La presión arterial sube en la mañana por el ritmo circadiano y aumenta el riesgo cardiovascular

La presión arterial experimenta variaciones a lo largo de las 24 horas del día, siguiendo los ritmos naturales del cuerpo humano. Estas fluctuaciones responden a mecanismos biológicos internos que regulan funciones esenciales para la vida, como el sueño, la vigilia y el metabolismo.

Comprender cómo y por qué cambia la presión arterial en determinados momentos resulta clave para la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades, especialmente aquellas relacionadas con el sistema cardiovascular.

Tanto la Cleveland Clinic como Verywell Health coinciden en que prestar atención a los patrones diarios de la presión arterial permite identificar riesgos ocultos y tomar decisiones informadas para proteger la salud.

A las 10 de la mañana, la presión arterial suele alcanzar su punto máximo, un fenómeno estrechamente vinculado al ritmo circadiano. Según Verywell Health y Cleveland Clinic, este patrón representa un riesgo cardiovascular elevado, especialmente para personas con hipertensión o enfermedades crónicas.

El pico matutino de presión arterial puede desencadenar infartos y accidentes cerebrovasculares (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las subidas matutinas pueden agravar problemas preexistentes y aumentar la probabilidad de eventos graves, como infartos o accidentes cerebrovasculares.

El reloj biológico y la presión arterial

El cuerpo humano funciona con un “reloj interno”, el ritmo circadiano, responsable de coordinar diversas funciones, incluida la presión arterial. Tanto Verywell Health como Cleveland Clinic explican que este ritmo se ajusta mayormente por la luz ambiental.

Al anochecer, la reducción de luz activa la producción de melatonina, hormona que favorece el sueño y provoca la dilatación de los vasos sanguíneos, con una caída de la presión arterial que suele estar entre el 10% y el 20%.

Factores como edad, hipertensión, diabetes y estrés intensifican el aumento matutino de la presión arterial (Imagen Ilustrativa Infobae)

Al amanecer, el aumento de la luz desencadena la liberación de cortisol, la hormona responsable de la vigilia y del estrechamiento de los vasos sanguíneos, lo que eleva la presión arterial.

Factores que intensifican el aumento matutino

La magnitud de la subida por la mañana depende de diversos factores. La edad avanzada aumenta la rigidez arterial y modifica la respuesta del sistema nervioso, haciendo que el aumento sea más notorio. En personas con hipertensión, hay una marcada activación simpática, lo que potencia este pico.

La diabetes mal controlada acelera el sistema simpático, incrementando la presión en las primeras horas del día. La enfermedad renal crónica eleva la presión por la retención de líquidos. El consumo excesivo de alcohol en la noche puede provocar aumentos pronunciados al despertar.

Además, condiciones como estrés, ansiedad, insomnio o apnea del sueño alteran el ritmo circadiano y favorecen el endurecimiento de las arterias. Incluso la temperatura influye: el frío invernal favorece la vasoconstricción y sube la presión; el calor veraniego puede disminuirla.

El insomnio y la apnea del sueño contribuyen al endurecimiento de las arterias (Imagen ilustrativa Infobae)

Cleveland Clinic resalta que estas subidas no deben subestimarse, ya que la mayoría de los accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos ocurren en las primeras horas del día, cuando la presión arterial tiende a estar en niveles más elevados.

Hipertensión enmascarada e inversión nocturna

En la mayoría de los adultos sanos, el aumento matutino de la presión arterial es leve e inofensivo. Sin embargo, Verywell Health y Cleveland Clinic advierten que incrementos anormales pueden ocultar un alto riesgo cardiovascular, incluso con valores normales en el consultorio.

La hipertensión enmascarada se presenta cuando la presión es normal en consulta, pero en casa, por la mañana, supera los 130/80 mmHg.

La medición nocturna de la presión arterial es clave para detectar patrones peligrosos y ajustar tratamientos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Alrededor del 13% de la población tiene el patrón llamado “inversor”: presión baja en la mañana y alta por la noche, según reportó Cleveland Clinic. Esta situación favorece daños en órganos, duplica el riesgo de enfermedad cardíaca y multiplica el riesgo de muerte en diabéticos y personas con enfermedad renal crónica. También aumenta significativamente la probabilidad de demencia y Alzheimer en hombres mayores.

Recomendaciones para una presión controlada

Frente a estos riesgos, Verywell Health y Cleveland Clinic recomiendan adoptar hábitos saludables: alimentación equilibrada y baja en sodio, dormir entre siete y nueve horas continuas, realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado, reducir el consumo de alcohol y practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación o el yoga.

Hábitos saludables y monitorización frecuente ayudan a controlar la presión arterial y prevenir complicaciones (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para quienes tienen hipertensión, resulta clave medir la presión arterial varias veces al día, no solo en la mañana, ya que el patrón inversor puede enmascarar situaciones de riesgo. En ciertos casos, los profesionales podrán indicar el uso de monitores de presión arterial de 24 horas para lograr un diagnóstico certero.

La importancia de la monitorización nocturna

La evaluación nocturna de la presión arterial se ha consolidado como una herramienta esencial para identificar patrones peligrosos que las mediciones convencionales podrían pasar por alto. Según Cleveland Clinic, esta práctica permite tratar la hipertensión de manera más precisa y prevenir eventos cardiovasculares con mayor eficacia.