El tomate se destaca como un aliado inesperado para la salud y la nutrición, superando a la sandía en hidratación y ofreciendo antioxidantes asociados a la prevención de enfermedades. Así lo destacan diversos expertos citados por The New York Times, quienes insisten en el valor nutricional del tomate y su importancia en la dieta diaria debido a su versatilidad y sabor.
Hidratación superior y características frescas
Gracias a que cerca del 95% de su peso es agua, se presenta como una de las opciones más hidratantes del mercado. Según John Erdman, profesor emérito de nutrición y ciencia de los alimentos en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, una taza de tomate crudo picado aporta casi 170 mililitros de agua, superando a la sandía en este aspecto.
Erdman aclara que los tomates frescos y crudos mantienen el mayor porcentaje de agua, mientras que la cocción reduce ligeramente esa proporción.
The New York Times señala que este factor convierte al tomate en una elección ideal para los meses cálidos, época en la que la hidratación es fundamental. Gracias a su sabor y textura, el tomate permite variedad de preparaciones, desde ensaladas hasta guisos.
Licopeno y antioxidantes destacados
El licopeno es quizás el componente más estudiado del tomate. Se encuentra en altas concentraciones tanto en frutos frescos como en productos derivados, como la salsa y el jugo de tomate.
Este antioxidante ayuda a contrarrestar el estrés oxidativo en el organismo, un proceso implicado en la inflamación crónica y el riesgo de enfermedades como cáncer. Rachel Kopec, profesora asociada de nutrición humana en la Universidad Estatal de Ohio, menciona que algunos estudios en humanos y animales asocian niveles elevados de licopeno con un menor riesgo de cáncer de próstata y pulmón; sin embargo, aclara que no existe evidencia concluyente de que consumir licopeno o antioxidantes prevenga de forma directa el cáncer.
Kopec añade que el licopeno podría estar relacionado también con la prevención de enfermedades cardíacas, hepáticas y otras afecciones crónicas, aunque no se probó una relación de causa y efecto.
El color indica su concentración: los tomates rojos contienen más licopeno, mientras que los naranjas y amarillos poseen un tipo distinto de este antioxidante, cuyos beneficios aún se investigan. Los tomates verdes carecen de licopeno.
Alice H. Lichtenstein, profesora de ciencia y política nutricional en la Universidad de Tufts, explica que los tomates cocidos tienen más licopeno que los crudos, ya que la cocción concentra el antioxidante tras reducir el agua.
Una taza de tomate cocido puede aportar 7.300 microgramos de licopeno, frente a los 4.600 microgramos de una taza de tomate crudo. El calor rompe las paredes celulares, favoreciendo la absorción del licopeno.
Kopec recomienda acompañar el tomate con una pequeña cantidad de grasa saludable, como aceite de oliva o aguacate, para mejorar la absorción del licopeno, ya que se trata de un compuesto soluble en grasa.
Vitaminas y minerales esenciales
Además, sobresale también por su aporte de vitaminas y minerales. Pinkin Panchal, dietista y profesora asistente en la Universidad de Rutgers, destaca que un tomate grande contiene 431 miligramos de potasio, cifra similar a la de una bananamediana, fundamental para el funcionamiento muscular y nervioso.
El tomate aporta igualmente folato, clave para la división celular y especialmente importante durante el embarazo, y vitamina K, que contribuye a la coagulación sanguínea y la salud ósea. Estos nutrientes hacen del tomate un alimento completo adecuado para cualquier grupo de edad.
Consejos para el consumo y la higiene
Expertos citados por The New York Times recomiendan consumir el tomate en su punto óptimo de maduración y recién recogido. Panchal sugiere elegir productos locales y de temporada, por su mejor sabor y valor nutricional.
Respecto a la higiene, los especialistas coinciden en que no resulta imprescindible comprar tomates orgánicos pero sí lo es enjuagarlos adecuadamente antes de consumirlos para eliminar restos de pesticidas o suciedad. Panchal comparte que utiliza una mezcla de agua con vinagre blanco destilado, método que puede eliminar más residuos que el agua sola.