El omnívoro ético promueve una alimentación sostenible sin eliminar por completo los productos animales (Imagen Ilustrativa Infobae)

El fenómeno del omnívoro ético ha emergido como una respuesta revolucionaria ante la creciente preocupación por el devastador impacto ambiental de la producción alimentaria. Este enfoque, que va más allá de las dietas convencionales, promueve un consumo consciente y equilibrado de productos de origen animal y vegetal.

Según Healthline, se trata de tomar decisiones informadas que no solo respeten el medio ambiente, sino que también permitan una alimentación responsable y accesible. La verdadera clave de este movimiento radica en adoptar un modelo de sostenibilidad realista, donde cada bocado cuenta y las elecciones diarias se convierten en un acto de responsabilidad, sin tener que renunciar por completo a los placeres de la carne.

Quienes adoptan esta tendencia seleccionan sus alimentos según la trazabilidad, el uso de recursos naturales y el bienestar animal. “El objetivo es minimizar los efectos negativos del sistema alimentario sin recurrir a posturas estrictas”, explica Healthline, que destaca el valor de moderar la carne roja, priorizar proteínas vegetales y reducir el desperdicio como pilares de esta práctica.

Principales impactos del sistema alimentario

La producción mundial de alimentos representa, según Our World in Data, uno de los mayores desafíos ambientales: la mitad de la tierra habitable a nivel global está destinada a la agricultura. Este medio precisa que el ganado ocupa el 77% de la superficie agrícola, pero solo aporta el 18% de las calorías y el 17% de las proteínas consumidas por la humanidad, revelando así un elevado coste ambiental respecto al rendimiento nutritivo.

El ganado ocupa el 77% de la superficie agrícola pero aporta solo el 18% de las calorías consumidas a nivel mundial (Imagen Ilustrativa Infobae)

El sector alimentario es responsable del 25% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según cifras de Our World in Data. Dentro de ese total, el ganado y la pesca generan el 31%; la producción de cultivos, el 27%; el uso de la tierra, el 24%; y la cadena de suministro, el 18%. El CO₂, el metano y el óxido nitroso figuran como principales responsables de la presión sobre el clima (FAO).

El uso del agua dulce también está bajo escrutinio: la WWF estima que aproximadamente el 70% se destina a la agricultura, con productos como leche, queso, frutos secos y acuicultura demandando los mayores volúmenes. Para el enfoque omnívoro ético, gestionar mejor el agua y reducir la contaminación de escorrentías resulta esencial.

Cómo las elecciones individuales pueden transformar la alimentación

Según Healthline y Our World in Data, los alimentos de origen animal, en particular la carne de vacuno y ovina, presentan una huella de carbono sustancialmente superior a la de las proteínas vegetales.

En ese sentido, producir un kilogramo de carne vacuna emite unos 60 kilogramos de CO₂ equivalente; en contraste, el pollo, el pescado y los huevos generan entre 4,5 y 6 kilogramos. Optar por carnes blancas, pescado, tofu, legumbres o frutos secos permite mantener la diversidad nutricional con un impacto ambiental mucho menor.

Esta tendencia busca equilibrar salud, ética y medio ambiente mediante elecciones alimentarias responsables (Imagen Ilustrativa Infobae)

El desperdicio de alimentos constituye otro desafío: el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estimó en 2021 que representa el 6% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Evitar compras innecesarias, consumir alimentos imperfectos y conservar excedentes adecuadamente se encuentran entre las estrategias prácticas más eficientes, según el Food Waste Index Report 2021.

Estrategias prácticas del omnívoro ético

  • Moderar el consumo de carne roja y priorizar fuentes de menor impacto ambiental, recomienda Healthline.
  • Reemplazar parte de la carne en recetas habituales por legumbres o tofu, siguiendo consejos de Our World in Data.
  • Planificar mejor las compras y aprovechar sobras para evitar el desperdicio, como subraya el Food Waste Index Report 2021.
  • Consumir productos locales y de temporada puede reducir significativamente el impacto, particularmente en alimentos susceptibles al deterioro durante largos traslados, según FAO.

El 43% de los consumidores europeos intenta reducir la carne roja por salud y sostenibilidad (Imagen Ilustrativa Infobae)

Estas prácticas no solo permiten una dieta variada y comprometida con el ambiente, sino que, de acuerdo a Healthline, también ofrecen un ahorro económico considerable y contribuyen a la transformación de los sistemas productivos hacia mayores estándares de responsabilidad.

¿Es una tendencia global?

El omnívorismo ético ha pasado de ser una preferencia individual a convertirse en una corriente internacional. Un informe de FMCG Gurus de 2023 indica que el 43% de los consumidores europeos intenta reducir la carne roja en su dieta semanal por motivos de salud y sostenibilidad.

Iniciativas como “Lunes Sin Carne” y el auge de productos plant-based en supermercados y restaurantes, reportado por Good Food Institute en su balance de 2024, prueban la consolidación del fenómeno.

El omnívoro ético recomienda moderar la carne roja, priorizar proteínas vegetales y reducir el desperdicio de alimentos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Especialmente entre jóvenes y poblaciones urbanas, este cambio responde al acceso a la información ambiental y a la necesidad de mayor transparencia en la industria alimentaria, según Healthline. La ampliación de productos sustentables en grandes cadenas alimenticias confirma la respuesta de la oferta a esta demanda en ascenso.

¿Fenómeno cultural o forma de vida?

Adoptar el omnívorismo ético supone una transformación cultural en la relación con la comida, como analizó Healthline. La preocupación por el cambio climático y la sobreexplotación de recursos ha integrado actitudes responsables y sostenibles a la vida cotidiana.

Reducir la carne roja, apoyar la producción local y evitar el desperdicio genera un efecto positivo concreto sobre la sostenibilidad planetaria. Así, cada pequeño paso alimentario suma para forjar un sistema más justo y equilibrado.