La función sexual masculina está más relacionada con la salud vascular y psicológica que con alimentos específicos (Freepik)

La creencia de que ciertos alimentos o suplementos pueden potenciar la testosterona o mejorar la función sexual masculina ganó popularidad en las redes sociales, donde miles de personas buscan a diario “alimentos para la erección” o “vitaminas para aumentar la testosterona”.

Sin embargo, tanto la Academia Española de Nutrición y Dietética como la Escuela de Medicina de Harvard coinciden en que no existen pruebas científicas que respalden estos mitos. La evidencia actual derriba la idea de que la dieta, por sí sola, pueda transformar la salud sexual o los niveles hormonales en personas sanas.

El mito de los “superalimentos” para la virilidad se nutrió de estereotipos y leyendas urbanas. Desde la supuesta potencia de la carne roja hasta la fama de las ostras, el chocolate o la canela como afrodisíacos, la cultura popular vinculó ciertos productos con la masculinidad y el deseo sexual.

Eduard Baladia, coordinador del Área de Gestión del Conocimiento Científico de la Academia Española de Nutrición y Dietética, señaló que “la dieta influye de forma indirecta en la producción de testosterona y en la función sexual masculina, pero no como muchos esperan”.

Según Baladia, la influencia de la alimentación se da a través del control del peso corporal y la salud cardiometabólica, no por el consumo de alimentos específicos.

Por qué es importante la testosterona

Expertos recomiendan consultar al médico ante síntomas de baja testosterona y evitar soluciones rápidas (Imagen Ilustrativa Infobae)

La testosterona es una hormona sexual que pertenece al grupo de los andrógenos y está presente en hombres y mujeres, aunque en concentraciones mucho mayores en los primeros. En los hombres, se produce principalmente en los testículos, mientras que en las mujeres, en los ovarios y las glándulas suprarrenales.

Esta hormona resulta esencial para el desarrollo de los órganos sexuales masculinos, la producción de esperma, la libido y las erecciones. Además, en ambos sexos, la testosterona contribuye al mantenimiento de la masa muscular y ósea, la distribución de la grasa corporal y la regulación del estado de ánimo y la función cognitiva, según la Escuela de Medicina de Harvard.

Cuando los niveles de testosterona disminuyen, pueden aparecer síntomas como fatiga, falta de concentración, cambios de humor, disminución del deseo sexual, disfunción eréctil, pérdida de masa muscular, aumento de la grasa corporal, irritabilidad, depresión leve y reducción de la densidad ósea.

No obstante, muchos hombres con niveles bajos de testosterona no presentan síntomas evidentes. En caso de sospecha, los especialistas recomiendan consultar al médico y realizar un análisis de sangre, preferiblemente por la mañana, para confirmar el diagnóstico.

Qué factores afectan la producción de testosterona

El envejecimiento, el estrés y el estilo de vida influyen más en la testosterona que la dieta, según los experros (Freepik)

Diversos factores pueden afectar la producción de testosterona. El envejecimiento es el más común: a partir de los treinta años, los niveles de esta hormona tienden a descender gradualmente, lo que puede traducirse en menor libido, cambios en el estado de ánimo y dificultad para mantener la masa muscular.

El estrés crónico, al elevar el cortisol, puede inhibir la producción de testosterona. La falta de sueño, el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y una dieta pobre en nutrientes también influyen negativamente.

Además, enfermedades crónicas como la diabetes, la enfermedad renal, la cirrosis o la apnea del sueño, así como ciertos medicamentos y trastornos congénitos, pueden contribuir a la disminución de la testosterona, de acuerdo con la Escuela de Medicina de Harvard.

¿Existen alimentos que pueden subir la testosterona?

No existen alimentos ni suplementos que potencien la erección o eleven la testosterona en personas sanas (Imagen Ilustrativa Infobae)

En cuanto al papel de la dieta, la Academia Española de Nutrición y Dietética subraya que no existen alimentos que potencien la erección ni superalimentos que prolonguen su duración.

Baladia aclara que “más que hablar de alimentos que potencian la erección, o que ‘aumentan’ la testosterona, lo correcto es hablar de condiciones nutricionales que pueden favorecer o entorpecer una producción hormonal normal”.

La función eréctil depende en gran medida de la salud vascular, neurológica y psicológica, y puede verse comprometida por factores metabólicos y de estilo de vida más que por la ingesta de productos concretos.

La evidencia científica respalda que la obesidad, especialmente la acumulación de grasa visceral, se asocia con niveles más bajos de testosterona. Este fenómeno se explica por mecanismos como la inflamación crónica de bajo grado y la resistencia a la insulina. En varones con sobrepeso u obesidad, una dieta hipocalórica que ayude a reducir la grasa corporal puede mejorar los niveles hormonales y la función sexual.

Sin embargo, estas recomendaciones no aplican a quienes ya tienen una composición corporal normal. Mantener una alimentación basada en productos frescos, con suficiente aporte de grasas saludables y micronutrientes, y limitar el consumo de ultraprocesados, azúcares y alcohol, contribuye a prevenir problemas vasculares que pueden favorecer la disfunción eréctil.

La Escuela de Medicina de Harvard coincide en que los hábitos de vida saludables son la mejor estrategia para mantener niveles adecuados de testosterona y prevenir su descenso natural con la edad. Entre las recomendaciones destacan la práctica regular de ejercicio físico, el control del peso, una dieta equilibrada, el descanso suficiente y la gestión del estrés. Los médicos suelen sugerir cambios en el estilo de vida antes de considerar tratamientos farmacológicos para la testosterona baja.

Los riesgos de recurrir a suplementos para aumentar la testosterona

Los suplementos naturales para aumentar la testosterona pueden ser peligrosos y carecen de respaldo científico (Imagen Ilustrativa Infobae)

En este punto, la Academia Española de Nutrición y Dietética advirtió sobre los riesgos de recurrir a productos naturales o suplementos que prometen aumentar la testosterona o mejorar la función sexual. Sustancias como la yohimbina, la “spanish fly” (mosca española), la “mad honey” (miel loca) y la bufotenina pueden resultar peligrosas.

De hecho, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios retiró del mercado español complementos alimenticios que contenían yohimbina debido a sus riesgos para la salud.

Tanto la Academia Española de Nutrición y Dietética como la Escuela de Medicina de Harvard insisten en que la clave para una buena salud sexual y hormonal reside en el bienestar general y los hábitos saludables, no en la búsqueda de soluciones rápidas en la despensa o la farmacia. El deseo y la satisfacción sexual, lejos de depender de un menú específico, se nutren de factores emocionales, psicológicos y del contexto personal de cada individuo.