En 2025 se notificaron más de 315.000 casos de enfermedad tipo influenza en Argentina, con un aumento sostenido desde marzo (Freepik)

En las primeras veinte semanas de 2025 se registraron en Argentina más de 315.000 casos de enfermedad tipo influenza (ETI), 45.096 casos de neumonía y 27.528 diagnósticos de bronquiolitis en menores de dos años, según el último Boletín Epidemiológico Nacional.

El informe del Ministerio de Salud advierte que tanto los cuadros gripales como las neumonías muestran una tendencia ascendente desde mediados de marzo, alcanzando niveles de brote a partir de la semana 12.

Los datos reflejan un patrón que se repite cada invierno, con mayor circulación de virus respiratorios y un impacto especial sobre niños, personas mayores y quienes tienen enfermedades crónicas.

El frío no es el único responsable: la permanencia en ambientes cerrados, la baja ventilación y la sequedad del aire son factores que debilitan las defensas naturales del cuerpo frente a virus y bacterias.

Cuáles son las enfermedades más comunes en las estaciones frías

La fiebre persistente durante más de 48 horas indica la necesidad de una consulta médica para descartar complicaciones (Freepik)

Durante el otoño y el invierno, los centros de salud se llenan de pacientes con cuadros respiratorios. Si bien comparten varios síntomas, las enfermedades difieren en severidad y tratamiento. Estas son las más frecuentes:

Resfrío común

Causado por rinovirus, provoca congestión nasal, estornudos, tos leve, dolor de garganta y malestar general. No suele haber fiebre. Es autolimitado y se resuelve en pocos días con reposo e hidratación.

Gripe (influenza)

Tiene un inicio abrupto, con fiebre alta, dolor muscular, tos seca, escalofríos, dolor de cabeza y agotamiento. Puede generar complicaciones como neumonía, sobre todo en adultos mayores, personas gestantes y quienes tienen enfermedades crónicas. El virus cambia cada año, por lo que se recomienda vacunación anual.

La bronquiolitis ya afectó a 27.528 menores de 2 años este año y es la principal causa de internación pediátrica en invierno (Freepik)

Bronquiolitis

La bronquiolitis es la principal causa de internación en menores de dos años. Empieza como un resfrío, pero puede progresar rápidamente a dificultad respiratoria. “Es una enfermedad viral que inflama los bronquiolos y puede derivar en insuficiencia respiratoria si no se atiende a tiempo”, advirtió el doctor Carlos Velasco, del servicio de Neumonología Infantil del Hospital de Clínicas de Buenos Aires. Desde 2024, se incorporó al calendario de nacional de vacunación la inmunización contra el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) en embarazadas, para proteger a los recién nacidos.

Neumonía

La neumonía es una infección que compromete los pulmones, con fiebre persistente, tos con flema, dolor torácico y dificultad para respirar. Es una de las principales causas de mortalidad en mayores de 60 años. Puede requerir internación. La vacunación contra neumococo es clave para prevenirla.

El humo del tabaco daña las vías respiratorias y aumenta la vulnerabilidad frente a enfermedades respiratorias agudas (Pixabay)

Bronquitis

La bronquitis es la inflamación de los bronquios, con tos persistente, mucosidad, dolor torácico y sensación de falta de aire. Puede ser viral o bacteriana. En pacientes con asma o EPOC, las recaídas son más frecuentes en invierno.

Asma

El asma afecta a unos 4 millones de personas en el país. El aire frío, los virus respiratorios y los alérgenos son factores que agravan las crisis. “El control de síntomas es esencial para evitar internaciones”, indicó la doctora Ana Putruele, jefa de Neumonología en el Hospital de Clínicas.

EPOC

Una enfermedad crónica y progresiva que muchas veces no presenta síntomas hasta etapas avanzadas. “El 80% de quienes la padecen no lo sabe”, alertó Putruele. La mayoría de los casos está vinculada al tabaquismo. Las infecciones respiratorias pueden agravarla, por lo que la vacunación anual contra gripe y neumococo es fundamental.

Consejos para evitar contagiarse

Ventilar todos los ambientes al menos 10 minutos diarios, incluso con frío, reduce el riesgo de contagio por virus respiratorios (DPA)

Además de vacunarse según las recomendaciones del Calendario Nacional de Vacunación, existen medidas cotidianas que ayudan a reducir la circulación de virus respiratorios:

  1. Lavarse las manos con agua y jabón al volver de la calle, antes de cocinar o comer, y después de ir al baño.
  2. Ventilar los ambientes al menos 10 minutos por día, incluso en días fríos.
  3. Evitar el contacto con personas con síntomas respiratorios, especialmente si se convive con bebés, personas mayores o pacientes inmunocomprometidos.
  4. No compartir utensilios personales, como vasos, cubiertos o mates.
  5. Cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, usando el pliegue del codo o pañuelos descartables.
  6. Evitar el uso de braseros dentro del hogar y no utilizar hornallas u hornos como calefacción, ya que esto puede generar intoxicaciones o favorecer la proliferación de hongos por humedad.
  7. No automedicarse. El uso de jarabes, antibióticos o remedios caseros sin indicación médica puede empeorar los cuadros o enmascarar síntomas importantes.
  8. Evitar fumar en espacios cerrados. El humo del tabaco daña las vías respiratorias y aumenta la vulnerabilidad frente a virus.
  9. Limpiar superficies de contacto frecuente, como picaportes, mesas y celulares, con alcohol diluido o productos desinfectantes.

En caso de síntomas leves, como congestión o dolor de garganta sin fiebre, se recomienda reposo, buena hidratación y evitar el contacto cercano con otras personas por al menos cinco días. Si hay fiebre, se sugiere permanecer en casa hasta 24 horas después de su desaparición.

Cuándo consultar a un médico

Los espacios cerrados y mal ventilados facilitan la circulación del virus de la influenza, que requiere vacunación anual (Freepik)

Reconocer cuándo un cuadro requiere atención médica es clave para evitar complicaciones y reducir la saturación en las guardias. La fiebre persistente —más de 38 °C durante más de 48 horas— es un indicador relevante.

“Es el síntoma que marca la urgencia. Sin fiebre, una congestión o tos no suelen requerir medicación ni consulta inmediata”, explicó la jefa de Medicina Interna en el Hospital de Clínicas, Pía Majdalani.

Se recomienda consultar al médico de cabecera o en un centro ambulatorio en los siguientes casos:

  • Fiebre alta por más de dos días.
  • Dolor de garganta intenso que no cede con analgésicos comunes.
  • Tos con dificultad respiratoria o ruidos al respirar.
  • Decaimiento marcado, falta de apetito o dificultad para dormir (especialmente en niños pequeños).
  • Síntomas respiratorios en personas con enfermedades crónicas.

En cambio, situaciones como tapones de cera, resfríos leves, sangrado nasal ocasional en niños o molestias de garganta pasajeras pueden resolverse en casa con medidas simples. Acudir innecesariamente a la guardia puede generar demoras en la atención de emergencias reales.

“La prevención, el conocimiento de los síntomas y la consulta oportuna son las mejores herramientas para atravesar el invierno sin complicaciones”, concluyó la médica especialista en otorrinolaringología Sofía Luzzi.