Sentirse menos fatigado al subir escaleras, disfrutar más las actividades cotidianas y reducir el riesgo de muerte prematura, según expertos citados por GQ, son solo algunos de los beneficios asociados al aumento del VO2 máximo.
Esta métrica, antes exclusiva del deporte de élite, ahora se visibiliza como un indicador clave para la salud integral y la longevidad de cualquier persona. Si bien durante décadas el VO2 máximo se consideró propio del alto rendimiento, la tecnología accesible y los nuevos estudios lo sitúan hoy en el centro de la conversación sobre bienestar.
¿Qué es el VO2 máximo y cómo se mide?
El VO2 máximo expresa la cantidad máxima de oxígeno que el cuerpo puede absorber y aprovechar durante el ejercicio intenso.
En términos sencillos, cuanto mayor es el VO2 máximo, más eficiente es el organismo procesando oxígeno, lo que se traduce en mejores capacidades físicas para enfrentar esfuerzos cotidianos o deportivos. Especialistas consultados por GQ subrayan que, aparte de reflejar la salud cardiovascular, esta cifra representa un verdadero barómetro de la condición física global.
Hasta hace pocos años, medir el VO2 máximo exigía complejas pruebas de laboratorio con equipamiento especializado y costoso. Pero el auge de los dispositivos portátiles ha cambiado el panorama: hoy, cualquier persona puede estimar su VO2 máximo desde una pulsera inteligente y, lo más relevante, implementar rutinas para potenciarlo gradualmente.
Longevidad y prevención: evidencia científica reciente
La relación directa entre VO2 máximo elevado y longevidad ya cuenta con fuerte respaldo científico. Kristen Holmes, directora global de rendimiento humano y científica principal de Whoop, destaca en GQ los resultados de una exhaustiva revisión publicada en el British Journal of Sports Medicine.
Tras analizar datos de numerosos estudios poblacionales, los autores concluyeron que mejorar el VO2 máximo puede reducir el riesgo de muerte prematura entre un 11% y un 17%. Holmes señaló: “Definitivamente reduce drásticamente el riesgo de muerte prematura”.
Tal hallazgo convierte a la mejora de la capacidad cardiovascular en una de las estrategias más potentes para prevenir enfermedades graves y prolongar la vida.
Un cambio visible en la vida diaria
No solo se trata de vivir más, sino de vivir mejor. Danny King, director de rendimiento y recuperación en Life Time, ejemplifica en GQ cómo el VO2 máximo impacta la calidad de las actividades rutinarias. Una persona sedentaria puede acercarse al 85% de su VO2 máximo al subir escaleras, lo que genera sensación de agotamiento.
En contraste, quien ostenta un VO2 máximo superior afronta ese mismo desafío usando apenas un 15% o 20% de su capacidad, por lo que actividades como cortar el césped o jugar con los hijos resultan mucho menos exigentes. Incrementar el VO2 máximo transforma la relación con el esfuerzo físico en cada aspecto del día a día.
Salud mental: la conexión menos explorada
El lazo entre el VO2 máximo y el bienestar mental apenas comienza a ser documentado, pero promete ser uno de los aspectos con mayor impacto a largo plazo.
Jason Stacy, entrenador de alto rendimiento y embajador de IM8, sostiene en GQ que mejorar la capacidad cardiovascular libera recursos físicos y mentales, algo fundamental para manejar el estrés y las emociones cotidianas. “La mayoría de las personas pasan mucho tiempo en un estado de simpatía y bajo estrés, lo que agota sus reservas”, señala Stacy.
Al elevar el VO2 máximo, el cuerpo y la mente se vuelven más resilientes, lo que facilita mejores decisiones y relaciones interpersonales.
Un estudio publicado en el Journal of Medical Internet Research, citado por GQ, halló una fuerte correlación entre la aptitud cardiovascular y menores niveles de ansiedad, depresión y estrés. Holmes, coautora de esta investigación, concluye: “Las personas con menor condición física perciben mayor estrés y obtienen peores resultados en las pruebas de depresión. Por lo tanto, sabemos que definitivamente existe una relación entre el nivel de condición física y la salud mental”.
¿Cómo optimizar el VO2 máximo y quién se beneficia?
Cualquier persona, sin importar la edad o el punto de partida, puede trabajar para mejorar su VO2 máximo. Incluir ejercicio aeróbico regular, como caminatas rápidas, natación, ciclismo o entrenamiento por intervalos, contribuye aumentar progresivamente la capacidad cardiovascular.
Si se complementa con una alimentación adecuada y suficiente descanso, los resultados en energía, ánimo y rendimiento global se notan a corto y largo plazo.
Esta métrica ha dejado de ser patrimonio exclusivo de deportistas. El VO2 máximo representa una herramienta valiosa y accesible para potenciar la calidad y cantidad de vida de cualquier persona interesada en cuidar su salud. Monitorearlo y trabajar para incrementarlo puede traducirse en más años, mejor rendimiento diario y una salud mental más sólida.
Optimizar el VO2 máximo no solo facilita afrontar las obligaciones y tareas diarias, sino que brinda la energía necesaria para disfrutar y compartir verdaderamente con quienes importan.