Más de 830 millones de personas viven con diabetes en todo el planeta, y más del 95% de ellas presentan el tipo 2, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ahora, un estudio realizado por el Mount Sinai Hospital de Nueva York identificó que la exposición a los llamados “químicos eternos” o PFAS —presentes en productos cotidianos— se asocia con un aumento del 31% en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Los hallazgos, publicados en eBioMedicine, advierten sobre el impacto de estas sustancias sintéticas en la salud pública y plantean nuevos cuestionamientos sobre los mecanismos metabólicos implicados en esta enfermedad crónica.
Un vínculo documentado entre PFAS y diabetes tipo 2
La investigación se basó en la base de datos BioMe, que almacena información de más de 65.000 pacientes atendidos desde 2007. El estudio analizó a 180 personas recientemente diagnosticadas con diabetes tipo 2 y las comparó con 180 controles sin la enfermedad, emparejados por edad, sexo y ascendencia. La muestra abarcó afroamericanos, hispanos y personas blancas, lo que permitió medir el impacto de los PFAS en una población diversa.
Se analizaron muestras de sangre tomadas unos seis años antes del diagnóstico y se cuantificaron los niveles de siete tipos de PFAS junto a perfiles metabolómicos. Estas sustancias, utilizadas para otorgar resistencia al calor, agua y manchas en utensilios, muebles y ropa, pueden permanecer durante años en el ambiente. Según Mount Sinai Hospital, cada aumento en el rango de exposición se relacionó con un incremento del 31% en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Cómo se realizó el estudio y qué descubrieron
El trabajo utilizó un diseño de casos y controles anidados dentro de la cohorte BioMe. Tras excluir a quienes ya tenían diabetes al inicio, se seleccionaron los casos incidentes y los controles, usando muestras de plasma prediagnóstico para medir la exposición a PFAS años antes de la detección de la enfermedad.
El compuesto con mayor peso en la asociación fue el perfluorooctano sulfonato (PFOS), usado comúnmente en productos impermeabilizantes, espumas contra incendios y recubrimientos industriales. El análisis identificó, además, tres metabolitos —5-hidroxitriptófano, glucoheptulosa y sulfolitocolilglicina— asociados tanto con PFAS como con un mayor riesgo de diabetes tipo 2.
El estudio también documentó alteraciones en vías metabólicas como el metabolismo del glutamato, la arginina y la prolina, además de la ruta mediada por el citocromo p450, que es un sistema de enzimas del hígado encargado de procesar fármacos y eliminar sustancias tóxicas. Estas disrupciones metabólicas ayudarían a entender cómo los PFAS afectan la capacidad del cuerpo para regular la glucosa en sangre.
Qué son los PFAS y por qué son motivo de preocupación
Los PFAS conforman una familia de “compuestos químicos sintéticos que resisten el calor, el aceite, el agua y las manchas, y se encuentran en innumerables productos de consumo diario”, explicó Vishal Midya, autor principal del estudio y profesor asistente en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai.
Debido a su estabilidad química, estos compuestos no se degradan fácilmente, por eso recibieron el nombre de “químicos eternos” y su acumulación en el ambiente y en los organismos humanos ha suscitado preocupación científica y regulatoria. El Mount Sinai Hospital señaló que estudios previos ya habían asociado la exposición a PFAS con un mayor riesgo de patologías como la obesidad y la enfermedad hepática, además de la diabetes tipo 2. No obstante, los mecanismos biológicos detrás de estas asociaciones solo ahora comienzan a entenderse mejor.
La importancia del hallazgo, según los expertos
La investigación representa uno de los primeros análisis sobre cómo los PFAS impactan en el organismo. “Nuestro estudio es uno de los primeros en examinar cómo estos químicos pueden alterar el metabolismo del cuerpo de formas que incrementan el riesgo de diabetes, particularmente en poblaciones diversas de Estados Unidos”, afirmó Midya.
Damaskini Valvi, profesora asociada en la institución, destacó la importancia de estos resultados para crear estrategias preventivas más eficaces: “Los resultados pueden ayudarnos a diseñar intervenciones más efectivas para la prevención temprana de la diabetes tipo 2 en el futuro, considerando la exposición de las personas a químicos ambientales junto con otros factores genéticos, clínicos y de estilo de vida implicados en el desarrollo de la diabetes”.
Ambos autores subrayaron la importancia de prevenir la exposición a los PFAS como medida de salud pública. Este estudio refuerza la necesidad de avanzar en el conocimiento de los mecanismos que afectan el metabolismo y contribuyen al desarrollo de enfermedades crónicas.
Asimismo, desde el Mount Sinai Hospital recomendaron llevar a cabo estudios más amplios y de mayor duración, integrando datos ambientales y genéticos para comprender mejor cómo las exposiciones ambientales interactúan con el metabolismo y contribuyen a la enfermedad.
Además, sugirieron analizar el impacto a lo largo del ciclo vital, desde la preconcepción hasta la vejez, para identificar periodos críticos de exposición y su efecto acumulativo.