El hito científico logrado gracias a la expedición conjunta entre el CONICET y el Schmidt Ocean Institute tuvo como uno de sus protagonistas al biólogo marino Pablo Penchaszadeh, referente en zoología marina, quien compartió sus sensaciones tras participar en la histórica exploración de especies inéditas a 3900 metros de profundidad en el litoral argentino.
“Para mí, este fue un viaje emocional que unió dos partes que habían crecido en paralelo en mi vida: la ciencia y el arte”, reveló Penchaszadeh, mentor de varias generaciones de investigadores científicos, en diálogo exclusivo con Infobae en Vivo de 9 a 12.
Estas declaraciones fueron realizadas en diálogo con Infobae en Vivo, durante el programa de la mañana, que hoy contó con la conducción de Gonzalo Sánchez, Maru Duffard, Lucía Crivelli y Cecilia Boufflet.
Penchaszadeh repasó la gestación y el impacto del proyecto impulsado por el CONICET que, junto con el apoyo logístico y tecnológico del Schmidt Ocean Institute, permitió que el ROV llamado SuBastian descendiera 3900 metros bajo el Mar Argentino, capturando imágenes inéditas del cañón submarino Mar del Plata.
La transmisión en vivo, que sorprendió por su alcance, superó los 80 mil espectadores simultáneos y abrió la puerta al asombro de miles de personas.
La hazaña científica y humana detrás de la expedición, que duró tres semanas y tuvo al buque Falkor como nave insignia, se transformó en todo un fenómeno de divulgación. “Esto no se hizo necesariamente para difundir, la principal motivación fue la investigación científica. Pero la difusión fue un efecto secundario que nos sorprendió a todos”, destacó el biólogo, quien fue parte esencial del equipo aunque, a sus 81 años, no pudo rendir las pruebas físicas de sobrevivencia requeridas para sumarse formalmente como científico a bordo.
Ingenio y perseverancia guiaron su participación: “Como no podía pasar los exámenes de Prefectura Naval por la edad, el director Daniel Lauretta encontró una alternativa al notar que la Smith Ocean Institution aceptaba una figura de artista a bordo“.
Penchaszadeh presentó su dossier de pinturas y un currículum artístico y, después de unos meses, fue elegido como pintor invitado. Así logró embarcar en el buque científico junto a varios investigadores que fueron sus propios tesistas: “Fueron cuatro generaciones de biólogos marinos que formé en la UBA. Es un honor inimaginable”, celebró Penchaszadeh.
El rol de mentor se reflejó en la tripulación: “Directamente, como tesistas de tesis doctoral, tuve ocho o nueve de los científicos presentes. Si sumo alumnos de aula, son cerca de veinte. Me sentí como el abuelo científico de toda la operación”, confesó entre risas.
El peso emocional, asegura, fue extraordinario: “Es algo difícil de expresar, pero la oportunidad de unir mis dos caminos, el de la ciencia y el arte, es un premio inesperado”.
Durante el diálogo, el zoólogo subrayó la dimensión interdisciplinaria del hallazgo y puso énfasis en el carácter inédito de las imágenes captadas: “Estábamos todos maravillados. Muchas de las criaturas que vimos, desde gusanos, estrellas y erizos de mar, pepinos —a los que bautizamos ‘batatitas’—, hasta corales y peces, jamás habían sido observados en su ambiente natural. Hay un jardín de corales a tres mil metros de profundidad que es increíble. Contar con la chance de ver eso en directo es transformador”.
No obstante, explicó que la base científica del descubrimiento tuvo un largo recorrido previo: “Hace diez años comenzamos con las primeras campañas usando redes de arrastre, que nos dieron indicios y material para publicaciones. Pero faltaba ver cómo vivían estos organismos en su hábitat real. Por eso, la llegada del ROV SuBastian fue el salto definitivo, porque permitió registrar y transmitir en tiempo real escenas del fondo oceánico totalmente inéditas para la ciencia argentina y para el mundo”.
En su visión, la divulgación por streaming generó un renovado interés social por la ciencia marina. “Esta visibilidad es buena: permite que miles de chicos y chicas imaginen hacer carrera en este campo”, puntualizó el zoólogo.
El balance personal fue, para Penchaszadeh, inconmensurable. “No imaginaba que a esta edad iba a lograr juntar en un solo viaje mis dos grandes pasiones. Pinté a bordo del Falkor durante 20 días. Ahora, el compromiso es donar una obra a la fundación Schmidt Ocean Institute, como agradecimiento”.
Además de la emoción compartida por la tripulación, el científico explicó que la experiencia sirvió para reconectar generaciones: “Ver a tesistas y exalumnos trabajando juntos, cada uno aportando desde su especialidad, fue tremendamente inspirador. Mi labor como docente en la UBA cobró un sentido aún más profundo. Ser testigo de ese legado es algo que no tiene precio”.
La entrevista completa a Pablo Penchaszadeh
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• De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet.
• De 18 a 21: Jesica Bossi, Diego Iglesias, María Eugenia Duffard y Federico Mayol.Actualidad, charlas y protagonistas, en vivo. Seguinos en nuestro canal de YouTube @infobae.