Fatiga, irritabilidad y diversos riesgos para la salud pueden advertir sobre los peligros de eliminar por completo los carbohidratos de la dieta, según especialistas consultados por Verywell Health y la Cleveland Clinic.
La popularidad de las dietas bajas en este macronutriente ha crecido en los últimos años, impulsada por promesas de pérdida rápida de peso y control metabólico. Sin embargo, expertos enfatizan que los carbohidratos cumplen funciones vitales en el organismo y su supresión total puede desencadenar no solo síntomas agudos, sino también consecuencias de fondo para la salud física y mental.
Ambas instituciones destacan que la restricción severa de carbohidratos afecta el funcionamiento de órganos esenciales como el cerebro, los riñones y los músculos, y puede provocar desde alteraciones en el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo, hasta desequilibrios hormonales, problemas digestivos y mayor vulnerabilidad ante ciertas enfermedades.
Los especialistas de Harvard coinciden en la necesidad de abordar las modas alimentarias restrictivas con sentido crítico, subrayando los riesgos de dejar de lado un macronutriente imprescindible para el bienestar y el equilibrio metabólico.
Funciones esenciales de los carbohidratos en el cuerpo
Los carbohidratos constituyen la principal fuente de energía para el cuerpo humano y forman parte, junto con las proteínas y las grasas, de los tres macronutrientes fundamentales.
Su función resulta clave para el correcto funcionamiento de órganos y tejidos, en especial para el cerebro y los músculos. Tanto Verywell Health como la Cleveland Clinic coinciden en que el cuerpo requiere al menos 130 gramos diarios de carbohidratos para cubrir funciones básicas, una cifra que debe incrementarse en personas físicamente activas.
Cambios fisiológicos y riesgos al restringir carbohidratos
Ante la reducción o eliminación drástica de carbohidratos, el organismo activa mecanismos alternativos para obtener energía. El primero es la gluconeogénesis, un proceso por el cual el cuerpo genera glucosa a partir de los aminoácidos de los músculos y el glicerol proveniente de las grasas. Según la Cleveland Clinic, este mecanismo resulta útil para la supervivencia a corto plazo, pero su mantenimiento prolongado puede provocar desequilibrios hormonales, hiperglucemia y alteraciones en el hígado y la tiroides.
Aproximadamente entre 24 y 48 horas después de dejar de consumir carbohidratos, las reservas de glucógeno —la forma en que el cuerpo almacena energía— se agotan. En esta situación, el organismo comienza a utilizar las grasas como fuente principal de combustible, un estado conocido como cetosis. Aunque esta adaptación permite que el cerebro y los músculos sigan funcionando en ausencia de glucosa, presenta efectos secundarios considerables.
Cleveland Clinic advierte que, a corto plazo, la cetosis puede provocar irritabilidad, cansancio, estreñimiento y molestias agrupadas bajo el término “gripe cetogénica”, que incluyen dolor de cabeza y malestar general. Además, la restricción severa de carbohidratos puede derivar en deshidratación, desequilibrios electrolíticos e incluso cetoacidosis diabética, una complicación grave en personas con diabetes caracterizada por la acumulación de cetonas en la sangre.
Dietas bajas en carbohidratos: mitos y realidades
Las dietas bajas en carbohidratos, incluidas las cetogénicas —que limitan la ingesta a solo 50 gramos diarios—, se han promocionado como estrategias eficaces para perder peso y controlar la diabetes tipo 2. Sin embargo, Cleveland Clinic advierte que la evidencia científica sobre los beneficios de estas dietas a largo plazo sigue siendo contradictoria. Aunque algunos estudios muestran mejoras iniciales en el control del azúcar en sangre y la reducción de peso, estos efectos tienden a estabilizarse después de un año.
Además, Cleveland Clinic señala que la dificultad para mantener este tipo de regímenes suele igualar los resultados a los de otras alternativas alimentarias tras periodos prolongados.
Recuperación muscular, digestión y riesgos a largo plazo
La importancia de los carbohidratos se extiende a la recuperación muscular y al mantenimiento de la salud digestiva. Estudios citados por Verywell Health demuestran que los atletas logran una mejor recuperación cuando incluyen carbohidratos en su dieta, en comparación con quienes solo consumen proteínas. Además, la fibra presente en los carbohidratos naturales favorece el tránsito intestinal y ayuda a prevenir enfermedades.
Expertos de la Cleveland Clinic y Verywell Health coinciden en que eliminar por completo los carbohidratos de la alimentación puede incrementar el riesgo de colesterol elevado, cálculos renales, problemas óseos, trastornos intestinales y ciertos tipos de cáncer. Un enfoque equilibrado y personalizado continúa siendo la mejor estrategia para preservar la salud metabólica y general.