronóstico articular y puede favorecer la restauración parcial de la función inmunológica alterada.

El momento de inicio del tratamiento resulta determinante. “En los estudios vemos que los pacientes que comienzan el tratamiento en fases tempranas tienen mejores tasas de respuesta sostenida, menos recaídas y menor deterioro articular. Es como apagar el fuego antes de que se extienda”, sostuvo el Dr. Magariños. No obstante, muchos pacientes no acceden a terapias adecuadas hasta que la enfermedad ya está avanzada, en parte por la subestimación del impacto de la psoriasis tanto por el sistema de salud como por los propios pacientes.

El inicio temprano del tratamiento reduce recaídas y deterioro articular, según el Dr. Gabriel Magariños (Freepik)

El Dr. Magariños advirtió que “son personas que convivieron años con lesiones sin diagnóstico, o que usaron solo cremas sin supervisión médica. En esos casos, el daño ya está hecho. Podemos mejorar mucho, pero no siempre lograremos revertir completamente la situación. Por eso, el abordaje debe ser integral y, cuanto antes empecemos, mejores serán los resultados”. Incluso la ausencia de lesiones visibles no garantiza la resolución del proceso inflamatorio: “esta ‘cicatriz inmunológica’ puede perpetuar la enfermedad y favorecer las recaídas, incluso en pacientes que en apariencia responden bien”, destacan los especialistas.

La IFPA impulsa una estrategia global de intervención temprana que abarca educación, diagnóstico precoz, derivación oportuna y acceso equitativo a terapias avanzadas. En el sector privado, la industria farmacéutica también refuerza su compromiso.

“Continuaremos investigando para ofrecer alternativas transformacionales que mejoren la calidad de vida de quienes conviven con esta enfermedad”, comentó Ariel Perelsztein, Director de Asuntos Médicos de Johnson & Johnson Innovative Medicine en Latinoamérica Sur.