
La endometriosis es una enfermedad crónica que constituye una de las principales causas de dolor pélvico persistente en mujeres. Sus síntomas suelen confundirse con los de otras afecciones, lo que puede dificultar el diagnóstico y afectar de manera considerable la calidad de vida.
Según expertos de Cleveland Clinic, el síntoma más característico son las menstruaciones dolorosas y los calambres intensos, aunque la manifestación clínica puede variar ampliamente entre pacientes.
La detección temprana y el manejo adecuado son esenciales, especialmente en contextos donde el dolor menstrual tiende a minimizarse o considerarse normal.
Principales síntomas que no deben subestimarse

- Menstruaciones dolorosas y calambres intensos
- Dolor pélvico persistente (crónico)
- Dolor durante o después de las relaciones sexuales
- Dolor al orinar o durante la defecación, especialmente en el período
- Síntomas digestivos: náuseas, estreñimiento, diarrea, hinchazón abdominal
- Dolor en la espalda, costados, pecho, cuello o cerca del diafragma (según la localización de las lesiones)
- Dificultad para quedar embarazada o infertilidad
Cómo se manifiesta el dolor relacionado con la endometriosis
El dolor relacionado con la endometriosis suele presentarse como calambres menstruales severos, espasmos en el suelo pélvico y molestias durante o después de la penetración vaginal.

También pueden aparecer síntomas digestivos, como náuseas, estreñimiento, diarrea e hinchazón abdominal, sobre todo durante el periodo menstrual.
La Dra. Megan Billow, cirujana ginecológica mínimamente invasiva de Cleveland Clinic, señala que “el síntoma principal que observamos son las menstruaciones muy dolorosas”.
El dolor puede surgir también entre periodos, al orinar, durante la defecación o en las relaciones sexuales. La intensidad y el tipo de dolor dependen de factores como la localización de las lesiones, la afectación de los nervios, el grado de inflamación y si la paciente recibe tratamiento.
La localización y variabilidad del dolor en la endometriosis
La endometriosis puede causar dolor en distintas partes del cuerpo, dependiendo de la ubicación de las lesiones. Aunque lo más habitual es el dolor pélvico, existen casos donde el dolor aparece en la espalda, los costados, el pecho, el cuello o cerca del diafragma.

La Dra. Billow explica que el tejido parecido al revestimiento del útero puede implantarse fuera de este órgano, lo que provoca dolor en casi cualquier lugar. La localización del dolor orienta a los especialistas sobre la extensión y los sitios afectados, y cuando el diagnóstico se retrasa pueden presentarse problemas adicionales como trastornos de salud mental, disfunciones del suelo pélvico y dificultades reproductivas.
No todas las pacientes con endometriosis presentan dolor. En ocasiones, la enfermedad se detecta tras varios intentos de embarazo sin éxito. Hay cuatro estadios de la enfermedad, que van de lesiones superficiales a lesiones profundas. Sin embargo, el nivel de dolor no siempre coincide con el avance de la enfermedad.
Algunas personas con formas superficiales experimentan un dolor intenso, mientras que otras con lesiones profundas no sienten molestias, lo que dificulta la identificación clínica y resalta la necesidad de un enfoque personalizado.
Cómo describen las pacientes el dolor
El dolor de la endometriosis es interpretado de maneras muy variadas. Pacientes lo describen como similar al dolor de parto, de apendicitis o al de un cálculo renal, aunque la experiencia cambia mucho entre una persona y otra. Hay quienes lo sienten de forma leve y otras lo consideran insoportable.

La tolerancia y la percepción del dolor no son iguales en todas las personas. Cuando el dolor altera la vida diaria, se aconseja buscar atención médica.
La endometriosis comparte síntomas con varias enfermedades, como la adenomiosis, el síndrome de intestino irritable, la cistitis intersticial o los quistes ováricos, entre otras.
El diagnóstico se realiza al analizar el tipo y la localización del dolor, la relación con el ciclo menstrual, los hallazgos en el examen físico y los antecedentes familiares. Un familiar de primer grado con endometriosis multiplica por siete o diez la probabilidad de padecerla.
Herramientas y recomendaciones para el diagnóstico y manejo
Llevar un registro detallado de los síntomas ayuda a los médicos a identificar el problema. Este registro debe incluir dónde, cómo y cuándo aparece el dolor, así como su vinculación con el ciclo menstrual, las relaciones sexuales, la micción o la defecación.

El tratamiento puede incluir terapia hormonal, anticonceptivos orales, analgésicos u otros fármacos, y, en algunos casos, cirugía para retirar las lesiones.
La adopción de hábitos saludables como la actividad física regular, la práctica de ejercicios para el suelo pélvico, una dieta equilibrada y técnicas de manejo del estrés pueden contribuir a mejorar los síntomas.
El tratamiento debe adaptarse a las necesidades de cada persona, considerando la intensidad del dolor, los objetivos reproductivos y la calidad de vida.
Los expertos recomiendan que cada paciente participe activamente en la toma de decisiones sobre su tratamiento, ya que el conocimiento sobre su propio cuerpo es fundamental para obtener mejores resultados terapéuticos.