Los alimentos picantes, como los chiles, ofrecen beneficios para la salud respaldados por la ciencia (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los beneficios para la salud de los alimentos picantes, en particular los chiles, han pasado de ser una cuestión de preferencia culinaria a convertirse en un tema de creciente interés científico. Según TIME, investigaciones recientes sugieren que incorporar estos ingredientes de forma regular y moderada en la dieta puede tener efectos positivos sobre el metabolismo, el control del peso y la prevención de enfermedades crónicas.

Expertos de instituciones como Harvard Medical School y la Cleveland Clinic Lerner College of Medicine respaldan estos hallazgos, aunque enfatizan la necesidad de adaptar el consumo a la tolerancia individual y evitar excesos.

Efectos respaldados por estudios científicos

De acuerdo con TIME, diversos estudios han vinculado el consumo habitual de chiles con una mejor salud general. Una revisión publicada en 2020 concluyó que las personas que los consumen con frecuencia presentan menor incidencia de obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes, así como un 25% menos de riesgo de mortalidad prematura en comparación con quienes los evitan.

El doctor Bo Xu, cardiólogo y autor principal del estudio, atribuye estos efectos a la capsaicina, el compuesto que da el picor característico. Xu explica que este elemento activa los receptores TRPV1 en las células nerviosas, lo cual estimula la liberación de adrenalina, incrementa la quema de grasas y regula los niveles de azúcar en sangre. Además, estos receptores tendrían un papel en el control de la inflamación, clave en la prevención de enfermedades crónicas.

Mecanismos biológicos: capsaicina, TRPV1 y microbioma

La capsaicina, principal componente activo de los chiles, no solo produce ardor, sino que también desencadena reacciones metabólicas y antiinflamatorias. Según TIME, su acción sobre los receptores TRPV1 induce la liberación de adrenalina, mejora la oxidación de grasas y favorece el control glucémico.

Además, la capsaicina parece modular el sistema inmunitario, lo cual reduce la inflamación sistémica, un factor de riesgo para enfermedades como la diabetes tipo 2 y afecciones cardiovasculares.

En relación con el microbioma intestinal, el doctor Long Nguyen, profesor asistente en Harvard Medical School, sostiene que los alimentos picantes pueden fomentar una mayor diversidad bacteriana. Esta diversidad promueve una digestión eficiente, fortalece la mucosa intestinal y mejora la defensa contra bacterias patógenas.

La capsaicina de los chiles activa reacciones metabólicas y antiinflamatorias en el organismo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Emma Laing, profesora clínica en la Universidad de Georgia, señala que estos efectos podrían traducirse en un metabolismo más saludable y mejor control del colesterol y la glucosa, aunque la mayoría de los estudios en este campo aún se han realizado en modelos animales.

Cómo introducir el picante en la alimentación

Los especialistas consultados por TIME coinciden en que el picante debe incorporarse gradualmente. La dietista Kiran Campbell sugiere empezar con chiles suaves como el poblano e ir aumentando la intensidad. “Empieza con poco y avanza despacio”, aconseja.

El consumo constante de capsaicina incrementa la tolerancia al picante. En aproximadamente una semana, los receptores del dolor en la lengua se adaptan, lo que permite disfrutar de chiles más picantes sin molestias. Además, los chiles de mayor intensidad contienen más antioxidantes, aunque variedades moderadas como el jalapeño también aportan beneficios.

Campbell recomienda incluir comidas picantes entre dos y cuatro veces por semana. Algunos estudios mencionados por TIME señalan que una frecuencia de hasta siete veces por semana también podría ser beneficiosa. No obstante, Xu aclara que aún no existe un consenso sobre la dosis ideal.

El profesor John Hayes, de Penn State, añade que el picante puede influir en el comportamiento alimentario: su investigación indica que la sensación de ardor hace que las personas mastiquen más despacio, lo cual puede reducir la ingesta calórica y mejorar el control glucémico.

Precauciones y efectos secundarios

El consumo excesivo de picante puede agravar el reflujo ácido y el síndrome de intestino irritable (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aunque los efectos positivos son prometedores, un consumo excesivo puede ser contraproducente. Según Nguyen, una ingesta elevada puede agravar síntomas de reflujo ácido o síndrome de intestino irritable, sobre todo si se introduce de manera abrupta.

Laing recomienda que cualquier modificación alimentaria se realice bajo supervisión médica. Llevar un registro de los síntomas puede ayudar a identificar el umbral de tolerancia individual. En muchos casos, el picante no es el único responsable de las molestias, por lo que se requiere una evaluación más completa.

Preparación adecuada de los chiles

La forma de preparar los chiles también influye en sus efectos. Según TIME, los chiles frescos conservan mejor sus propiedades que las versiones procesadas. Las personas que consumen chiles frescos picados muestran tasas más bajas de enfermedades como diabetes, cáncer y afecciones cardíacas.

Los pimientos rojos, más maduros y ricos en capsaicina que los verdes, conservan sus nutrientes al ser consumidos crudos o apenas cocidos. El asado puede aumentar la presencia de compuestos beneficiosos como los polifenoles. En la cocina vietnamita, por ejemplo, se emplean en salsas, aceites y como condimento.

La cocina vietnamita utiliza los chiles en salsas, aceites y como condimento, aprovechando sus propiedades saludables (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para reducir el picor, Mark Sanchez, presidente de The Chile Guy, sugiere quitar las semillas, que concentran la mayor parte de la capsaicina. Además, recomienda equilibrar la intensidad con sabores dulces o salados.

Hayes propone acompañar los chiles con grasas saludables, como aceite de oliva o productos lácteos, ya que neutralizan la capsaicina. Según su investigación, tanto la leche entera como la desnatada son eficaces para calmar el ardor. También son útiles combinaciones con guacamole, batidos vegetales o aceite de linaza.

Campbell recomienda preparar aceites infusionados con chile, mientras que Xu prefiere los chiles picados en salsas tailandesas. Por su parte, Laing sugiere acompañarlos con alimentos ricos en fibra o probióticos para optimizar la salud intestinal.

Picante y alimentación equilibrada

El disfrute del picante es esencial para mantener su inclusión en la dieta. Si el sabor no resulta agradable, es poco probable que se mantenga el hábito. Sanchez destaca variedades como el chile de Nuevo México o el chipotle por su equilibrio entre sabor y picor.

Pese a sus beneficios, los expertos citados por TIME advierten que el picante no convierte automáticamente una comida en saludable. Laing subraya que la clave está en la calidad nutricional global y destaca ejemplos como la dieta mediterránea, donde el equilibrio de ingredientes es determinante. “La comida picante puede encajar perfectamente en una dieta saludable”, concluye.