Según la Sociedad Argentina de Cardiología, inmunizarse contra gripe, neumococo, COVID-19, virus sincicial respiratorio y herpes zóster disminuye las probabilidades de infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular, descompensaciones cardíacas y arritmias ligadas a procesos infecciosos (Imagen Ilustrativa Infobae)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha divulgado que si las personas no se vacunan, corren el riesgo de contraer enfermedades graves como el sarampión, la meningitis, la neumonía, el tétanos y la poliomielitis, muchas de las cuales pueden ser discapacitantes y mortales.

Según los cálculos de la OMS, las vacunas infantiles salvan la vida de 4 millones de niños cada año. En ese sentido, la relación entre vacunación y salud cardiovascular ha cobrado una relevancia central.

La Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), en un comunicado oficial, enfatizó: “En el ámbito de la salud cardiovascular, la evidencia científica es clara, robusta y consistente: vacunas como la antigripal, la antineumocócica, las vacunas contra COVID-19, virus sincicial respiratorio y herpes zóster reducen el riesgo de infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular, descompensaciones de insuficiencia cardíaca y también disminuyen la probabilidad de desarrollar arritmias asociadas a procesos inflamatorios o infecciosos».

En el mismo plano, de acuerdo con la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), la vacunación debe considerarse un pilar fundamental en las estrategias de prevención cardiovascular, junto con otras medidas establecidas, debido a su impacto en la disminución de infartos, accidentes cerebrovasculares y descompensaciones de insuficiencia cardíaca, especialmente en personas con factores de riesgo o enfermedades cardíacas preexistentes.

El presidente de la ESC, Thomas F. Lüscher, declaró que la gripe eleva el riesgo de eventos cardiovasculares graves, como infartos y insuficiencia cardíaca, y que la incorporación de vacunas reduce la carga de enfermedad en personas vulnerables (Imagen Ilustrativa Infobae)

La vacunación como pilar fundamental de la salud

En la Declaración de Consenso Clínico de la ESC, publicada en el European Heart Journal en 2025, se detalla que las infecciones respiratorias como la gripe, la neumonía neumocócica, el SARS-CoV-2 y el virus respiratorio sincitial incrementan la morbilidad y mortalidad cardiovascular. El profesor Thomas F. Lüscher, presidente de la ESC y autor principal del documento, subrayó que la gripe puede aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares adversos importantes, como infartos, y exacerbar la insuficiencia cardíaca.

Además, la evidencia reciente indica que otras infecciones respiratorias también se asocian con un aumento de complicaciones cardíacas. Lüscher afirmó: “La prevención es crucial para reducir la considerable carga de enfermedades cardiovasculares. Toda la evidencia indica que la vacunación debería convertirse en un pilar fundamental de las estrategias preventivas, junto con otras medidas establecidas”.

Según precisó la SAC en el comunicado, las vacunas, después del agua potable, constituyen la intervención sanitaria que más vidas ha salvado en la historia de la humanidad. Gracias a la vacunación, se han controlado epidemias devastadoras y se ha reducido drásticamente la mortalidad, las secuelas y la discapacidad asociadas a múltiples enfermedades infecciosas. La SAC sostiene que la seguridad de las vacunas está ampliamente demostrada, con efectos adversos infrecuentes y, en la gran mayoría de los casos, leves.

Además, destaca que al vacunarse, cada persona no solo se protege a sí misma, sino que también resguarda a quienes la rodean, ya que altos niveles de inmunización comunitaria disminuyen la circulación de patógenos y protegen especialmente a los más vulnerables.

El consenso clínico de la ESC publicado en 2025 explica que infecciones como gripe, neumonía neumocócica, SARS-CoV-2 y virus sincicial respiratorio aumentan la mortalidad y complicaciones cardíacas, lo que subraya la importancia de la prevención mediante vacunación (Imagen Ilustrativa Infobae)

La entidad advierte que poner en duda el valor de la vacunación contraviene la mejor evidencia disponible y pone en riesgo la protección sanitaria de toda la comunidad, exponiendo a los más vulnerables a enfermedades prevenibles. La SAC reafirma su apoyo firme y sostenido a la vacunación como estrategia esencial de prevención y como pilar del cuidado integral de la salud cardiovascular y general de la población. Invita a la comunidad a mantener completos sus esquemas de vacunación y sostiene: “La mejor herramienta contra la desinformación es la evidencia, y la evidencia es contundente: las vacunas salvan vidas”.

El consenso internacional se refleja también en las guías de práctica clínica de la ESC y del Colegio Americano de Cardiología (ACC) junto con la Asociación Americana del Corazón (AHA), que recomiendan la vacunación contra la gripe y otras infecciones generalizadas en pacientes con síndromes coronarios crónicos, incluida la enfermedad coronaria, y en quienes padecen insuficiencia cardíaca.

La Declaración de Consenso de la ESC analiza además los riesgos de eventos adversos cardiovasculares tras la vacunación, como la miocarditis, y describe estrategias de tratamiento adecuadas. Se recomienda la vacunación en pacientes con enfermedades cardiovasculares, mujeres embarazadas y otros grupos vulnerables, como personas con cardiopatías congénitas y trasplantes de corazón. Las reacciones adversas graves a las vacunas son muy poco frecuentes.

Las guías clínicas de la ESC y organismos estadounidenses recomiendan inmunizar contra gripe y otras infecciones generalizadas tanto a pacientes con enfermedad coronaria crónica como a quienes sufren insuficiencia cardíaca para evitar complicaciones severas (Imagen Ilustrativa Infobae)

La Fundación Nacional para Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos advierte que los pacientes con antecedentes de enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular que contraen influenza presentan una mayor probabilidad de resultados graves o fatales, incluidos ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares. Una situación similar se observa con la COVID-19, lo que refuerza la importancia de mantener al día todas las vacunas recomendadas.

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) citan estudios que confirman que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad en adultos a nivel global. Durante décadas, la evidencia ha subrayado la correlación entre infecciones, especialmente las respiratorias, y un mayor riesgo de eventos cardiovasculares y cerebrovasculares, así como de mortalidad por cualquier causa.

Los mecanismos implicados incluyen la activación del sistema inmunitario, inflamación sistémica, estados de hipercoagulabilidad, activación del sistema simpático y aumento de la demanda miocárdica de oxígeno. Las infecciones respiratorias agravan la hipoxemia, lo que puede desencadenar disfunción endotelial, ruptura de placa, depresión miocárdica e insuficiencia cardíaca, según los expertos.

En el análisis de la ESC, la frecuencia de efectos adversos graves luego de la vacunación, como la miocarditis, es baja y existen estrategias de tratamiento adecuadas, concluyendo que los beneficios superan ampliamente los riesgos (Imagen Ilustrativa Infobae)

La seguridad de las vacunas contra la influenza, el neumococo, el herpes zóster, la COVID-19 y el virus respiratorio sincitial está respaldada por evidencia robusta en personas con factores de riesgo cardiovascular o enfermedad cardiovascular establecida. Un dato destacado por los NIH es que la vacuna contra la gripe ha demostrado ser segura incluso durante la fase aguda de un infarto de miocardio en pacientes sometidos a angioplastia. Además de su seguridad, estas vacunas reducen de manera significativa la incidencia de eventos cardiovasculares en personas con riesgo elevado.

La Sociedad Argentina de Cardiología concluye que vacunarse es un acto de cuidado personal y de solidaridad, ya que protege a las familias y fortalece la salud de toda la sociedad.