
La influencia de las relaciones de pareja y el apoyo social en la recuperación de pacientes con enfermedad cardiovascular cobró relevancia en la investigación médica reciente.
Un estudio publicado esta semana en la revista Canadian Journal of Cardiology concluyó que la integración de la pareja en los programas de rehabilitación cardíaca puede mejorar la recuperación y los hábitos de salud de quienes padecen enfermedades del corazón.
Este enfoque representa un giro en la atención, en un escenario donde la enfermedad cardiovascular sigue siendo la principal causa de muerte a nivel global.
El impacto del entorno cercano en la salud cardiovascular

La enfermedad cardiovascular no afecta únicamente a la persona diagnosticada, sino que también repercute en su entorno inmediato.
De acuerdo con Canadian Journal of Cardiology, la mayoría de los programas de atención tradicionales priorizaron al paciente de forma individual, dejando en segundo plano el papel de las relaciones sociales y, en especial, de la pareja.
La investigación liderada por Heather E. Tulloch, cardióloga del Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa, destaca que las relaciones sólidas y de apoyo pueden ser determinantes en la salud cardíaca.
Tulloch señaló: “A veces, la enfermedad cardíaca une más a las parejas, pero a menudo se convierte en un desafío para la relación y para ambas personas. Hemos aprendido que los eventos cardíacos no solo le suceden al paciente, sino a la pareja”, según la revista.
Evidencia científica sobre intervenciones centradas en la pareja

El estudio de Canadian Journal of Cardiology evaluó la efectividad de intervenciones que involucran a la pareja en la rehabilitación cardíaca. El análisis de ensayos controlados aleatorios, con 1.444 díadas paciente-pareja, mostró que el 77% de los estudios reportaron mejoras en comportamientos saludables tales como la adherencia al tratamiento, alimentación cardiosaludable y actividad física continua.
Se identificaron también beneficios en algunos parámetros cardiovasculares, como los perfiles lipídicos y la utilización de la atención médica, aunque estos resultados fueron inconsistentes.
En relación a la salud mental, los efectos fueron mixtos y ninguno de los estudios que evaluó la calidad de la relación mostró mejoras significativas.
La pareja actúa como un facilitador clave en el proceso de recuperación

Las intervenciones revisadas, mayormente dirigidas por personal de enfermería y enfocadas en el cambio conductual, reconocen a la pareja como un elemento esencial en la recuperación del paciente. El acompañante suele encargarse de preparar comidas saludables, fomentar la actividad física y supervisar la toma de medicamentos.
El estudio recomienda implementar un modelo de atención escalonado en la rehabilitación cardíaca, que contemple el cribado sistemático y la derivación a servicios de apoyo para ayudar a las parejas a gestionar el estrés emocional.
Además, se enfatiza la necesidad de incluir componentes emocionales y relacionales, y de evaluar los resultados tanto en los pacientes como en sus parejas, especialmente en poblaciones desatendidas.
Estado civil y riesgo cardiovascular: nuevos datos

La relación entre el estado civil y el riesgo cardiovascular ya había sido abordada en investigaciones previas. Un meta-análisis realizado por investigadores de la Universidad de Keele, en el Reino Unido y publicado en la revista académica Heart ya había revelado que las personas solteras, divorciadas o viudas tienen un riesgo 42% mayor de muerte por enfermedad arterial coronaria y 55% más alto de fallecimiento por accidente cerebrovascular, respecto a quienes están casados.
Además, las personas no casadas enfrentan un riesgo 42% mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares y 16% más alto de padecer enfermedad arterial coronaria.
El autor principal del análisis, el profesor de cardiología Mamas A. Mamas, afirmó que “el estado civil de una persona debería tomarse en cuenta al tratar pacientes que tengan o estén en riesgo de tener enfermedad cardiovascular”. Este trabajo, que abarcó datos de dos millones de personas de Europa, Norteamérica, Medio Oriente y Asia, se centró en parejas heterosexuales casadas, sin evaluar la calidad de la relación ni incluir a parejas no casadas.
Un cambio recomendado en la práctica clínica

El estudio difundido en Canadian Journal of Cardiology propugna un cambio en la práctica clínica, recomendando la integración sistemática de la pareja en los programas de rehabilitación cardíaca. Los autores sostienen que la atención debe ir más allá del paciente individual, considerando el entorno social y emocional y adaptando las intervenciones a las necesidades de cada pareja.
También abogan por nuevas investigaciones que incluyan herramientas validadas para medir la calidad de la relación y que evalúen los resultados en ambos miembros, con especial atención a los factores emocionales y a las poblaciones menos representadas.