
*Grupo INECO es una organización dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales. A través de su Fundación INECO, investiga el cerebro humano.
En diciembre, además de balances y celebraciones, llega un clásico: la búsqueda del regalo ideal. En un contexto donde crece el interés por la salud cerebral y la estimulación cognitiva, muchos se preguntan qué obsequios pueden aportar algo más que entretenimiento.
Los especialistas coinciden en que el cerebro se fortalece con actividad, del mismo modo que un músculo lo hace con el ejercicio. Juegos, actividades lúdicas y experiencias que desafían las funciones cognitivas pueden favorecer la atención, la memoria, la planificación, el lenguaje y la flexibilidad mental.
“Los estímulos que generan curiosidad, sorpresa o que requieren estrategias producen mayor activación cognitiva que aquellos pasivos o repetitivos”, explica la doctora María Roca, subdirectora del Departamento de Neuropsicología de INECO. “No se trata de regalar algo ‘difícil’, sino de ofrecer oportunidades para que el cerebro explore, combine, imagine y resuelva”.
Para niños: jugar es aprender

La infancia es una etapa clave para el desarrollo de funciones ejecutivas, lenguaje, memoria y regulación emocional. Los regalos más útiles son aquellos que promueven creatividad, planificación y resolución de problemas, sin perder el componente lúdico.

Favorecen la coordinación visuoespacial, la planificación y la creatividad.

Refuerzan atención, tolerancia a la frustración y memoria visual.

Por ejemplo, Uno, Jenga, Laberinto Mágico, Monopoly, juegos de cartas y palitos chinos (para estimular la coordinación motora y la atención).

Estimulan curiosidad científica y razonamiento.

Fortalecen lenguaje, comprensión y atención sostenida.
“Estos juegos entrenan control inhibitorio y flexibilidad cognitiva, dos funciones que se desarrollan fuertemente en los primeros años”, señala la doctora Andrea Abadi, Directora del Departamento Infanto-Juvenil de INECO.
Para adultos: regalos que entrenan sin parecer ejercicios

En la adultez, la clave está en actividades que desafíen la memoria de trabajo, la atención y la toma de decisiones, pero también que ayuden a bajar el estrés.
- Juegos de estrategia (Ajedrez, Go). Mejoran planificación, flexibilidad cognitiva y razonamiento.
- Libros de actividades cognitivas. Sopas de letras, crucigramas, criptogramas, sudoku.
- Apps de entrenamiento cognitivo. Plataformas que ofrecen desafíos breves y progresivos para memoria, atención y cálculo.
- Experiencias. Cursos, talleres, clases. Aprender algo nuevo como idioma, música, fotografía, cocina, es uno de los estímulos más potentes para el cerebro adulto.
- Arte y creatividad. Acuarelas, cerámica, bordado, kits de dibujo. Ayudan a regular emociones y ejercitar funciones visuoespaciales.
“Entrenar la atención y la velocidad de procesamiento a través del juego es una forma sencilla y accesible de mantener activo el cerebro”, destaca la doctora Teresa Torralva, directora del Departamento de Neuropsicología de INECO.
Para adultos mayores: estimulación, vínculos y autonomía

En esta etapa, los especialistas recomiendan obsequios que promuevan interacción social, estimulación cognitiva guiada y actividades significativas, evitando cualquier propuesta infantilizada.
- Libros de memoria y estimulación cognitiva adaptados. Actividades que combinan atención, recuerdo, fluidez verbal y velocidad de procesamiento.
- Juegos de mesa clásicos. Scrabble, dominó, Rummikub, cartas. Favorecen memoria, lenguaje y habilidades sociales.
- Kits de jardinería o actividades manuales. Estimulan planificación, motricidad fina y conexión emocional.
- Tecnología amigable. Tablets con letra grande, e-readers, audiolibros o dispositivos para videollamadas. Favorecen la comunicación y reducen el aislamiento.
- Álbumes de fotos o libros personalizados. Ideales para trabajar memoria autobiográfica, conversación y vínculo emocional.
“El objetivo no es ‘entretener’, sino ofrecer experiencias que preserven la autonomía y la participación”, sostiene la doctora Torralva.
El regalo más importante: el tiempo compartido
Más allá del objeto, la evidencia muestra que la estimulación más poderosa para el cerebro es el vínculo social. Interacciones positivas, conversaciones, proyectos compartidos y actividades en conjunto generan una activación cognitiva y emocional profunda.
“Estar con otros es una de las formas más efectivas de proteger la salud cerebral a lo largo de la vida”, resume la doctora Torralva.
En estas fiestas, elegir regalos que acompañen el desarrollo, la creatividad y el bienestar puede ser una forma concreta de cuidar no solo a quienes queremos, sino también su salud cognitiva presente y futura.