El estrés postraumático pueden sufrirlo las personas cuando se enfrentan intensamente al dolor. “Trauma viene del griego y significa herida. Así como tenemos a veces una herida en la piel y no cicatriza, en la psiquis, en nuestra mente, ocurre igual», comenzó explicando en una entrevista exclusiva a Infobae Juan Lucas Martin, psicólogo clínico argentino, especializado en el tratamiento de fobias, trastorno de estrés postraumático y ansiedad.
“En ocasiones nos pasa algo traumático, lo superamos, nos acordamos de eso y no nos pasa nada. Pero otras veces no se resuelve y cuando lo recordamos revivimos la emoción y la sensación física como si hubiese sido ayer. Y tal vez pasaron 20 años”, sumó el experto.
A lo largo de sus más de 20 años de trayectoria, Martin desarrolló un enfoque único que integra la psicología clínica tradicional, técnicas de neurociencia y sabiduría oriental aplicada al bienestar emocional, mental y espiritual.
Juan Lucas Martín llega a fines de junio a la Argentina para compartir sus herramientas en un contexto donde la búsqueda de bienestar, equilibrio emocional y sentido profundo de vida se vuelve cada vez más necesario. Se presentará en Rosario, Buenos Aires y Córdoba.
Qué es el estrés postraumático
La Asociación Americana de Psicología define al trastorno por estrés postraumático (TEPT) como un trastorno que puede producirse cuando una persona vive o presencia un acontecimiento en el que cree que existe una amenaza a la vida, a la integridad física o a la seguridad y experimenta miedo, terror o impotencia.
De acuerdo a Martin, “el estrés postraumático es el estrés que sufre cualquier persona después de un trauma. Se entiende el trauma como cualquier situación estresante. Hay veces que las personas dicen ‘Yo no tengo traumas, traumas tiene el que fue a la guerra’. No, obviamente, quien fue a la guerra tiene un trauma muy grande».
Y completó: “En el lenguaje del trauma se dice que hay trauma con T minúscula o mayúscula. De ahí, en adelante todo el abanico de experiencias traumáticas que los seres humanos podemos vivir: desde un accidente, la partida de un ser amado, perder el trabajo, rupturas de pareja, traiciones, abandonos, abusos de todo tipo psicológico, emocional, sexual. O una enfermedad que transité y cada vez que me acuerdo me revuelve emociones desagradables”, explicó.
Y resumió: “Si no resolvemos los traumas primarios, los de la infancia, después todo nos puede parecer más traumático. De ahí la importancia de elaborar las situaciones estresantes y traumáticas del pasado para dejar de tener miedo a futuro, dejar de reaccionar y tener esa susceptibilidad para todo lo que sigue”, detalló Martin, quien también tuvo su propio trauma.
Tras atravesar una compleja enfermedad física en su juventud, Juan Lucas inició una búsqueda profunda que lo llevó a explorar terapias alternativas y a formarse con médicos y científicos de distintas partes del mundo. En la actualidad, enseña métodos para liberar bloqueos emocionales, apagar los mecanismos de estrés y reconectar con el poder interior, combinando visualización, ciencia y espíritu.
Radicado actualmente en California, Juan Lucas ofrece cursos y conferencias en toda América Latina y Estados Unidos. Su curso más emblemático, “Cambia tu Mente, Cambia tu Cuerpo, Cambia tu Vida”, impactó en más de 200.000 personas, acompañando a transformar el dolor del pasado en nuevas posibilidades de vida.
Los síntomas del estrés postraumático
La Asociación Americana de Psicología explica que los síntomas del TEPT son los siguientes:
- Revivir el trauma en recuerdos dolorosos, escenas retrospectivas o sueños o pesadillas recurrentes;
- Evitación de actividades o lugares que recuerdan el evento traumático, así como una capacidad de respuesta disminuida (anestesia o adormecimiento emocional), con desinterés en actividades significativas y con sentimientos de desapego y alejamiento de los demás;
- Excitación fisiológica crónica, que conduce a síntomas como una respuesta de sobresalto exagerada, alteración del sueño, dificultad para concentrarse o recordar y culpa por sobrevivir al trauma cuando otros no lo hicieron.
Martin explicó que la clave para darse cuenta de que se sufre TEPT es el cuerpo, que también tiene memoria.
“Tiene memoria celular. Entonces podemos hacer una lista de todo lo que nos dolió en la vida y cerrar los ojos. Pensar en eso e inmediatamente, si ese trauma está sin elaborarse, vamos a revivir una sensación física que es la emoción revivida en el cuerpo: taquicardia, tensión muscular, apretar la mandíbula, el estómago, sensación de cosquilleo en la panza, opresión en el pecho, en la boca del estómago, en cualquier parte del cuerpo. Eso quiere decir que no está elaborado, no está sanado ni resuelto. Ese trauma hay que trabajarlo». señaló.
Dos técnicas para ayudar a sanar
Desde su mirada integradora, Martin propone un abordaje del cambio personal consciente y profundo: identificar creencias limitantes, superar el miedo a lo nuevo y crear una realidad personal más plena.
Trabaja con dos técnicas (EFT Emotional Freedon Technique y NET Neuro Emotional Technique) para intervenir directamente sobre el trauma y los trastornos de ansiedad desde el cuerpo y el sistema nervioso, más allá del relato mental.
“Enseñamos dos técnicas que son autoaplicables y se pueden practicar todos los días. La propuesta es simple: hacer una lista de todo lo que nos dolió y trabajar vivencia por vivencia utilizando estas herramientas, que cada persona puede aplicarse a sí misma cuantas veces quiera en el día. Son completamente inocuas, no generan efectos adversos y permiten avanzar en lo que llamamos un camino de automaestría: sanar aquello que nos hirió, reconocer qué nos afectó, entender qué aprendimos de eso, y reducir el miedo, el dolor o la bronca».
Y destacó: “Estas técnicas no reemplazan ningún tratamiento médico ni psicológico. Siempre lo aclaramos. Hay personas que necesitan acompañamiento terapéutico, especialmente si atraviesan situaciones complejas o padecen alguna patología. Pero si no es el caso, pueden avanzar muchísimo por sí mismas».
En la web de Martin están disponibles cuatro meditaciones, las dos técnicas y una clase online.
Las técnicas se practican de la siguiente manera:
- EFT (Emotional Freedom Techniques): es una técnica de liberación emocional que combina principios de la psicología energética y la medicina tradicional china. Se basa en estimular puntos específicos del cuerpo (como en la acupuntura) mientras se verbalizan emociones o creencias limitantes. Martin la utiliza para ayudar a desbloquear traumas, reducir la ansiedad y cambiar patrones emocionales negativos.
- NET (Neuro Emotional Technique): es una técnica que identifica y libera la carga emocional asociada a experiencias pasadas que quedan almacenadas en el cuerpo y afectan la salud mental y física. NET trabaja con el sistema nervioso, la memoria emocional y el cuerpo, ayudando a restablecer el equilibrio y bienestar. Martin la usa para abordar síntomas físicos y emocionales desde una mirada integradora.
“Esta práctica trabaja en simultáneo con los hemisferios cerebrales y con los meridianos de acupuntura, que son como canales por donde circula la energía vital del cuerpo. Al activar estos puntos, se estimula la corteza prefrontal, que es la parte del cerebro que nos diferencia de los animales. Esa zona, más racional, empieza a equilibrar la actividad de la amígdala, el centro que regula el miedo y el estrés. Después de unos minutos, la carga emocional del trauma comienza a disiparse. La técnica no borra la memoria, pero permite recordar el hecho sin que provoque dolor”, explicó Martin.
“La otra técnica, Emotional Freedom Techniques o EFT es muy similar a la anterior, pero en lugar de presionar, damos pequeños golpecitos con las yemas de los dedos sobre 14 puntos específicos del rostro y del torso. Son también puntos de los meridianos que utiliza la medicina china tradicional. Mientras realizamos estos golpecitos, pensamos en el trauma o en la emoción que queremos trabajar. Esta técnica es más amplia: no solo sirve para experiencias traumáticas, sino también para regular emociones como el miedo, la tristeza, la angustia, la ansiedad o el enojo. Además, permite abordar creencias limitantes: “no merezco”, “no soy capaz”, “soy culpable”, “no sé cómo hacer esto”, “no sirvo para tal cosa”, “no puedo progresar”.
Otra técnica que emplea Martin es la visualización a futuro. “Con los ojos cerrados, comenzamos a imaginar cómo queremos estar. Nos vemos sanos, tranquilos, en armonía. Este ejercicio no es nuevo ni esotérico: está avalado por la ciencia desde hace décadas y se utiliza en medicina, psicología y deporte de alto rendimiento. Funciona porque el cerebro no distingue entre lo que ocurre en la realidad y lo que imaginamos con intensidad», explicó.
“Si alguien con fobia a volar cierra los ojos en su casa y se visualiza dentro de un avión, su cuerpo reacciona como si estuviera volando: taquicardia, sudoración, ansiedad. El cerebro cree que eso está pasando. Ese mismo principio lo aplicamos al bienestar. Si nos visualizamos sanos, tranquilos, en paz, el cerebro empieza a creerlo. Y cuando lo cree, activa respuestas químicas acordes: serotonina, dopamina, endorfinas, oxitocina. Lo que los científicos llaman las hormonas de la felicidad“, concluyó Martin.