Las verduras congeladas ayudan a controlar la presión arterial y son recomendadas por nutricionistas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las cifras actuales revelan que casi la mitad de los adultos estadounidenses enfrenta presión arterial alta, una condición que incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Frente a este panorama, expertos en nutrición resaltan que la alimentación es un factor determinante en la regulación de la presión arterial, y que adoptar ciertos hábitos alimenticios, como incluir verduras en la dieta diaria, puede marcar la diferencia.

Dentro de este contexto, las verduras congeladas surgen como una opción accesible y eficaz para contribuir a una mejor salud vascular.

Nutrición y practicidad: lo que ofrecen las verduras congeladas

A menudo existe la percepción de que las verduras frescas son superiores en cuanto a valor nutricional, pero la realidad se aleja de este mito común.

Según un articulo reciente publicado en EatingWell, las verduras congeladas conservan las propiedades beneficiosas de las frescas y, en algunos casos, incluso mantienen más vitaminas y minerales gracias a los procesos de congelación rápida que emplean los productores. Estos métodos permiten retener nutrientes como el potasio, la fibra y los antioxidantes, esenciales para la salud cardiovascular y la regulación de la presión arterial.

Además, las verduras congeladas reducen el desperdicio de alimentos, ofrecen mayor duración en el hogar y disminuyen el tiempo de preparación requerido para su consumo, lo que las convierte en una opción asequible y cómoda en la vida actual.

1. Repollitos de Bruselas

Las coles de Bruselas congeladas aportan fibra, potasio y vitamina K, claves para la salud cardiovascular (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las repollitos de Bruselas congeladas destacan por su elevado contenido de fibra, hierro, vitamina K y potasio. Cada uno de estos nutrientes desempeña funciones relevantes en el mantenimiento de un corazón sano y en la regulación de la presión arterial.

Ambrazia Sublett, especialista en nutrición, indica que el consumo de verduras crucíferas se relaciona con una menor incidencia de enfermedades cardíacas. El potasio contenido en estas verduras ayuda a contrarrestar los efectos del sodio y favorece la dilatación de los vasos sanguíneos, mientras que la fibra contribuye a regular el colesterol y mejorar la función vascular.

Por su parte, la vitamina K incide en la salud de las arterias y en los procesos de regulación del calcio en el organismo.

Para quienes disfrutan una textura crujiente, un consejo práctico es calentar la bandeja del horno durante el precalentamiento. De este modo, los repollitos de Bruselas pueden dorarse adecuadamente y tomar una apariencia atractiva.

Una mezcla de aceite neutro y los condimentos preferidos, seguida de un horneado hasta dejar un tono dorado, es suficiente para presentar este vegetal como una guarnición sabrosa, especialmente acompañada de fuentes de proteína saludables como pollo o salmón.

2. Espinacas

Las espinacas congeladas destacan por su contenido de potasio, magnesio y nitratos, beneficiosos para la presión arterial

Entre las verduras de hoja verde, la espinaca congelada sobresale por su abundancia de potasio y magnesio, minerales vinculados directamente a la reducción de la presión arterial.

El potasio actúa eliminando el exceso de sodio e incidiendo en la relajación de las paredes de los vasos sanguíneos, mientras que el magnesio ayuda a regular el tono vascular.

Además, las espinacas son fuente importante de nitratos dietéticos, que el cuerpo transforma en óxido nítrico, un compuesto fundamental para relajar los vasos sanguíneos y mejorar la circulación.

Este perfil nutricional se traduce en múltiples opciones en la cocina. Las espinacas congeladas, que ya han sido escaldadas antes de envasarse, requieren poca cocción e integran fácilmente platos como batidos, sopas o tortillas, aportando sabor y nutrientes esenciales sin complicaciones adicionales.

3. Brócoli

El brócoli congelado ofrece fibra, vitamina C y antioxidantes que contribuyen a reducir el colesterol y la inflamación (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

El brócoli congelado constituye otra propuesta sobresaliente gracias a su aporte de vitamina C, fibra y antioxidantes.

La fibra contribuye a la disminución del colesterol LDL, lo que ayuda a prevenir la obstrucción de las arterias. Además, los antioxidantes presentes en esta verdura cumplen un rol fundamental en la lucha contra la inflamación crónica, un factor de riesgo en el desarrollo de la hipertensión y de enfermedades que afectan el sistema circulatorio.

Anna Alfred, experta en nutrición, señala que la fibra ayuda a reducir el colesterol LDL (conocido como “malo”), que puede contribuir a la acumulación de placa en las arterias y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Los antioxidantes ayudan a reducir la inflamación, un factor importante que contribuye a la hipertensión.

La versatilidad del brócoli congelado permite incorporarlo en una variedad de platillos. Puede añadirse a pastas, guisos, sopas o asarse a temperaturas elevadas para obtener una textura crujiente, o bien prepararlo al vapor y acompañarlo con aceite de oliva, jugo de limón y ajo, conformando una guarnición rápida y saludable.

4. Coliflor

La coliflor congelada es rica en fibra y vitamina C, ayudando a controlar el peso y proteger las arterias (Freepik)

La coliflor congelada sorprende por su alto contenido en fibra y vitamina C; no solo contribuye al control del peso—a su vez un factor relevante en la gestión de la hipertensión—sino que también ayuda a reducir el colesterol.

En paralelo, la vitamina C se reconoce como un antioxidante eficaz para proteger contra el avance de la aterosclerosis y las complicaciones derivadas de la tensión arterial elevada.

En el ámbito culinario, la coliflor congelada destaca por su versatilidad. Puede emplearse para preparar arroz de coliflor, purés y hasta bases de pizza. Asarla realza su sabor y añadirla en salteados o sopas proporciona un aporte sutil y eficaz de fibra y antioxidantes.

Claves al elegir y cocinar verduras congeladas

Al comprar verduras congeladas, es fundamental revisar las etiquetas y optar por aquellas que incluyan solo el vegetal, sin salsas, sal ni grasas añadidas. Se recomienda limitar productos procesados como los que contienen queso o aderezos, cuya presencia suele aumentar la carga de sodio y grasas saturadas.

Para conservar el máximo valor nutricional, es preferible cocinarlas al vapor o asarlas, ya que la ebullición prolongada puede provocar la pérdida de vitaminas hidrosolubles. Mezclar diferentes opciones congeladas puede ser una estrategia sencilla para crear platos balanceados y ricos en nutrientes.

Las opiniones expertas coinciden en que las verduras congeladas constituyen una alternativa económica, práctica y saludable para contribuir al control de la presión arterial.

De acuerdo con las recomendaciones analizadas, mantener estas verduras en el congelador facilita la preparación de comidas rápidas y favorece la constancia en hábitos alimentarios que promuevan la salud vascular a largo plazo.