
La relación entre el intestino y el corazón se ha convertido en una de las claves que ayudan a entender la salud cardiovascular moderna. De acuerdo con Harvard Health, mantener un microbioma intestinal equilibrado se posiciona como una estrategia eficaz para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Este hallazgo transforma la visión tradicional sobre cómo prevenir problemas cardíacos: los billones de microorganismos que habitan el tracto intestinal influyen en la presión arterial, la inflamación y el metabolismo de las grasas, factores esenciales para el funcionamiento óptimo del corazón.
El microbioma intestinal es una comunidad compleja integrada principalmente por bacterias, pero también por virus y hongos que residen en el sistema digestivo. Su función trasciende la digestión: estos microorganismos regulan el sistema inmunológico, producen vitaminas y metabolitos vitales y generan sustancias que alcanzan órganos distantes, como el cerebro y el corazón.

Harvard Health subraya que la microbiota “desempeña un papel fundamental en la salud”, afirmación respaldada por evidencia científica en crecimiento.
Mecanismos que conectan intestino y salud cardiovascular
El vínculo entre intestino y corazón se explica mediante varios mecanismos biológicos. Ciertas bacterias intestinales regulan la absorción y el metabolismo del colesterol y los ácidos grasos, lo que ayuda a mantener niveles adecuados de lípidos en sangre y reduce el riesgo de aterosclerosis.
Además, la microbiota genera ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, esenciales para regular la presión arterial y preservar la elasticidad de las arterias.

Cuando la barrera intestinal se debilita, aumenta la permeabilidad y permite el paso de toxinas y metabolitos proinflamatorios al torrente sanguíneo. Este proceso favorece la inflamación crónica y puede dañar el endotelio vascular.
Entre los metabolitos más estudiados destaca el óxido de trimetilamina (TMAO), producido por bacterias intestinales a partir de alimentos ricos en colina y carnitina, componentes presentes en la carne roja y los huevos.
Harvard Health advierte que niveles elevados de TMAO se asocian con mayor riesgo de aterosclerosis y eventos cardiovasculares, como infartos o accidentes cerebrovasculares. Por este motivo, mantener un equilibrio en la microbiota intestinal ayuda a disminuir la producción de TMAO y el riesgo cardiovascular.
Evidencia científica y estrategias para un microbioma saludable

Investigaciones recientes, citadas por Harvard Health, demuestran que la composición de la microbiota influye de manera directa en la formación de TMAO y en la probabilidad de padecer enfermedades cardíacas.
Un estudio en Nature Reviews Cardiology confirmó la relación entre microbiota y TMAO. Otra investigación publicada en Frontiers in Cardiovascular Medicine relacionó la disbiosis intestinal con hipertensión y disfunción endotelial. Además, trabajos aparecidos en Nature Medicine y American Journal of Physiology han demostrado que una dieta alta en fibra y probióticos puede modular la microbiota, reducir la inflamación vascular y mejorar la rigidez arterial.
Para cuidar la salud intestinal y, al mismo tiempo, cardiovascular, Harvard Health recomienda una dieta rica en fibra a base de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Estos alimentos proveen el sustrato necesario para las bacterias benéficas.

Los alimentos fermentados, como yogur natural o kéfir, fomentan la diversidad microbiana. También enfatiza la importancia de evitar los productos ultraprocesados y los azúcares refinados, ya que alteran la microbiota y favorecen la inflamación. El ejercicio físico regular beneficia tanto el intestino como el corazón.
Respecto a los probióticos, el medio señala que las versiones líquidas vivas pueden ser más eficaces que las presentaciones deshidratadas, ya que llegan activas al intestino y colonizan con mayor efectividad. Sin embargo, recomienda consultar con un profesional antes de iniciar cualquier suplemento probiótico o prebiótico, para evaluar si es apropiado según cada caso.
Un intestino sano puede ser la base para fortalecer el corazón, y cada elección diaria en la alimentación y el estilo de vida representa una oportunidad para robustecer la salud cardiovascular.