Un enemigo silencioso puede esconderse en los lugares más inesperados del hogar, comprometiendo tanto la salud de quienes lo habitan como la estructura misma de la vivienda. El moho no es solo una mancha desagradable en paredes o techos: es una amenaza real, capaz de afectar el sistema respiratorio y deteriorar los materiales con el paso del tiempo.
Tanto medios especializados como MiNDFOOD, así como reconocidas instituciones internacionales como la Mayo Clinic y la Harvard Medical School, coinciden en advertir sobre los peligros asociados a la exposición al moho y dan pautas claras para su prevención y erradicación.
¿Por qué el moho afecta la salud?
El moho prospera en ambientes húmedos y cálidos y se dispersa liberando esporas en el aire. Según la Mayo Clinic, estas esporas, al ser inhaladas, pueden irritar el sistema respiratorio y provocar problemas especialmente en personas con asma, alergias o sistemas inmunológicos debilitados.
Los síntomas pueden incluir estornudos, tos, congestión nasal, ojos irritados, erupciones cutáneas, fatiga y dolores de cabeza. Harvard Medical School señala que en casos severos o de exposición prolongada, el moho puede contribuir al desarrollo de enfermedades respiratorias crónicas o infecciones por hongos.
Lugares donde suele ocultarse el moho
- Baños: bajo lavabos y alrededor de azulejos.
- Cocinas: detrás de electrodomésticos y cerca de cañerías con filtraciones.
- Sótanos y espacios de difícil acceso.
- Alféizares de ventanas y equipos de aire acondicionado.
- Detrás de tapices o paneles de yeso. La condensación en ventanas favorece su aparición, sobre todo en épocas frías.
Estrategias recomendadas por expertos para mantener el moho lejos del hogar
- Controlar la humedad: mantener los niveles por debajo del 50% con deshumidificadores y buena ventilación, especialmente en baños y cocinas.
- Reparar goteras de inmediato: tanto la Mayo Clinic como Harvard Medical School insisten en solucionar de forma rápida cualquier filtración, ya sea de caños, techos o electrodomésticos.
- Mejorar la ventilación: instalar extractores en áreas propensas y abrir ventanas habitualmente.
- Suciedad y humedad bajo control: limpiar y secar las superficies húmedas en menos de 48 horas; evitar dejar ropa o alfombras mojadas.
- Materiales resistentes: usar pinturas y paneles que prevengan el moho para zonas expuestas a humedad.
- Revisión periódica: recomendada por la Mayo Clinic tras lluvias intensas o deshielos.
- Limpieza adecuada: MiNDFOOD y otras fuentes destacan el uso de vinagre blanco para eliminar el moho visible, evitando la lejía en superficies porosas.
El vinagre como recurso eficaz
De acuerdo a MiNDFOOD y respaldado por artículos de la Harvard Medical School, el vinagre blanco puede destruir hasta el 80% de las especies de moho que aparecen en superficies no porosas, debido a su ácido acético. Es un método seguro, económico y de fácil aplicación.
¿Cómo usarlo correctamente?
- Aplicar vinagre sin diluir (ácido acético al 5-6%) sobre la superficie.
- Dejar actuar como mínimo una hora.
- Frotar y enjuagar con agua tibia.
- Dejar secar completamente y, si se desea, volver a aplicar vinagre para reforzar el efecto.
Si el moho se instaló en materiales porosos o hay áreas gravemente afectadas, el vinagre puede no ser suficiente. Ante infestaciones grandes o moho tóxico (como Stachybotrys chartarum), Harvard Medical School y la Mayo Clinic aconsejan recurrir a expertos en remediación para evitar complicaciones de salud.
Para potenciar la acción, se puede espolvorear bicarbonato de sodio tras el vinagre y frotar para mayor poder abrasivo y neutralización de olores, siempre evitando mezclarlos en el mismo recipiente para mantener su eficacia.
Cuándo llamar a un profesional
Si la zona afectada supera un metro cuadrado, persiste un olor a humedad o hay síntomas de salud inexplicables, MINDFOOD recomienda la intervención de profesionales certificados en control y remediación de moho.
Prevenir y actuar a tiempo frente al moho es clave para proteger la salud y el hogar.