
La hinchazón ocular afecta a personas de todas las edades y suele estar asociada a causas que superan lo meramente estético. De acuerdo con expertos consultados por Vogue y diversos estudios científicos, factores como la retención de líquidos, las alergias, la deshidratación, el consumo de alcohol, el descanso inadecuado y el envejecimiento se identifican entre los principales motivos de los ojos hinchados, lo que repercute tanto en el bienestar como en la apariencia.
Las recomendaciones de oftalmólogos especializados permiten comprender las causas y facilitan soluciones prácticas para abordar este problema frecuente.
A esta perspectiva, se suma evidencia científica reciente. Un estudio publicado en septiembre de 2025 en la revista International Journal of Molecular Sciences revela que los trastornos inflamatorios de la superficie ocular, como la enfermedad de ojo seco, pueden coexistir con dolor ocular crónico y síntomas inflamatorios persistentes.

El trabajo, realizado en el Instituto de Oftalmobiología Aplicada de la Universidad de Valladolid, muestra que los cambios moleculares y celulares en el área ocular, incluyendo la presencia de citocinas inflamatorias y alteraciones en los nervios corneales, pueden contribuir a molestias, inflamación y edema periocular, incluso cuando los signos clínicos visibles parecen estables.
Estos hallazgos confirman que la hinchazón y el malestar ocular pueden reflejar procesos subyacentes más complejos y prolongados, y no solo causas externas o hábitos poco saludables.
Influencia genética, envejecimiento y hábitos
Especialistas consultadas por Vogue coinciden en que la piel del área ocular, especialmente bajo los ojos, es propensa a retener líquidos, lo que da lugar a bolsas y edema periocular. Elizabeth Hawkes, cirujana oftalmóloga y oculoplástica, afirma que el alcohol, el descanso insuficiente o el estrés agravan la hinchazón desde las primeras horas del día.

Además, explica que el envejecimiento debilita el tabique orbitario que sostiene la grasa bajo los ojos, permitiendo que esta se desplace y forme bolsas visibles. La genética también influye: la cirujana oculoplástica Jennifer Doyle indica que algunas personas presentan tejido conjuntivo más fino, lo que las vuelve más propensas a desarrollar bolsas desde edades tempranas y con la pérdida progresiva de colágeno y elastina.
La importancia de un diagnóstico adecuado
La doctora Rachna Murthy advierte en Vogue que los ojos hinchados representan un síntoma, no un diagnóstico, y pueden deberse tanto a la retención de líquidos o respuestas alérgicas como a enfermedades menos comunes, como la enfermedad ocular tiroidea.
Asimismo, la especialista subraya la importancia de consultar a un médico si la hinchazón se acompaña de dolor, sangrado, bolsas irregulares o duras, fiebre, alteraciones visuales o un cambio repentino en la prominencia ocular. Estas señales pueden advertir sobre problemas de salud más graves y exigen atención profesional.
Hábitos y prevención para reducir la hinchazón

El análisis de los hábitos cotidianos resulta esencial para prevenir la hinchazón ocular. Según expertos consultados por Vogue, una dieta rica en sal, el consumo regular de alcohol, el descanso insuficiente, la exposición a alérgenos y el uso de cosméticos inadecuados se encuentran entre los principales desencadenantes.
También influyen los cambios hormonales y la acumulación de toxinas, mientras que una higiene facial deficiente, como dormir con restos de maquillaje, potencia la inflamación.
Soluciones cotidianas y tratamientos profesionales
Entre las soluciones recomendadas, las especialistas sugieren priorizar el descanso nocturno, mantener una hidratación adecuada, reducir la sal y el alcohol, y controlar las alergias.

Jennifer Doyle señala que estas medidas constituyen la base para observar mejoras y precisa que, en casos persistentes, pueden emplearse tratamientos de estimulación linfática como radiofrecuencia o ultrasonidos, junto con polinucleótidos para mejorar la calidad de la piel circundante al ojo.
En cuanto a remedios de uso cotidiano, la doctora Murthy menciona las mascarillas oculares frías y la aplicación breve de cucharas frías para contraer los vasos sanguíneos superficiales y disminuir la acumulación de líquidos.
Además, recomienda ejercer solo presión suave y evitar el hielo directo sobre la piel para protegerla de posibles daños. Cambiar las fundas de almohada por versiones hipoalergénicas, preferentemente de seda, y emplear purificadores de aire con filtro HEPA ayuda a reducir la exposición a alérgenos que pueden provocar episodios recurrentes de hinchazón.
Rutina de limpieza y cuidado de la zona periocular

La rutina de limpieza facial también resulta clave. Las expertas citadas por Vogue aconsejan seleccionar productos aprobados para la zona periocular, sin perfume y avalados por oftalmólogos, para evitar irritaciones.
Hawkes recomienda fórmulas que incluyan péptidos, potenciadores de colágeno y antioxidantes, lo que fortalece la piel y mejora visiblemente el aspecto de los ojos hinchados. Entre los productos preferidos se encuentran geles desmaquillantes suaves y cremas ultrahidratantes con aplicadores, que favorecen el drenaje y alivian el edema alrededor de los ojos.
El masaje facial con rodillos fríos y dispositivos de estimulación cutánea aporta beneficios adicionales, especialmente si se combina con geles botánicos, productos con caviar y fórmulas de liberación controlada de activos. Estas prácticas contribuyen a la firmeza y elasticidad en la delicada piel del contorno ocular.
Consulta médica ante persistencia de síntomas

Cuando la hinchazón persiste a pesar de los cambios en el estilo de vida, la adecuada higiene y el uso de productos indicados, las especialistas consultadas por Vogue sugieren recurrir a una evaluación médica especializada.
Un diagnóstico profundo permite identificar los factores implicados y valorar tratamientos clínicos, que pueden incluir desde inyecciones de relleno hasta intervenciones quirúrgicas personalizadas, adaptadas a las necesidades de cada persona.