
En Finlandia, la relación entre la naturaleza y la salud infantil ha pasado de intuición popular a evidencia científica concluyente. Durante los últimos años, diversos estudios han dejado en claro que los niños que crecen en contacto frecuente con elementos naturales desarrollan un sistema inmunitario más robusto y están menos expuestos a enfermedades que afectan a millones de personas en sociedades urbanizadas.
Así lo sostienen docenas de estudios comparativos previos, los cuales han identificado que los menores criados en entornos rurales presentan menor propensión a sufrir enfermedades asociadas con desórdenes inmunológicos, tales como la enfermedad celíaca, alergias, atopia y ciertos tipos de diabetes.
El trasfondo científico de esta observación parte de un principio ampliamente aceptado en la microbiología moderna: cada ser humano constituye un ecosistema compuesto por billones de microorganismos—bacterias, virus y hongos—que incluso superan en número a las propias células humanas en una proporción de cuatro a uno.

La influencia de estos microbios en la salud y el desarrollo del organismo resulta tan determinante, que actualmente se les reconoce como uno de los factores más influyentes en el funcionamiento humano.
La hipótesis central señala que el contacto directo y repetido con la naturaleza diversifica la microbiota, proceso clave para entrenar y fortalecer el sistema inmunitario durante la infancia.
Es esta conexión ecológica la que ha motivado a instituciones como el Instituto de Recursos Naturales de Finlandia (LUKE) a enfocar sus investigaciones en el impacto tangible de la renaturalización en los patios de las guarderías urbanas.
Resultados del estudio de 2021 en una guardería de Finlandia

El punto de inflexión vino en 2021, cuando un estudio pionero realizado en una guardería de Finlandia fue publicado en la revista Science Advances, presentando resultados que desbordaron el ámbito científico para influir en política pública y gestión educativa.
El equipo liderado por el científico Aki Sinkkonen, del propio LUKE, demostró que la introducción sistemática de elementos naturales—como suelos forestales, plantas autóctonas y espacios de cultivo—en el día a día de los niños incrementaba la diversidad microbiana en su organismo.
Durante el estudio, los niños tuvieron contacto con estos elementos cinco veces por semana, lo que propició cambios relevantes en la composición de sus microorganismos. Los análisis mostraron que estos menores desarrollaban una mayor variedad de microbios en la piel, la boca y el intestino, patrón asociado a una mejor capacidad de defensa frente a enfermedades inmunomediadas.

Las muestras sanguíneas revelaron una mayor concentración de células T, agentes inmunitarios cruciales para la protección frente a infecciones, mientras que la microbiota intestinal mostró un descenso en bacterias pertenecientes al género Clostridium, vinculadas con enfermedades inflamatorias.
Asimismo, las muestras de piel indicaron una presencia menor de bacterias Streptococcus, que suelen ser desencadenantes de infecciones. Aki Sinkkonen enfatizó la trascendencia de estos hallazgos: “Esta es la primera vez que se encuentran estos cambios que ofrecen protección contra las enfermedades al agregar diversos aspectos de la naturaleza a un entorno urbano”.
De acuerdo con la experta, los resultados obtenidos permitieron establecer, con base científica, una recomendación concreta sobre cómo los entornos naturales pueden integrarse dentro de una ciudad, en beneficio directo de la salud infantil.
Iniciativa nacional y el proyecto a gran escala en Finlandia

A raíz de estas conclusiones, el Instituto de Recursos Naturales de Finlandia amplió la investigación con un ambicioso proyecto nacional. En vez de una única guardería y apenas 75 niños, la encuesta actual involucra a 43 guarderías de todo el país, combinando muestras biológicas y cuestionarios para padres sobre infecciones y enfermedades de sus hijos.
El objetivo es analizar con rigor científico cómo los cambios en el paisaje de los patios escolares influyen en la microbiota del cabello, la saliva, las heces y la piel de los menores.
El alcance del estudio fue respaldado por el gobierno, que destinó un millón de euros en subvenciones para transformar los espacios de recreo infantiles: más áreas verdes, instalaciones de compostaje, huertos y jardines con flora autóctona. Asimismo, se planea recopilar datos de enfermedades infecciosas entre los estudiantes y evaluar el impacto longitudinal de esta estrategia a nivel nacional.
Ejemplo emblemático de la guardería Humpula y su modelo de entorno naturalizado

El caso de la guardería Humpula, en Lahti (norte de Helsinki), se ha convertido en emblema del movimiento. Aquí se ejecutó el experimento original que motivó la expansión nacional.
El centro eliminó el césped convencional de su patio e instaló una porción de suelo forestal de 10 metros cuadrados y 30 centímetros de profundidad, cargado de semillas naturales y microorganismos silvestres. Sinkkonen, presente durante la implementación y observación del proceso, destacaba el significado de la intervención al explicar: “Esta zona no ha sido forestada en 200 años, así que esto es un sustituto”.
Los resultados prácticos no tardaron en aparecer: bajo la supervisión de Sinkkonen, los niños interactuaban diariamente con el barro, las plantas y los insectos. Actividades cotidianas como la preparación de un “pastel de chocolate” hecho con tierra y arena pasaron a formar parte del día a día.

Además, la creación de un huerto permitió recolectar verduras frescas para la nutrición escolar, reforzando la conexión entre naturaleza, alimentación y salud. La guardería Humpula se ha transformado en modelo de referencia para el resto del país, al ser la sede del estudio inicial y ejemplo palpable de los logros alcanzados mediante la renaturalización.
Potenciales impactos para la salud pública y la economía nacional Finlandesa
Si los resultados de Humpula logran replicarse de manera consistente en todo Finlandia, las autoridades ven una oportunidad inédita para disminuir la carga sanitaria y económica nacional asociada a enfermedades inmunológicas e infecciosas.
La reducción de casos de alergias, patologías inflamatorias y desórdenes autoinmunes podría liberar recursos significativos del sistema público de salud.
El entusiasmo entre educadores y funcionarios es palpable. La experiencia de Humpula no solo ha mejorado la salud y el bienestar diario de los menores, sino que muestra un camino prometedor para preservar la calidad de vida de las próximas generaciones sin recurrir a intervenciones costosas ni procedimientos médicos invasivos. La nueva ola de jardines renaturalizados se perfila como una revolución silenciosa en la prevención de enfermedades desde la infancia.