Las prácticas inspiradas en la vida cotidiana de los samuráis japoneses adquirieron relevancia dentro del campo de la salud preventiva tras los resultados de un ensayo clínico realizado por investigadores de la Universidad de Tohoku. El equipo identificó que una rutina diaria basada en el antiguo método de etiqueta Rei-ho mejoró la fuerza de extensión de la rodilla en personas mayores hasta en un 25,9% sin uso de equipamiento especializado.
La investigación publicada en el Tohoku Journal of Experimental Medicine incluyó participantes que replicaron durante tres meses movimientos tradicionales que formaron parte de la disciplina samurái.
El método Rei-ho comprendió movimientos lentos, deliberados y controlados en acciones cotidianas como ponerse de pie, sentarse y caminar. El ensayo controlado incorporó a un grupo experimental que siguió un protocolo de solo cinco minutos al día, al menos cuatro veces por semana, centrado en versiones precisas de sentadillas y transiciones de sentado a parado, además de un grupo control que no modificó sus rutinas.
Según expuso la Universidad de Tohoku en su comunicado de prensa, las actividades tradicionales japonesas como sentarse en postura seiza —arrodillado sobre el suelo con las piernas dobladas bajo el cuerpo— y el uso de inodoros agachados ofrecieron durante generaciones estímulos regulares para fortalecer las piernas. El avance de los asientos de estilo occidental y los cambios en los ambientes domésticos provocaron un descenso en la práctica de estas costumbres. “Las alfombrillas tatami están quedando obsoletas, y las sillas y sanitarios de tipo occidental se vuelven más populares”, detalló el informe.
El estudio situó el Rei-ho como un puente entre el legado cultural y la salud funcional, porque “preserva estos comportamientos y movimientos” en la vida diaria. Hasta el momento, ningún trabajo había medido con rigor los beneficios físicos que podían vincularse con la transmisión cultural de estas técnicas.
Los resultados contundentes en la fuerza de las piernas
Al cabo de tres meses, el grupo que siguió la rutina de Rei-ho evidenció un aumento promedio del 25,9% en la fuerza de extensión de la rodilla —el movimiento que permite enderezar la pierna—, en comparación con una mejora del 2,5% experimentada por el grupo testigo.
“En especial, la fuerza de extensión de la rodilla —la fuerza que se usa para estirar las rodillas— representa una medida clave de la movilidad y el funcionamiento cotidiano”, detalló la autora principal Ayaka Ogasawara. Ogasawara agregó: “Estos resultados tan alentadores sugieren que el Rei-ho podría ayudar a las personas mayores a conservar su independencia”.
La rutina diaria demostró ser accesible y fácil de implementar porque no necesitó equipamiento adicional ni una gran inversión de tiempo, enfatizó la información difundida por la Universidad de Tohoku. El protocolo se limitó a una serie breve de ejercicios ejecutados de manera deliberada, adaptables a cualquier entorno y compatibles con la vida moderna.
El investigador Akira Sato afirmó: “Consideramos valioso que quienes no viven en Japón y quieran probar el Rei-ho puedan experimentar un aspecto único de la tradición japonesa antigua, además de los beneficios para la salud”.
De ese modo, la práctica se posicionó no solo como una herramienta funcional, sino también como un modo de preservar y compartir el patrimonio cultural.
El estudio también subrayó el impacto potencial en la calidad de vida de adultos mayores, quienes muestran un riesgo elevado de caídas y lesiones: una caída implica solo volver a levantarse para una persona joven, pero puede conllevar lesiones graves o incluso la mortalidad entre los adultos mayores, lo que justifica intervenciones tempranas para contrarrestar el deterioro muscular que ocurre con la edad.