El dolor de ojos al despertar puede deberse a sequedad ocular, alergias, uso de pantallas o infecciones, según Cleveland Clinic (Imagen Ilustrativa Infobae)

Despertar con dolor ocular es una experiencia común que, según especialistas de Cleveland Clinic, puede estar vinculada a al menos diez causas habituales. Comprender los motivos detrás de la molestia matutina ayuda a diferenciar entre un fenómeno pasajero y uno que podría requerir la intervención de un profesional de la salud.

Aunque la mayoría de los casos se resuelven con medidas sencillas, los expertos de Cleveland Clinic advierten que existen situaciones en las que la consulta médica es imprescindible.

El oftalmólogo Wes Immler destacó que la presencia de dolor intenso, secreción, visión borrosa, pérdida de visión, sensibilidad a la luz o síntomas generales como fiebre, dolor de cabeza, náuseas o vómitos constituye un motivo para una evaluación urgente. Ignorar estos signos, advierte la institución, puede aumentar el riesgo de complicaciones irreversibles.

El dolor ocular matutino puede manifestarse como ardor, sensación de arenilla, pinchazos o dificultad para ver con claridad. Determinar el tipo de molestia y los síntomas asociados resulta clave para conocer su origen.

La sequedad ocular es una de las causas más frecuentes de molestias matutinas, agravada por aire seco, calefacción o ventiladores (Imagen Ilustrativa Infobae)

Entre las causas más frecuentes, la sequedad ocular es una de las principales. Immler explica que este malestar se presenta como ardor o sensación arenosa, agudizándose por la disminución de la producción de lágrimas durante la noche. Factores ambientales como el aire seco, la calefacción o dormir con ventilador favorecen la evaporación de las lágrimas, lo que intensifica la incomodidad al abrir los ojos por la mañana.

Factores ambientales y hábitos que agravan el dolor ocular

1. Alergias

Las alergias figuran entre los motivos habituales de malestar ocular. El contacto con polvo, polen, ácaros o pelo de mascotas puede inflamar los tejidos perioculares y provocar dolor e irritación. Los especialistas recomiendan lavar el rostro y la zona ocular antes de dormir, especialmente después de exponerse a alérgenos, para evitar que permanezcan en la piel y agraven los síntomas al despertar.

2. Uso prolongado de dispositivos electrónicos

El uso extendido de dispositivos electrónicos reduce la frecuencia del parpadeo, favoreciendo la sequedad ocular. Quienes pasan muchas horas frente a pantallas o ven televisión antes de dormir pueden experimentar molestias persistentes hasta la mañana siguiente. Según Cleveland Clinic, la fatiga visual acumulada durante el día puede manifestarse como dolor ocular al despertar.

El uso prolongado de dispositivos electrónicos reduce el parpadeo y favorece la fatiga visual, aumentando el dolor ocular al despertar (Imagen ilustrativa Infobae)

3. Conjuntivitis

La conjuntivitis, ya sea viral, bacteriana o alérgica, provoca inflamación de la conjuntiva, la membrana que recubre el ojo y el interior de los párpados. El dolor ocular al despertar, junto con enrojecimiento y, en ocasiones, secreción, puede indicar la presencia de esta afección.

4. Lagoftalmos nocturno

El lagoftalmos nocturno es una alteración en la que una o ambas personas duermen con los ojos parcialmente abiertos, a menudo por daño en los nervios o los párpados. Esta exposición permite que la córnea pierda humedad durante la noche, causando dolor intenso al despertar, sensación de cuerpo extraño y, en casos graves, abrasiones corneales.

5. Blefaritis

La blefaritis se caracteriza por inflamación y enrojecimiento de los párpados, generalmente por obstrucción de las glándulas sebáceas, afecciones cutáneas o infecciones. Immler explica que esta condición causa acumulación de costras o residuos en las pestañas, bloqueando las glándulas y generando dolor, ardor y enrojecimiento al despertar.

La blefaritis provoca inflamación y enrojecimiento de los párpados, generando dolor y acumulación de costras en las pestañas al despertar

6. Erosión corneal recurrente

Tras una lesión ocular, la córnea puede no cicatrizar adecuadamente, lo que da lugar a la erosión corneal recurrente. Durante el sueño, el párpado puede adherirse a las células superficiales mal cicatrizadas y, al abrirse, desprenderlas, recreando la herida. Esto provoca dolor agudo al despertar, similar a la sensación de un rasguño en el ojo.

7. Sequedad ocular

La sequedad ocular es una de las causas más frecuentes de molestias al abrir los ojos. Se intensifica durante la noche debido a la menor producción de lágrimas y se agrava por factores como aire seco, calefacción o ventiladores, que favorecen la evaporación de las lágrimas.

8. Uso inadecuado de lentes de contacto

Dormir con lentes de contacto impide la adecuada oxigenación de la superficie ocular, puede causar enrojecimiento, incomodidad y dolor al despertar. Además, no limpiar los lentes, no reemplazarlos según indicaciones o utilizarlos más allá del tiempo recomendado aumenta el riesgo de infecciones graves y molestias matutinas.

Dormir con lentes de contacto o usarlos de forma inadecuada incrementa el riesgo de infecciones y molestias oculares matutinas (Imagen Ilustrativa Infobae)

9. Infecciones oculares

Las infecciones oculares generan inflamación y dolor, agravados durante la noche por la respuesta inmunitaria del organismo. Cleveland Clinic subraya que pueden derivar en úlceras corneales, lesiones que, si no se tratan, pueden dejar cicatrices, aumentar la sensibilidad a la luz y provocar pérdida de visión.

10. Irritantes ambientales

La exposición a humo de cigarrillo, incendios, gases, polvo o productos químicos puede dejar partículas en la piel, ropa o ropa de cama. Si no se lava el rostro antes de dormir, estos irritantes pueden entrar en contacto con los ojos durante la noche y desencadenar dolor e irritación al despertar.

No todas las causas del dolor ocular al despertar requieren atención médica inmediata, pero la recomendación de Cleveland Clinic es consultar a un especialista si el dolor es intenso, persiste durante el día o varios días, o si se acompaña de síntomas como secreción, visión borrosa, pérdida de visión, sensibilidad a la luz o manifestaciones generales.