El gastroenterólogo y hepatólogo Saurabh Sethi, formado en Harvard y conocido por su amplia presencia en redes sociales, generó alerta al identificar ocho productos de uso doméstico cotidiano que podrían comprometer la salud intestinal, hormonal y cerebral.
Según Sethi, la mayoría de las personas se expone sin darse cuenta a químicos dañinos presentes en utensilios y productos básicos del hogar, que liberan compuestos tóxicos y microplásticos capaces de afectar el bienestar general.
1- Sartenes antiadherentes rayadas: peligro oculto en la cocina
Cuando las sartenes antiadherentes presentan rayaduras o astillas, su recubrimiento pierde eficacia y libera vapores tóxicos y microplásticos durante la cocción. Sethi advierte que estos utensilios deben sustituirse por alternativas como cerámica, hierro fundido o acero inoxidable.
Este consejo se refuerza con hallazgos del Centro Global para la Remediación Ambiental, donde científicos detectaron que, al usar sartenes rayadas, hasta 9.000 partículas de microplásticos pueden transferirse a los alimentos, con riesgos de cambios hormonales, infertilidad y mayor probabilidad de cáncer.
El ácido perfluorooctanoico (PFOA), presente en el teflón, fue catalogado como potencialmente tóxico por la Organización Mundial de la Salud, pudiendo afectar el hígado, el sistema inmunitario y tener efectos carcinogénicos. La advertencia es clara: utilizar sartenes en buen estado es vital para evitar la contaminación de la comida.
2- Botellas de agua de plástico: exposición inadvertida
El especialista advierte que, incluso en aquellas botellas rotuladas como libres de BPA, existe el riesgo de exposición a compuestos químicos y disruptores hormonales.
Esto se acentúa cuando el plástico se expone al calor. Para cuidar la salud, la mejor alternativa es utilizar botellas de acero inoxidable o vidrio, con el fin de evitar el contacto con sustancias potencialmente dañinas.
3- Velas aromáticas y ambientadores: compuestos volátiles y disrupción hormonal
Las velas aromáticas y ambientadores domésticos suelen tener ftalatos y compuestos orgánicos volátiles. Según Sethi, estos elementos pueden provocar inflamación y alterar las hormonas, además de causar problemas respiratorios como asma y EPOC por la exposición continua a fragancias sintéticas.
Las alternativas más seguras son las velas de cera de abeja, soja o difusores de aceites esenciales, así como mantener una adecuada ventilación para evitar la acumulación de sustancias perjudiciales.
4- Jabones antibacterianos con triclosán: daño a la piel y la salud
El triclosán, presente en muchos jabones antibacterianos, deteriora la barrera cutánea y puede afectar la salud intestinal de manera indirecta, al eliminar bacterias beneficiosas.
Investigaciones recientes, como la del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica de la Universidad de Chile, documentan que este compuesto puede ser tóxico para el sistema nervioso y contribuir a problemas como resistencia bacteriana y alteraciones hormonales. El uso de jabón común y agua es suficiente para la higiene diaria, sin los riesgos asociados al triclosán.
5- Detergentes y suavizantes con fragancias intensas: exposición crónica a ftalatos
Los detergentes y suavizantes con fragancias contienen ftalatos y compuestos sintéticos que se adhieren a las telas, irritan la piel y pueden alterar las hormonas a largo plazo.
Sethi sugiere optar por detergentes sin fragancia o emplear bolas de lana con unas gotas de aceite esencial, limitando así la exposición a sustancias químicas perjudiciales.
El Dr. Saurabh Sethi enfatiza que reducir la presencia de estos objetos en el hogar representa una acción simple, práctica y eficaz para cuidar la salud intestinal, cerebral y hormonal.
Según el especialista, mantenerse informados y revisar los productos que se utilizan a diario permite mejorar la calidad de vida y crear un entorno más seguro, sin necesidad de alarmarse ni eliminar todo de manera radical.
Adoptar pequeñas modificaciones, tal y como explica Sethi, puede generar un impacto positivo y sostenible en la salud familiar.
¿Y los alimentos?
Edulcorantes artificiales: más riesgos que beneficios
Sustitutos del azúcar como el aspartame o la sucralosa, habituales en alimentos reducidos en calorías, pueden alterar la microbiota intestinal y las señales de apetito. Saurabh Sethi señala que estos aditivos están relacionados con intolerancia a la glucosa y desajustes metabólicos.
Estudios recientes demostraron que su consumo puede provocar mayor sensación de hambre y, en el largo plazo, un 70% más de riesgo de obesidad para quienes los usan en grandes cantidades. Además, se registró una mayor incidencia de diabetes tipo dos entre quienes beben de forma habitual bebidas “light” con edulcorantes.
Ante esto, Sethi recomienda opciones naturales como la fruta del monje, la estevia pura u optar por frutas enteras, mientras que organismos científicos insisten en minimizar el consumo de edulcorantes no nutritivos, sobre todo en niños.
Embutidos y carnes procesadas: conservantes que afectan la microbiota
Los embutidos y carnes procesadas contienen nitrito y nitrato de sodio, vinculados a inflamación, alteraciones en la microbiota intestinal y mayor riesgo de cáncer.
Sethi aconseja dar preferencia a carnes frescas y recién cocidas, limitando el consumo de procesados para preservar la salud intestinal y general.
Alimentos ultraprocesados y envasados
Productos como snacks, comidas listas y conservas contienen aceites de semillas, emulsionantes, espesantes y conservantes que impactan negativamente el revestimiento intestinal y el metabolismo.
Sethi enfatiza la importancia de priorizar alimentos integrales y mínimamente procesados, ya que los ultraprocesados pueden alterar la microbiota y aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas.