De acuerdo a Mayo Clinic, “las investigaciones han relacionado el hecho de estar sentado durante tiempos prolongados con una serie de problemas de salud. Estos incluyen la obesidad y un conjunto de enfermedades (aumento de la presión arterial, niveles altos de glucosa sanguínea, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles no saludables de colesterol) que constituyen el síndrome metabólico”.
En ese sentido, recientemente, un estudio científico planteó que estar sentado mucho tiempo podría causar reducción del tamaño cerebral y dificultades cognitivas, sin importar cuánta actividad física realice la persona.
De acuerdo a los investigadores de la Universidad de Vanderbilt, la Universidad de Pittsburgh y la Universidad Nacional de Seúl, pasar demasiadas horas con este comportamiento sedentario podría impactar negativamente en el cerebro y elevar el riesgo de desarrollar distintos tipos de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer.
Los autores aclararon que la actividad física es clave para la salud física y mental, y aún en cantidades moderadas tiene efectos positivos sobre el funcionamiento del cerebro. “Reducir el riesgo de padecer Alzheimer no consiste únicamente en hacer ejercicio una vez al día. Minimizar el tiempo que pasamos sentados, incluso si hacemos ejercicio a diario, reduce la probabilidad de desarrollar la enfermedad”, precisó la neuróloga Marissa Gogniat, de la Universidad de Pittsburgh, y una de las autoras del estudio.
La investigación fue publicada en Alzheimer’s & Dementia. Los expertos explicaron que el comportamiento sedentario prolongado se reconoce como un factor de riesgo modificable en el envejecimiento, vinculado no solo a enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cáncer, sino también al deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer.
Qué descubrieron sobre el sedentarismo y la salud cerebral
Un grupo de 404 voluntarios mayores de 50 años participó en el estudio, durante el cual se monitoreó su nivel de actividad mediante dispositivos portátiles durante una semana. En los siete años siguientes, se realizaron evaluaciones cognitivas y estudios por imágenes para analizar su salud cerebral.
Pese a que el 87% cumplía con la recomendación de realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado, quienes pasaban más tiempo sentados tendían a mostrar un rendimiento cognitivo más bajo.
Además, presentaban indicios más marcados de neurodegeneración, como un adelgazamiento acelerado del hipocampo, región cerebral clave para la memoria y una de las primeras en afectarse en la enfermedad de Alzheimer.
Si bien la asociación observada no fue contundente ni demuestra una relación directa de causa y efecto, los resultados fueron significativos: pasar más tiempo sentado se vinculó con un envejecimiento cerebral más acelerado. Reducir ese tiempo, más que aumentar la actividad física, podría ser una medida más eficaz para preservar la salud cerebral.
“Esta investigación destaca la importancia de reducir el tiempo que se pasa sentado, especialmente entre los adultos mayores con mayor riesgo genético de padecer la enfermedad de Alzheimer”, afirmó la neuróloga Angela Jefferson, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.
“Es fundamental para la salud de nuestro cerebro que tomemos descansos de estar sentados a lo largo del día y nos movamos para aumentar nuestro tiempo de actividad”, planteó.
Aunque no es la primera vez que se vincula el sedentarismo con enfermedades como la demencia y el Alzheimer, este trabajo aporta un conjunto de datos sólido que puede ser útil para la investigación y la práctica clínica.
“Es fundamental estudiar las elecciones de estilo de vida y el impacto que tienen en la salud cerebral a medida que envejecemos”, afirmó Jefferson.
¿Cómo moverse si se trabaja sentado todo el día? “Intenta añadir pequeñas sesiones, repartidas a lo largo del día”, dijo Brian Cleven, fisiólogo clínico del ejercicio en Marinette, Wisconsin. “Prueba a hacer de 10 a 15 repeticiones flexionando cada pie, levantando las pantorrillas sentado y marchando en el sitio. O prueba a hacer ejercicios rápidos”, recomendó.
Y completó: “Hacer algo cada hora o tal vez ejercitar la parte inferior del cuerpo una hora y la parte superior la siguiente. Mejor aún, dijo, intenta elevar tu ritmo cardíaco dando un paseo de dos a cinco minutos cada hora o subiendo y bajando unas escaleras”.