El SMN declaró alerta amarilla por temperaturas elevadas que se mantendrá hasta el miércoles 31 mientras rigen advertencias por tormentas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) afronta la última semana de 2025 bajo un escenario de calor extremo, con temperaturas que rozarán los 40°C, según alertó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

El organismo declaró alerta naranja por temperaturas elevadas en la Ciudad de Buenos Aires, que se mantendrá hasta el miércoles 31, mientras que en paralelo rigen advertencias por tormentas en varias provincias.

Si bien el periodo de calor será más extenso de lo previsto, en el AMBA un detalle técnico impide que se lo clasifique como una ola de calor.

Las previsiones indican que el alivio térmico podría llegar recién con el comienzo del nuevo año, en un contexto donde gran parte del país permanece bajo la vigilancia de condiciones meteorológicas extremas. En este marco, comprender cuándo se considera que existe una ola de calor y qué implican las distintas alertas meteorológicas resulta fundamental para el cuidado de la salud y la prevención de riesgos.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, las alertas tempranas permiten anticipar episodios de calor extremo y sus potenciales efectos, ya que establecen niveles de riesgo y recomendaciones específicas para la población general y los grupos más vulnerables.

Qué es una ola de calor y cómo se determina

Las alertas tempranas permiten anticipar episodios de calor extremo y sus efectos estableciendo niveles de riesgo y recomendaciones específicas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según el Ministerio de Salud de la Nación, se considera ola de calor a un período en el que tanto la temperatura máxima como la mínima superan valores establecidos para cada localidad durante al menos tres días consecutivos.

Estos umbrales varían según la región geográfica de cada localidad, ya que el impacto del calor depende de la climatología habitual de cada zona.

El seguimiento de estos eventos es clave porque, de acuerdo con estudios interdisciplinarios realizados en Argentina por equipos que incluyeron al Ministerio de Salud y al SMN, la superación de ciertos valores de temperatura se asocia con un aumento de la morbilidad (cantidad de personas que enferman en una población en un periodo determinado) y la mortalidad.

Por qué no habrá ola de calor en AMBA a pesar de las temperaturas extremas

La aclaración de la vocera del SMN sobre por qué no se dará una ola de calor en la Ciudad de Buenos Aires

Aunque las previsiones anticipaban la primera ola de calor de la temporada en el AMBA, ayer lunes a las 6:00 la temperatura descendió hasta 21,8°C, según el registro del Observatorio Central de Buenos Aires.

Cindy Fernández, vocera del Servicio Meteorológico Nacional, confirmó que este valor impide técnicamente registrar el episodio como una ola de calor, ya que para el AMBA se requieren mínimas superiores a 22°C y máximas mayores a 32,3°C durante al menos tres días consecutivos.

La diferencia fue de apenas 0,2°C, imperceptible para el cuerpo, pero suficiente para reiniciar el conteo.

Una ola de calor es un criterio meteorológico que se utiliza para caracterizar eventos extremos”, explicó Fernández. “Se declara cuando las temperaturas alcanzan umbrales que ocurren menos del 10% de las veces durante la estación cálida. Estos umbrales varían según la ciudad y deben registrarse durante tres días consecutivos sin interrupciones”, agregó.

El Sistema de Alertas Tempranas por Olas de Calor y Salud del SMN busca anticipar la llegada de episodios de calor extremo y sus posibles efectos sobre la salud. El sistema toma como referencia el percentil 90 (P90) de las temperaturas máximas y mínimas registradas entre 1961 y 2010 para cada localidad.

Los percentiles son valores estadísticos que dividen un conjunto de datos en cien partes iguales. En este caso, el P90 indica la temperatura a partir de la cual solo el 10% de los días en ese período fueron más calurosos.

La hidratación es fundamental durante una ola de calor, se recomienda aumentar la ingesta de agua incluso sin sensación de sed para prevenir riesgos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Superar este umbral define la condición de extremo y activa la vigilancia especial. Además, se utilizan los percentiles 95 (P95) y 99 (P99) para identificar situaciones todavía más graves, que pueden derivar en un cambio de nivel de alerta.

El sistema automatiza el proceso a partir de datos recientes y proyecciones para los próximos días, y actualiza la información diariamente alrededor de las 19 horas. Esto permite a la población y a las autoridades acceder a datos en tiempo real y responder, en caso necesario, con acciones preventivas. El alcance territorial de este sistema abarca todo el territorio continental argentino, incluidas las Islas Malvinas, y en caso de fallas técnicas, la ausencia de datos se indica con color blanco en los mapas del SMN.

Niveles de alerta y sus efectos en la salud

El Servicio Meteorológico Nacional clasifica las alertas según el riesgo que representan las temperaturas extremas, con una escala que va desde el nivel verde al rojo. Cada escalón señala el potencial de daño y las recomendaciones para la población general y los grupos de riesgo.

  • Nivel verde: sin efecto sobre la salud, no implica peligro para la población.
  • Nivel amarillo: efecto leve a moderado; puede ser peligroso sobre todo para grupos vulnerables como niños, niñas, personas mayores de 65 años o con enfermedades crónicas.
  • Nivel naranja: efecto moderado a alto; representa un riesgo elevado, especialmente para quienes integran los grupos de riesgo.
  • Nivel rojo: efecto alto a extremo; implica una situación muy peligrosa que puede afectar también a personas sanas.

El SMN clasifica las alertas según el riesgo que representan las temperaturas extremas con una escala que va de verde a rojo (Imagen Ilustrativa Infobae)

El sistema de alertas tempranas del SMN, desarrollado junto al Ministerio de Salud, se basa en investigaciones como el proyecto “Mortalidad por olas de calor en el semestre cálido 2013-2014 en las regiones del centro y norte de la República Argentina”, donde se detectó un aumento significativo de muertes durante los episodios de calor extremo. Este hallazgo sustenta la importancia de mantener informada a la población y resalta el valor de las alertas como herramienta para reducir el riesgo sanitario.

Para el caso de temperaturas bajas, el sistema emplea criterios similares, pero a la inversa: utiliza el percentil 10 (P10), lo que señala los días con temperaturas en el 10% más bajo del período de referencia. Los niveles de alerta y sus efectos se comunican de la misma manera, y se aplican recomendaciones específicas para minimizar el impacto en la salud.

Recomendaciones y cuidados ante una ola de calor

El Ministerio de Salud pone el foco en la prevención y el cuidado, especialmente entre los grupos de mayor riesgo. Ante una alerta, se aconseja prestar atención a las advertencias del SMN y buscar información confiable para proteger la salud propia y la de familiares.

En el caso de bebés y niños se recomienda evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16 horas y mantenerlos en ambientes ventilados o climatizados (Imagen Ilustrativa Infobae)

Durante una ola de calor, la hidratación es fundamental: se recomienda aumentar la ingesta de agua, incluso sin sensación de sed, y evitar bebidas con cafeína, alcohol o alto contenido de azúcar. El consumo de frutas y verduras resulta beneficioso, mientras que las comidas abundantes o pesadas deben evitarse. También se aconseja reducir la actividad física intensa y utilizar ropa holgada, liviana y de colores claros.

En el caso de bebés y niños, indican que no se debe esperar a que pidan agua, sino ofrecerles líquidos de manera frecuente. También se recomienda vestirlos con prendas adecuadas, mantenerlos en ambientes ventilados o climatizados y evitar su exposición al sol entre las 10 y las 16 horas. Los signos de alerta incluyen sed intensa, sequedad en la boca, temperatura corporal mayor a 39 °C, sudoración excesiva, piel seca o sensación de agotamiento, entre otros.

Respecto a los alimentos, se recomienda mantenerlos refrigerados y descartar aquellos que hayan perdido la cadena de frío o presenten cambios en olor, color o textura. El agua debe ser segura y almacenarse en recipientes limpios y cerrados, preferentemente en la heladera.

En caso de síntomas asociados al golpe de calor, como los ya mencionados, el Ministerio de Salud aconseja solicitar atención médica de inmediato, trasladar a la persona a un lugar fresco, intentar refrescarla y proporcionarle agua fresca.