Los colibríes siempre atraen por sus colores y tamaño, pero un nuevo estudio científico que fue publicado en la revista Journal of Experimental Biology reveló algo inesperado.
La especie de colibrí ermitaño verde vive principalmente en Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Guayana Francesa, Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago.
Los machos de esa especie tienen picos que funcionan como “armas” al pelear con otras aves. Esta función extra se suma a su ya conocida habilidad para buscar néctar. Fue descubierta por científicos de Colombia y Estados Unidos.
Demostraron que la forma y la punta afilada del pico de los machos les da ventaja en combates frente a otros individuos. Son como “dagas”.

Esta investigación fue realizada por Felipe Garzón-Agudelo del Centro de Investigación Colibrí Gorriazul en Colombia, y por Lucas Mansfield, Kevin Epperly y Alejandro Rico-Guevara del Departamento de Biología y el Museo Burke de Historia Natural y Cultura de la Universidad de Washington en Estados Unidos.
En diálogo con Infobae, el biólogo Garzón-Agudelo contó: “Nuestro estudio muestra que el pico de este colibrí no es solo una herramienta para alimentarse, sino también un arma usada en peleas entre machos”.
Esto revela —aclaró— que “la competencia por reproducirse también puede moldear la forma del pico, y esto amplía nuestra comprensión de la evolución de las aves”.
En términos de conservación, “es importante proteger no solo las flores de las que se alimentan, sino también los bosques que albergan los sitios donde los machos se exhiben y combaten. Si estos hábitats se degradan, se afecta directamente su éxito reproductivo”, resaltó el científico colombiano.
Duelos en el aire

El problema que buscaban resolver los investigadores parte de un hecho curioso: durante la época de reproducción, los machos del ermitaño verde pelean por territorios y muestran diferencias claras en el pico respecto a las hembras.
El pico de los machos es más recto y termina en punta, mientras que el de las hembras es más curvo. ¿Esta diferencia sirve solo para que cada sexo acceda a flores distintas, o también para pelear?
Hasta ahora, la mayoría de las explicaciones apuntaban a que el dimorfismo en los picos ayudaba a machos y hembras a aprovechar recursos diferentes, especialmente en la alimentación.

Pero el comportamiento agresivo de los machos, que incluye enfrentamientos directos, llevó a pensar que el pico podría tener una función como arma.
El principal objetivo del estudio fue probar si el pico de los machos tiene un diseño que mejora su rendimiento en el combate, especialmente en la transmisión de fuerza y la resistencia a romperse.
Para esto, los científicos combinaron modelos 3D y simulaciones de cómo se comporta el pico ante diferentes impactos.
Picos que cuentan historias

El equipo de investigadores trabajó con ocho machos y ocho hembras adultos del ermitaño verde, todos almacenados en el Museo Burke.
Usaron cámaras de alta resolución para hacer modelos tridimensionales de los picos, midieron la curvatura, el largo, la superficie y la agudeza de la punta. Después, hicieron simulaciones para analizar cómo responde el pico ante ataques a distintos ángulos.
En las pruebas, notaron que los picos de los machos eran más rectos, largos y con puntas más afiladas que los de las hembras. También tenían mayor superficie, lo que los hacía más resistentes a doblarse.
En los resultados, se detectó que los machos tenían puntas de pico significativamente más agudas y mayor superficie de pico.

Las simulaciones mostraron que los picos de los machos usan 52,4% menos energía para deformarse, tienen 39% menos riesgo de romperse y presentan una baja del 17,5% en el pico de tensión cuando los golpes son horizontales.
Otra diferencia es el ángulo de la punta, que es 69% menor en los machos, lo que ayuda a perforar mejor.
Además, los machos pueden atacar con más libertad de movimientos, ya que el pico recto les permite usar distintos ángulos durante una pelea sin perder efectividad.
Las pruebas también mostraron que tanto machos como hembras tienen picos que resisten bien la presión que podría causar que se doblen, lo que indica que el pico del macho no sacrifica estabilidad por tener una punta más aguda.
El estudio sugiere que los machos podrían preferir atacar de manera horizontal porque así el pico transmite mejor la fuerza, sufre menos estrés y se dobla menos.
Más allá de la apariencia

Los investigadores recomendaron que se realicen más estudios para describir cómo pelean los colibríes y analizar de qué están hechos sus picos, ya que la rigidez puede afectar tanto su capacidad de ataque como de alimentarse.
Explicaron que no pudieron medir si la elasticidad del pico cambia a lo largo de su longitud y que hacen falta más observaciones para confirmar si los machos realmente usan los ángulos de ataque que benefician a su pico.

Garzón-Agudelo también señaló en la entrevista con Infobae: “Aún no se ha documentado con detalle el comportamiento de pelea en colibríes. Eso se debe a que las peleas ocurren a gran velocidad y suelen incluir persecuciones aéreas difíciles de caracterizar. Es, sin duda, un campo abierto para futuros estudios”.
Añadió: “Esperamos que los machos utilicen con mayor frecuencia el ángulo de ataque en el que su pico transmite la fuerza de manera más eficiente al rival. Esto no requeriría un comportamiento complejo: bastaría con que el ave vuele directamente hacia su oponente hasta que la punta del pico haga contacto con el objetivo”.