El acompañamiento respetuoso y el apoyo concreto del entorno familiar y social pueden marcar la diferencia en la experiencia de la lactancia materna, especialmente durante los primeros días en casa con el recién nacido.
En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 al 7 de agosto bajo el lema “Priorizar la lactancia materna: construyendo sistemas de apoyo sostenibles”, especialistas y profesionales de la salud subrayan la importancia de crear un ambiente propicio para que madres y bebés transiten este proceso de manera saludable y positiva.
La organización y la ayuda de familiares y amigos son clave para que el proceso resulte más sencillo.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna busca visibilizar la necesidad de establecer redes de apoyo sólidas en esta etapa no solo por beneficios individuales, sino también por su impacto ambiental y su contribución a los Objetivos de Nutrición 2025 de la Asamblea Mundial de la Salud.
La lactancia materna ofrece ventajas fundamentales para el desarrollo del bebé. Proporciona una nutrición completa, fortalece el sistema inmunológico y fomenta un vínculo afectivo esencial para el crecimiento saludable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida y su continuación, junto con alimentación complementaria, hasta los dos años o más. Este enfoque maximiza los beneficios tanto para el bebé como para la madre y reduce riesgos de enfermedades a corto y largo plazo.
El entorno familiar desempeña un papel central en el éxito de la lactancia. Especialistas en neonatología y puericultura coinciden en que la organización y la ayuda concreta de familiares y amigos facilitan la adaptación a la nueva dinámica que implica la llegada de un bebé.
La doctora Ana Pedraza, jefa de Neonatología de Clínica y Maternidad Suizo Argentina, señala que “adaptarse al nuevo integrante y a una nueva dinámica familiar es un proceso. Los primeros tiempos pueden vivirse con estrés, miedos, inseguridad, agotamiento… pero también mucha felicidad. La vuelta a casa con el bebé suele ser un momento de vulnerabilidad y adaptación para la madre y la familia, donde el apoyo es clave para continuar con éxito la lactancia”.
Las claves de las primeras semanas
Lejos de improvisar, para esta etapa lo mejor es contar con una buena guía que permita ordenarse, conocer las pautas que favorecen la lactancia y también priorizar qué cosas hacer y cuáles delegar.
Las puericultoras, por ejemplo, promueven el contacto piel a piel con el bebé, ya que esto favorece la producción de oxitocina, la hormona que estimula la bajada de leche y contribuye al apego.
Se recomienda que la lactancia sea a libre demanda y que se ofrezca el pecho al bebé cada vez que lo pida. En estos primeros días, no hay horarios fijos. La licenciada María Teresa D’Osualdo, coordinadora de Puericultura del Sanatorio Los Arcos, explica que “es importante identificar las señales tempranas de hambre: movimientos de succión, cuando busca con la boca, mueve la cabeza. La lactancia se aprende entre los dos. No siempre es perfecta al principio. Cada bebé es distinto y la cantidad de tomas o el tiempo en cada pecho puede variar”, afirmó.
En el comienzo, dicen los expertos, todo puede tornarse más demandante, por lo que es importante que la madre se sienta acompañada y comprendida, recibiendo apoyo emocional de su pareja y entorno familiar. Es clave delegar otras tareas cotidianas, como la preparación de las comidas o la organización de la casa, para que pueda descansar y dedicar su tiempo al bebé.
Las semanas previas al parto son ideales para identificar un entorno tranquilo y prepararlo para la vuelta a casa. “Hay que asegurarse de que la madre disponga de un lugar y de todos los elementos donde pueda amamantar cómoda y sin interferencias. Por ejemplo: un sillón adecuado y confortable. Usar almohadas de lactancia puede ayudar con la postura y evitar tensiones en el cuerpo”, destacó la doctora Ana Pedraza, (MN 42867), jefa de Neonatología de Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
La vuelta a casa suele coincidir con la bajada de leche, un momento en el que pueden surgir molestias como pechos tensos o doloridos, lo que puede dificultar la correcta prendida del bebé. Estas situaciones suelen resolverse en pocos días, pero si persisten, se recomienda buscar apoyo profesional para mejorar la técnica de lactancia. Entre los cuidados del pecho, se aconseja aplicar unas gotas de leche materna al finalizar la toma para prevenir grietas y evitar el uso de cremas o jabones agresivos en la zona.
Los primeros días de un nuevo integrante de la familia suelen convertirse en un momento de intensa vida social, cuando todos quieren acercarse a conocerlo. Sin embargo, si la situación se desborda y se torna demandante, puede terminar afectando la lactancia materna. Por eso, la sugerencia es organizar las visitas respetando las necesidades y deseos de las madres y los momentos de intimidad y descanso familiar.
Las recomendaciones no solo alcanzan a las madres y sus parejas, sino también a familiares y amigos, que pueden contribuir con acciones concretas para que todo el proceso fluya de un modo más natural y simple.
La licenciada Marcela Sánchez, coordinadora de Puericultura de Clínica y Maternidad Suizo Argentina, enfatiza que “amamantar es una elección que se toma, incluso antes de conocer al bebé. Por eso es importante contar con el apoyo del entorno familiar y profesional en todo momento. Es un proceso que requiere información y práctica. Identificar las señales de hambre del bebé, tenerlo en brazos y contar con una red de apoyo nos permitirá organizarnos mejor durante este tiempo, favoreciendo la lactancia. Planificar de antemano la vuelta a casa es fundamental para garantizar el bienestar de la madre, el recién nacido y toda la familia”, recogió el medio.
Entre las acciones recomendadas para el entorno cercano, los especialistas destacan la importancia de respetar los espacios y los tiempos de la familia, ofrecer ayuda sin invadir y estar disponibles para colaborar en tareas concretas. Preparar comidas, encargarse de las compras, ayudar con la organización del hogar o cuidar a otros hijos son ejemplos de cómo el entorno puede aliviar la carga de la madre y permitirle enfocarse en el cuidado y la alimentación del bebé.
El entorno social también debe cuidar ciertas actitudes para no entorpecer el proceso. Los especialistas advierten sobre la importancia de no imponer consejos o críticas no solicitadas, evitar saturar con visitas frecuentes o prolongadas, y no minimizar las emociones o dificultades que la madre pueda experimentar.
Además, se recomienda no tocar o alzar al bebé sin permiso y evitar comparaciones con otras experiencias o expectativas poco realistas. El neonatólogo Jorge Lezcano, jefe del Servicio de Neonatología del Sanatorio Los Arcos, resalta que “el apoyo del entorno cercano es fundamental para facilitar esa etapa de adaptación. Para esto es importante respetar el espacio y el ritmo de la familia y ofrecer ayuda sin invadir”, señaló.
La experiencia de la lactancia materna es única para cada madre y cada bebé. Aunque la planificación y el apoyo son fundamentales, pueden surgir momentos de frustración o dificultades inesperadas. En estos casos, la doctora Ana Pedraza recomienda buscar orientación en profesionales de la salud, como médicos, puericultoras y enfermeras, quienes pueden brindar acompañamiento personalizado y ayudar a superar los desafíos emocionales y prácticos.
Cada familia transita la lactancia a su propio ritmo y con circunstancias particulares. Lo esencial es priorizar el vínculo y el bienestar emocional, y, ante cualquier dificultad, recurrir a la ayuda profesional para encontrar el camino más adecuado en esta etapa de grandes cambios. “Cada experiencia de lactancia es única, es un derecho y una opción que debe vivirse con respeto y sin culpa”, destacó la especialista.
“No te compares: cada madre y cada bebé tienen su propio ritmo y circunstancias”. Lo importante es el vínculo y el amor que compartas con tu hijo más allá de la lactancia. Si sentís que la situación te supera, no dudes en buscar ayuda profesional para manejar la carga emocional y encontrar la mejor manera de seguir adelante. Las primeras semanas pueden ser maravillosas, pero por momentos agobiantes y necesitás adaptarte a nuevos cambios de la rutina”, concluye.