Felipe Palagani recibió el alta médica tras 13 meses internado por una miocardiopatía dilatada severa por la que necesitó un trasplante de corazón (@uncorazonparafelipe)

Felipe Palagani, un niño de Neuquén, volvió a casa luego de 13 meses de internación en el Hospital Italiano de Buenos Aires, al recibir el alta médica tras un trasplante de corazón con características inéditas en la Argentina.

El reencuentro familiar, cargado de emoción y gratitud, se produjo hace pocos días, cuando pudo dejar atrás la rutina hospitalaria y compartir nuevamente el día a día con sus padres y su hermano mayor. “El mejor regalo es estar los cuatro juntos”, afirmó su mamá Pamela Domínguez.

El trasplante de corazón, realizado el 18 de junio de 2025, fue posible gracias al gesto de otra familia neuquina: Paula Navarrete y Nicolás Zarragud decidieron donar los órganos de su hijo Luca, también paciente pediátrico en el hospital. Ambos niños habían compartido habitación, y la relación entre las familias creció en las largas jornadas de internación.

En junio, unas semanas después del trasplante, Pamela dijo a Infobae: “Sé que hoy somos una gran familia con los papás de Luca”. Ambas familias, unidas por el dolor y la solidaridad, compartieron noches de canciones infantiles y conversaciones a través de la cortina que separaba las camas de sus hijos.

Felipe nació con miocardiopatía severa

Felipe nació en Neuquén el 20 de mayo de 2024 y, pocos meses después, le diagnosticaron una miocardiopatía dilatada severa. Necesitaba un trasplante urgente. Pamela recuerda ese trayecto como un permanente desafío: “Yo siempre pensé que iba a llegar. No me permitía pensar en otra cosa”, dijo su mamá.

Fueron trece meses de guardias, monitoreos y momentos durísimos -que incluyeron paros cardíacos-, en los que la familia de Felipe estuvo detrás de cada parte médico y nunca bajó los brazos.

“Hubo momentos en los que inevitablemente te vienen esas imágenes de qué pasaría si no, y la sola idea me mataba. No me podía permitir perderlo”, recordó su mamá conmovida.

Felipe ahora continúa su recuperación en un pequeño departamento, a pocos metros del hospital, rodeado de cajas y medicamentos, pero ya sin el frío de los monitores ni la soledad de las salas de terapia. Su hermano Mateo, de cinco años, expresó la alegría del reencuentro: “Me puse contento cuando vino al departamento”.

Toda la familia espera que el próximo verano puedan regresar a su casa en Neuquén.

Trasplante de corazón y donación en asistolia controlada

El trasplante que permitió el regreso de Felipe a casa fue el primero en Argentina realizado bajo la modalidad de donación en asistolia controlada en un paciente pediátrico, un procedimiento autorizado en el país desde 2023, como detalló Infobae.

Esta técnica implica que el donante, en este caso Luca Zarragud, un niño de dos años también oriundo de Neuquén, falleció por paro cardíaco irreversible y no por muerte cerebral, lo que reduce drásticamente el tiempo disponible para la ablación y el trasplante.

El jefe de cirugía cardiovascular y trasplante pediátrico del Hospital Italiano, Jorge Barretta, explicó a Infobae que “el corazón del donante solo estuvo parado durante 30 minutos antes de ser evaluado y considerado apto para el trasplante”.

El órgano se conectó a una máquina extracorpórea para su evaluación y posterior implante, siguiendo los protocolos del INCUCAI y la Ley 27.447.

El procedimiento, realizado el 18 de junio de 2025, marcó un hito tanto en la medicina argentina como en América Latina. Hasta ese momento, las donaciones de órganos en el país se realizaban tras la muerte cerebral del donante.

En este caso, la donación en asistolia permitió que el corazón de Luca, quien había compartido habitación con Felipe durante su internación, pudiera salvar la vida de su compañero. El órgano fue asignado a Felipe por su posición en la lista nacional del INCUCAI y por la compatibilidad, no por la coincidencia de hospital, según aclaró el equipo médico a Infobae.

El lazo entre las familias y la importancia de la donación pediátrica

El trasplante de corazón realizado a Felipe fue el primero en la Argentina en modalidad de donación en asistolia controlada en un paciente pediátrico (@uncorazonparafelipe)

El vínculo entre las familias Palagani y Zarragud se forjó en los pasillos y habitaciones del hospital, en medio de la incertidumbre y la esperanza. Paula Navarrete y Nicolás Zarragud, padres de Luca, tomaron la decisión de donar los órganos de su hijo tras una larga lucha contra complicaciones de salud.

El día del trasplante estuvo cargado de emociones encontradas. Mientras la familia de Felipe celebraba la posibilidad de una nueva vida, la de Luca afrontaba la despedida. La historia de Felipe y Luca trascendió el ámbito hospitalario y se convirtió en un símbolo de la importancia de la donación pediátrica en Argentina.

Durante los trece meses de internación, Pamela Domínguez se dedicó a concientizar sobre la donación de órganos, hablando en medios, hospitales y redes sociales. “Quería mostrar que mi hijo tenía una oportunidad de vida, y que esa oportunidad no dependía de nosotros, sino de una familia que dijera que sí”, explicó a Río Negro.

La familia Palagani se mantiene cerca del Hospital Italiano por controles médicos, a la espera de regresar definitivamente a Neuquén (@uncorazonparafelipe)

Su testimonio inspiró a otras familias y visibilizó la necesidad de aumentar la donación pediátrica en el país. “Mucha gente me dice que Feli se volvió la cara de la donación. Me enorgullece, aunque hubiese preferido que no tuviera que ser así”, reconoció.

El impacto social y médico del trasplante de Felipe fue reconocido por profesionales y autoridades. El procedimiento, fiscalizado por el INCUCAI, abrió nuevas perspectivas para la donación en asistolia controlada en pacientes pediátricos.

La donación en asistolia controlada fue habilitada en Argentina en 2023 y acorta los tiempos para la ablación e implante del órgano (@uncorazonparafelipe)

“La vida puede nacer del dolor más profundo”

El pasado 14 de octubre, en el Día Mundial de la Donación de Órganos, la familia Palagani compartió una imagen conmovedora en la cuenta “Un corazón para Felipe”, acompañada por palabras que resumen la esencia de la experiencia vivida: “En diciembre, éramos los cuatro esperando un milagro. Vivíamos entre pasillos, monitores y relojes que parecían no avanzar. Esperábamos un corazón para Felipe, una nueva oportunidad de vida. Hoy, la misma foto. La misma familia. Pero con un corazón que late fuerte, que volvió a escribir su historia gracias al acto inmenso de amor de otra familia que dijo sí. Gracias a ellos, Felipe está acá. Gracias a ellos, aprendimos que la vida puede nacer del dolor más profundo».

“Detrás de cada trasplante hay dos historias que se entrelazan: una que parte, y otra que sigue. Una que enseña que el amor no termina cuando el cuerpo se apaga. A quienes hoy esperan, les decimos que no pierdan la fe. A las familias donantes, que nos enseñan lo que significa amar sin medida, gracias. Y a la sociedad, que nunca olvide: hablar de donación también salva vidas».

Felipe volvió a casa. Vive, juega, ríe. Y con cada latido, agradece.