Un estudio científico confirma que cinco horas de caminata rápida o dos de trote semanal reducen el riesgo de cáncer digestivo (Freepik)

Moverse ayuda al cuerpo a mantenerse sano, pero por primera vez se confirmó cuánto ejercicio semanal hay que realizar para reducir el riesgo de cáncer digestivo y de morir por esa causa.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, e instituciones de Brasil, Chile y Corea del Sur, demostró que al alcanzar cierta cantidad de actividad física cada semana, el riesgo disminuye y no hace falta duplicar el esfuerzo para mantener ese efecto.

Esa cantidad es el equivalente aproximado a cinco horas de caminata rápida o dos horas de trote por semana.

La constancia en la actividad física semanal disminuye hasta un 27% el riesgo de cáncer digestivo, según Harvard y colaboradores (Imagen ilustrativa Infobae)

“La clave está en la constancia, no en forzarse al límite todos los días ni en rutinas extremas”, señalaron los investigadores que publicaron su estudio en la revista JAMA Oncology.

En el equipo se encuentran Yiwen Zhang, Dong Hoon Lee, Leandro F. M. Rezende, NaNa Keum y Edward Giovannucci, integrantes del Departamento de Nutrición y Epidemiología de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan.

También colaboraron investigadores del Departamento de Estudios en Industria del Deporte de la Universidad Yonsei, el Centro de Investigación en Epidemiología de Enfermedades Crónicas de la Universidad Federal de San Pablo, en Brasil, y la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile.

Moverse importa

El cáncer digestivo representa casi un tercio de todos los cánceres y el 40% de las muertes por esta causa a nivel mundial (Imagen Ilustrativa Infobae)

El cáncer digestivo incluye tumores del tracto como boca, garganta, esófago, estómago, intestinos, colon y recto, y de órganos como páncreas, vesícula e hígado.

Representa casi un tercio de todos los cánceres y cerca del 40% de los fallecimientos por esta causa en todo el mundo.

Factores como el sobrepeso, el tabaco, el alcohol y la mala alimentación aumentan el peligro, pero la actividad física surgía como un posible escudo porque mantiene el peso, baja la inflamación, equilibra la insulina y refuerza las defensas.

El tabaquismo es un factor de riesgo reconocido para varios tipos de cáncer digestivo (Imagen ilustrativa Infobae)

Antes de que se hiciera el estudio publicado en JAMA Oncology, no estaba claro cuánta cantidad semanal ni durante cuánto tiempo debía mantenerse este hábito para conseguir protección real.

La pregunta era clave, ya que la mayoría de los estudios sólo miraba un momento de la vida y no seguía la constancia a largo plazo.

Por lo tanto, los investigadores se propusieron aclarar si sostener durante años la recomendación semanal o superar ese promedio cada semana podía ofrecer ventajas reales en la prevención del cáncer digestivo.

El desafío del estudio

El beneficio de la actividad física moderada se mantiene estable sin necesidad de rutinas extremas o esfuerzos excesivos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Usaron registros de tres grupos numerosos en Estados Unidos: el Estudio Seguimiento de Profesionales de la Salud, el Estudio de Salud de Enfermeras y el Estudio de Salud de Enfermeras II. Participaron más de 231.000 adultos libres de cáncer y enfermedades cardíacas al comienzo.

Durante un seguimiento que en varios casos fue de hasta 32 años, los voluntarios respondieron cuestionarios validados cada dos años sobre su nivel de ejercicio, medido en horas MET por semana.

Un MET es la unidad de energía que consume el cuerpo al moverse. Caminar rápido o correr suman distintos puntajes MET.

La constancia no se midió solo como cantidad: se calculó qué proporción de los años la persona alcanzó al menos 7,5 horas MET por semana.

El estudio incluyó a más de 231.000 adultos y realizó un seguimiento de hasta 32 años para evaluar el impacto del ejercicio (Imagen Ilustrativa Infobae)

El trabajo registró 6.538 casos nuevos de cáncer digestivo y 3.791 muertes asociadas durante el seguimiento.

El grupo con más ejercicio tuvo un riesgo hasta un 27% menor de cáncer digestivo frente al grupo menos activo.

El beneficio no existió por hacer rutinas excesivas: el efecto se estabilizó cerca de 50 horas MET/semana.

El resultado positivo fue igual para ambos sexos, diferentes edades, estados nutricionales y costumbres alimentarias.

La protección contra el cáncer digestivo se observó en ambos sexos, diferentes edades y estados nutricionales (Imagen Ilustrativa Infobae)

La asociación entre una cantidad moderada de ejercicio y menos cáncer digestivo siguió fuerte después de analizar otros factores como peso, cigarrillos y dieta.

“El beneficio de rutina moderada constante es claro: cinco horas de caminata rápida o dos de trote semanal bastan”, resaltaron los investigadores.

En cambio, superar ampliamente esta meta no mostró ventajas adicionales en la prevención del cáncer digestivo.

Qué hacer y qué falta

Los científicos recomiendan campañas de salud que promuevan la regularidad del ejercicio para prevenir el cáncer digestivo. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El equipo de científicos recomienda campañas de salud que fomenten la regularidad del ejercicio, y no los esfuerzos extremos. Apuntan a mantener la meta recomendada cada semana sin preocuparse por sumar grandes volúmenes ocasionales.

Aclararon que los datos de ejercicio vienen de autoencuestas, lo que puede sumar errores. La mayoría de los voluntarios eran profesionales de la salud y personas blancas, un detalle que obligará a que el trabajo se replique en grupos más diversos.

“Cumplir la recomendación semanal de actividad física de manera sostenida puede ser la mejor estrategia para minimizar el riesgo de cáncer digestivo”, concluye el equipo de Harvard T.H. Chan y colaboradores.

Queda pendientes que se hagan más estudios para explicar cómo funciona ese efecto y si se repite en otras poblaciones.