La transformación física de Ibai Llanos, uno de los creadores de contenido más influyentes de España y el mundo hispanohablante, ha sido documentada y compartida en sus redes. Sin embargo, el influencer ha tenido que pedir clemencia por los memes que circulan por internet que preocuparon a su familia.
“Esto empezó como una broma con Ibai adelgazado, pero ya no es gracioso. Basta con los edits, de verdad, parad ya. Lo pido, por favor”, solicitó Ibai Llanos en un video directo a su audiencia en Instagram, luego de que se viralizaren imágenes suyas manipuladas con IA en redes sociales donde se lo ve casi piel y hueso.
El pedido marca un límite en la relación entre el streamer y la cultura digital que lo rodea, y expone el impacto personal de la viralidad: “Mi madre está preocupada”, advirtió, al contar cómo los memes llegaron a inquietar a su entorno más cercano. “Mi madre me dice, ‘Hijo, ¿estás bien? ¿Qué has hecho? ¿La dieta keto o la dieta queta?’, relató con humor”.
Acoso digital y gordofobia
Según la Universidad Nacional Autónoma de México hoy en día una de las discriminaciones aceptadas y normalizadas por la sociedad es el rechazo a las personas con cuerpos grandes, la gordofobia.
A decir de Ana Celia Chapa Romero, profesora e investigadora de la Facultad de Psicología, ese concepto se define como aquellos estereotipos sociales, negativos y prejuicios hacia personas con sobrepeso que pueden ir acompañadas de distintos tipos de violencia: física; psicológica; económica; barreras de tipo ambiental o barreras sociales.
En ese contexto, mencionó que es común que a las personas con sobrepeso se las asocie con valores morales como la falta de autocontrol, indisciplina, flojera, pasividad o que son inseguras.
El propio streamer explicó que la motivación de su cambio no fue la estética, sino la urgencia de cuidar su salud: “Este cambio físico lo hice porque me iba para el otro barrio, no lo hice por ser guapo. Soy feo”, afirmó con su característico humor. La cifra es contundente: “He perdido desde mi peor peso 70 kg. Este tío pesa 70 kg. Yo me he quitado eso”, detalló, subrayando la importancia del proceso.
“Si quisiera un cambio estético, pues yo que sé, me operaría la cara y me pondría pelo. Pero no lo he hecho ni lo voy a hacer”, dijo LLanos, y continuó: “Sé que muchos de vosotros habéis seguido mi cambio físico día a día. Habéis visto mis entrenamientos, mi alimentación. He subido más de 100 o 150 vídeos entrenando. No hay nada que esconder”.
De acuerdo a Unicef, el ciberacoso, o ciberbullying, es una preocupante realidad en el mundo digital contemporáneo que puede afectar a personas de todas las edades, pero es especialmente preocupante en el caso de los adolescentes, dada su vulnerabilidad y falta de información.
El bullying es un término que nació en el ámbito escolar, como hostigamiento entre pares, y se ha expandido y multiplicado en la era de las redes sociales a otros universos, en forma de memes, viralización de contenidos o burlas hacia personajes famosos o anónimos
“Esta forma de acoso y hostigamiento, facilitada por el uso de tecnologías digitales y redes sociales, puede tener consecuencias devastadoras en la salud mental, emocional y física de quienes lo sufren”, afirmó la entidad.
Y añadió: “El ciberacoso es una forma de acoso o intimidación que se lleva a cabo a través de las tecnologías digitales. Ocurre en plataformas como redes sociales, plataformas de mensajería, juegos en línea y smartphones. Se caracteriza por un comportamiento (que suele ser repetitivo) con la intención de atemorizar, enojar o humillar a otras personas. Por ejemplo, difundir mentiras o publicar fotos o videos vergonzosos“.
“Los efectos psicológicos y emocionales en las víctimas de ciberacoso pueden ser profundos y perdurar en el tiempo, generando ansiedad, depresión, y en casos extremos, pensamientos suicidas”, determinó Unicef.
Cómo fue la transformación de Ibai Llanos
El streamer, nacido en Garatea, Bilbao, en 1995, y fue deportista: practicó fútbol, baloncesto, voleibol, bádminton y pelota vasca desde los seis años, contó en GQ. Sin embargo, al dejar de entrenar y mantener la misma alimentación, sumado a su pasión por los videojuegos, comenzó un lento pero persistente aumento de peso. “El problema fue que lo dejé, pero seguía comiendo lo mismo, y obviamente mi cuerpo no lo toleró bien”, relató Llanos.
La inactividad física y una dieta poco saludable derivaron en obesidad durante más de una década. “La gente en Internet solo me conoce en esa faceta de persona con mucha obesidad que juega a videojuegos… pero siempre he hecho mucho deporte”, recordó Ibai Llanos.
El detonante de su decisión de ponerse en forma fue doble: por un ,lado, una apuesta pública (que hizo con Gerard Piqué) y un diagnóstico médico de prediabetes. “No me gusta nada el tema de operaciones ni pasar por quirófanos; así que cambiar físicamente era la única salida y todo esto junto me motivó”, explicó Llanos a The Guardian.
El proceso, que se extendió algo más de un año, incluyó una estricta revisión de hábitos alimenticios, constancia en el entrenamiento y la exposición pública de cada avance, lo que, generó un apoyo masivo de su comunidad.
“El cariño que he recibido de la gente con cada vídeo que subía documentando mi cambio era una locura. Nunca me habían mostrado tanto apoyo como en este proceso”, reconoció el streamer, quien consideró que esa motivación externa fue muy importante para no rendirse y cumplir su objetivo.
Ibai Llanos reconoció que cambiar no solo fue una cuestión física, sino un desafío mental continuo. “Yo tenía un problema grave, no sobraban cinco kilos: sobraban 60”, aseguró.
El streamer destacó la importancia de la empatía hacia quienes sufren obesidad y también la presión social de la exposición en redes sociales: “He aguantado durante cuatro años que la gente estuviera sistemáticamente llamándome gordo, llamándome obeso, o diciendo ‘Ibai, te vas a morir la semana que viene’… Porque al final es lo que yo he aguantado durante toda mi vida en redes sociales”, declaró.
Pese a la repercusión mediática, Ibai Llanos elige una vida personal tranquila y cercana a su familia y amigos. “Valoro cada día el privilegio de levantarme y lo comparo con la situación de mucha gente en España o Latinoamérica”, reflexionó.