El gel magnético desarrollado en Stanford promete eliminar los cálculos renales de forma más eficiente y segura (Freepik)

Las técnicas utilizadas tradicionalmente para eliminar los cálculos renales presentan numerosas limitaciones, tanto en eficacia como en seguridad para los pacientes. Los cálculos renales, formados por la cristalización de minerales presentes en la orina, pueden causar dolor intenso al alojarse en los riñones o en los uréteres, los conductos que dirigen la orina de los riñones a la vejiga. El tratamiento estándar busca fragmentar estas estructuras en partes más pequeñas que permitan su remoción o expulsión, utilizando diversos métodos que, si bien efectivos en ciertos casos, suelen conllevar complicaciones y recurrencias.

Limitaciones de los métodos convencionales para eliminar cálculos renales

El abordaje más común para tratar estos cálculos implica técnicas divididas en dos grandes categorías: fragmentación utilizando energía (como ultrasonidos pulsados aplicados externamente o la introducción de un tubo fino con un láser a través de la vejiga y los uréteres) y extracción mecánica. Una vez fragmentados, los restos de los cálculos suelen ser sacados mediante una pequeña cesta de alambre que entra y sale de la uretra.

Sin embargo, este procedimiento implica varias desventajas: la extracción debe realizarse fragmento por fragmento, lo que ralentiza el proceso e incrementa la exposición de los tejidos a posibles daños mecánicos por la manipulación repetida. Además, es común que fragmentos pequeños escapen de la cesta, quedando retenidos en las vías urinarias.

Estudios recientes indican que en aproximadamente el 40 % de los procedimientos estándar, persisten restos de cálculos. Estos fragmentos remanentes se convierten en focos de nuevas formaciones, perpetuando el ciclo médico e imponiendo la necesidad de nuevas intervenciones quirúrgicas.

Desarrollo y funcionamiento del gel magnético y el dispositivo asociado

El nuevo método con gel magnético permite recolectar múltiples fragmentos de cálculos renales en una sola extracción (Freepik)

Buscando una alternativa a los recursos disponibles hasta ahora, un equipo liderado por Joseph Liao, de la Universidad de Stanford en California, desarrolló un sistema innovador basado en la aplicación de un gel magnético. Este gel actúa recubriendo los fragmentos resultantes tras la fragmentación de los cálculos. Posteriormente, se utiliza un alambre magnético que, al entrar en contacto con los restos recubiertos, los atrae y agrupa.

Inicialmente, este método se probó en condiciones de laboratorio, donde permitió recolectar eficientemente los fragmentos en una placa de Petri. El dispositivo tiene una ventaja significativa frente a la técnica tradicional de cesta: es capaz de tomar y extraer varios restos de cálculos a la vez, independientemente de su tamaño.

Esta característica elimina la necesidad de extraer los fragmentos uno por uno, acorta el tiempo quirúrgico y disminuye el riesgo de que los residuos escapen y permanezcan en el sistema urinario. Liao explica la dinámica de la extracción asistida por gel magnético de forma gráfica: “Es como usar un palo para sacar un moco lleno de fragmentos de cálculos, así que se puede extraer una gran cantidad de una sola vez”.

Resultados de las pruebas en animales y ventajas potenciales del nuevo método

Los ensayos en animales demostraron que el gel magnético reduce el tiempo quirúrgico y minimiza la manipulación repetida (Freepik)

Los primeros ensayos en modelos animales constituyeron el siguiente paso para evaluar la viabilidad y seguridad del método. En la experiencia, realizada en cuatro cerdos, los investigadores insertaron docenas de fragmentos de cálculos renales humanos en los riñones de los animales. Una vez inyectado el gel magnético, un alambre especializado fue introducido por la uretra para captar y retirar múltiples fragmentos simultáneamente.

El procedimiento demostró una eficiencia muy superior a la de la cesta convencional. Según declaraciones de Liao, la nueva metodología permite extraer de una sola vez una gran cantidad de residuos, evitando la manipulación reiterada y, en consecuencia, reduciendo el daño en los tejidos.

El método también facilita que todos los fragmentos, grandes y pequeños, sean extraídos, disminuyendo la posibilidad de que queden restos y, por ende, el riesgo de recurrencia de la enfermedad. Liao subraya: “El dispositivo magnético puede atrapar piezas de cualquier tamaño”. Esto, en palabras del investigador, “reduciría el riesgo de formación de nuevos cálculos y la necesidad de cirugías adicionales”.

Este enfoque apunta a que los cirujanos necesiten intervenir con menor frecuencia, lo que se traduce en menos molestias para los pacientes y menos complicaciones asociadas a múltiples accesos a los riñones.

Opiniones de expertos sobre el enfoque del gel magnético

El equipo de Stanford planea iniciar pruebas en humanos del gel magnético para cálculos renales en el plazo de un año

La innovación ha sido valorada positivamente por profesionales independientes. Veronika Magdanz, investigadora de la Universidad de Waterloo en Canadá, destaca: “Es un enfoque muy prometedor. Todo lo que aumente el éxito en la recolección de las piedras y permita recoger más piezas a la vez es útil”.

Magdanz resalta también los aspectos de seguridad observados tras la experimentación en cerdos y añade: “Son muy buenas noticias; no es tóxico ni dañino de ninguna manera”. Otro aspecto relevante que observan especialistas es la seguridad del gel, reforzando su perfil favorable para un uso clínico futuro tras el resultado de que ninguno de los cerdos mostró efectos adversos por su aplicación.

Próximos pasos y perspectivas para las pruebas en humanos

Tras el éxito de los ensayos preclínicos en animales, el desarrollo del gel magnético y su dispositivo asociado avanza hacia una nueva fase. El equipo de Liao se prepara para iniciar estudios adicionales en cerdos con el objetivo de optimizar la técnica. Si los resultados continúan siendo prometedores, el inicio de las pruebas en humanos podría producirse en el plazo de un año. Al respecto, Liao comenta sus planes: “Tras optimizar el método en estudios adicionales con cerdos, el equipo espera probarlo en humanos dentro de un año, aproximadamente”.

El avance de esta tecnología representa una esperanza de mejora notable en los tratamientos de cálculos renales. Su aprobación y disponibilidad ampliarían las opciones de abordaje y podrían reducir de manera significativa las complicaciones y la tasa de recurrencia asociadas a los métodos actuales.