Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta poco saludable, caracterizada por un consumo elevado de grasas saturadas y azúcares añadidos, constituye uno de los principales riesgos mundiales para la salud.
Este tipo de alimentación está vinculado al aumento de la desnutrición y a la prevalencia de diversas enfermedades en todo el mundo. Por ello, los expertos en salud insisten en la importancia de modificar nuestros hábitos alimenticios como un punto crucial para prevenir enfermedades y promover el bienestar general. Desde la carne cruda hasta el pan blanco procesado, hay 6 alimentos claves que impactan de forma negativa en la salud metabólica y cardiovascular
¿Qué es una dieta “sana”?
El concepto de una dieta saludable ha sido ampliamente discutido por médicos y nutricionistas. Para el cardiólogo Francisco López-Jiménez, de la Clínica Mayo, una alimentación sana debe estar compuesta principalmente por productos frescos, como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. La recomendación es consumir productos de origen vegetal, incluyendo frutos secos y aceites vegetales de buena calidad, mientras que los productos de origen animal deben consumirse con moderación, con excepción de los lácteos y el pescado.
Por su parte, el nutricionista Jim White, autor de varios estudios sobre nutrición, enfatiza que una dieta balanceada es clave para prevenir enfermedades y mantener altos niveles de energía.
El experto propone un enfoque de moderación: el 75% de nuestra dieta debe estar compuesta por alimentos ricos en nutrientes, y el 25% restante puede ser destinado a caprichos ocasionales, como alimentos menos saludables, siempre controlando las porciones.
A pesar de que se recomienda evitar ciertos alimentos, no se trata de una eliminación total, sino de un enfoque balanceado que permita disfrutar de todo tipo de alimentos sin poner en riesgo la salud.
Alimentos que deberíamos evitar para una dieta sana, según la OMS
1. Carne cruda o poco cocida
La carne cruda o mal cocida, como el sushi o las hamburguesas poco hechas, puede ser peligrosa para ciertos grupos de población, especialmente para personas con cáncer o aquellos con el sistema inmunológico comprometido. Esta recomendación también se centra en niños menores de 5 años, ya que son más vulnerables ante la bacteria E. coli, responsable del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH).
El oncólogo radioterapeuta Rahul Bhandari, de Tampa Bay Radiation Oncology, señala que los productos crudos presentan un mayor riesgo de contaminación bacteriana, lo cual podría agravar la salud de personas vulnerables
2. Cereales para el desayuno
Aunque los cereales de desayuno parecen una opción conveniente, su contenido de harinas refinadas puede tener efectos negativos sobre la salud metabólica.
Según Mark Cucuzzella, médico y profesor en la Universidad de West Virginia, estos productos tienen un alto índice glucémico que provoca un aumento rápido del azúcar en sangre, lo cual, a largo plazo, puede contribuir a trastornos como la obesidad y la resistencia a la insulina
3. Alcohol
El consumo de alcohol, aunque en pequeñas cantidades, tiene efectos negativos sobre el metabolismo y la salud en general. Jim White explica que el alcohol es una toxina que el cuerpo prioriza descomponer, lo que ralentiza la quema de grasa. Además, estudios recientes indican que incluso una bebida al día puede reducir la esperanza de vida en hasta 2.5 meses.
La Asociación Americana para la Investigación del Cáncer sugiere que el alcohol debería llevar etiquetas de advertencia debido a su vínculo con el aumento de riesgo de cáncer. En pacientes con cáncer, evitar el alcohol es fundamental para mantener el cuerpo fuerte durante los tratamientos.
4. Edulcorantes artificiales
Los edulcorantes como el aspartamo y la sucralosa, aunque no contienen calorías, pueden tener efectos negativos sobre la salud intestinal y el metabolismo. White advierte que estos compuestos pueden alterar el microbioma intestinal, lo que a su vez afecta la regulación de la glucosa y el metabolismo.
Además, se están estudiando posibles vínculos entre los edulcorantes artificiales y el cáncer, aunque se necesita más investigación al respecto.
5. Comida para llevar
La comida precocinada y entregada a domicilio, aunque es cómoda, a menudo contiene cantidades excesivas de sal, azúcar y grasa. El Dr. Klodas, especialista en cardiología, destaca que el consumo frecuente de estos alimentos puede afectar la presión arterial, los niveles de colesterol y el peso corporal.
Si bien es comprensible que, en ocasiones, recurramos a la comida para llevar, debe ser vista como una excepción y no como una regla.
6. Pan blanco procesado
El pan blanco, elaborado con harina refinada, carece de nutrientes esenciales y fibra. Francisco López-Jiménez recomienda optar por pan 100% integral o de grano germinado, que contiene más nutrientes y puede ayudar a mantener los niveles de azúcar en sangre más estables.
El pan blanco, por su parte, contribuye a los picos de azúcar en sangre, lo cual puede afectar negativamente la salud a largo plazo.
La clave para llevar una dieta saludable radica en la elección consciente de los alimentos. Evitar aquellos productos ultraprocesados, ricos en azúcares y grasas saturadas, es esencial para reducir el riesgo de enfermedades crónicas y promover una vida más saludable.
Al mismo tiempo, es importante mantener un equilibrio, disfrutando de los alimentos menos saludables de manera ocasional y siempre con moderación. Con estos pequeños cambios, es posible lograr un bienestar integral y prevenir una gran cantidad de enfermedades a nivel mundial.