¿Existe realmente un mejor día para hacer ejercicio? La pregunta surge con frecuencia entre quienes desean mejorar su salud y establecer hábitos duraderos.
El lunes, tradicionalmente considerado el inicio de nuevos propósitos, suele verse como una oportunidad simbólica para retomar el control de la agenda personal. Sin embargo, la motivación, los beneficios del ejercicio y la constancia se entrelazan de formas que van más allá del simple calendario semanal.
Lunes y motivación: nuevos comienzos y beneficios físicos
El lunes se ha consolidado socialmente como el día de los nuevos comienzos. Investigaciones publicadas en Current Opinion in Psychology muestran que las personas tienden a organizar su tiempo y planificar objetivos en torno a referencias temporales como el inicio de la semana, un nuevo mes o fechas personales significativas.
Este fenómeno convierte al lunes en una especie de “pizarra en blanco”, donde la motivación para adoptar hábitos saludables, como el ejercicio, alcanza su punto más alto.
Además, estudios citados en el American Journal of Preventive Medicine revelan que las búsquedas en internet relacionadas con la salud y el ejercicio aumentan notablemente los lunes y martes, lo que sugiere que estos días concentran la mayor disposición para tomar decisiones orientadas al bienestar.
Entrenar al inicio de la semana puede traducirse en un impulso de energía similar al de una taza extra de café.
Tras el descanso del fin de semana, el cuerpo suele responder con mejor rendimiento y concentración, lo que facilita la revitalización física y mental. La actividad física estimula la liberación de dopamina, una hormona asociada al bienestar, que contribuye a mejorar el estado de ánimo y la productividad en el entorno laboral.
El martes como día popular y la importancia de la regularidad
Aunque el lunes es percibido como el mejor momento para empezar, no todos lo consideran el día ideal para entrenar. Una encuesta de ClassPass, que analizó cerca de 21 millones de reservas de entrenamientos, identificó el martes como el día más popular para ejercitarse.
Según contó a Men´s Journal, la fisiologista del ejercicio Michelle Lovitt, el lunes suele estar marcado por la fatiga y la recuperación tras los excesos del fin de semana, lo que puede dificultar la motivación para entrenar.
Sin embargo, este día también se caracteriza por una mejor calidad de sueño y una alimentación más equilibrada, factores que preparan el terreno para que el martes la energía y la disposición para el ejercicio alcancen su punto máximo.
Lovitt sostiene que, con una hidratación y nutrición óptimas, los entrenamientos del martes tienden a ser más enfocados e intensos, lo que los convierte en una excelente opción para quienes buscan aprovechar al máximo su rendimiento físico.
La elección del tipo de ejercicio al inicio de la semana puede variar según las necesidades y preferencias personales.
Diane Vives, portavoz de la National Strength and Conditioning Association, destaca en una entrevista con el sitio web Oprah.com, que el lunes es ideal para probar actividades nuevas o retadoras, ya que la motivación para establecer y perseguir metas se encuentra en su punto más alto.
Para quienes buscan eficiencia en la quema de calorías y la mejora del metabolismo, la instructora certificada Michelle Dozois recomienda circuitos de alta intensidad que combinen fuerza y cardio, como sentadillas con press de hombros o ejercicios de plancha.
Aquellos que prefieren un enfoque más introspectivo pueden optar por clases de yoga, que ofrecen un espacio para reconectar con el cuerpo y prepararse mentalmente para la semana.
Por otro lado, quienes desean medir su progreso pueden inclinarse por entrenamientos cuantificables, como sesiones de CrossFit o ciclismo en grupo, aprovechando que el lunes es el día en que más personas registran su actividad física en aplicaciones especializadas.
La clave para aprovechar los beneficios del ejercicio no reside en el calendario, sino en la capacidad de mantener una práctica regular que se ajuste a la vida de cada persona.