La intensidad de la resistencia interna se relaciona con la importancia personal de un proyecto, según el experto (Imagen Ilustrativa Infobae)

La resistencia interna es entendida como un obstáculo invisible que lleva a tantas personas a posponer las tareas más significativas de su vida. Ante esta tendencia, Steven Pressfield, autor de “La guerra del arte” y ex marine, compartió sus perspectivas en el pódcast Huberman Lab.

Según el divulgador, cuanto más relevante es un proyecto para el crecimiento personal, mayor será la fuerza que se opondrá a su realización. Esta paradoja, lejos de ser un defecto, es una señal de que se está ante una oportunidad crucial para el desarrollo individual.

¿Qué es la resistencia interna?

Durante su conversación con Andrew Huberman, neurobiólogo de la Universidad de Stanford y presentador del pódcast, Pressfield definió la resistencia interna como una fuerza psicológica que surge especialmente cuando se intenta abordar proyectos que pueden transformar la vida. “Cuanto más importante es para el crecimiento de tu alma, mayor será la resistencia que sentirás”, afirmó.

En diálogo con Andrew Huberman, Steven Pressfield planteó que adoptar una mentalidad profesional implica trabajar a diario (Huberman Lab)

Esta resistencia se manifiesta en forma de procrastinación, distracciones, miedo, perfeccionismo o incluso autocrítica paralizante. Para el escritor, la resistencia no solo es inevitable, sino que es proporcional al tamaño del reto y planteó: “El árbol de tu sueño proyecta una sombra, y cuanto más grande es el árbol, más grande es la sombra”.

Cambio de mentalidad: de amateur a profesional

Uno de los conceptos centrales que Pressfield expuso en Huberman Lab es la necesidad de pasar de una mentalidad de “amateur” a una de “profesional”.

Según su experiencia, el amateur se deja llevar por el estado de ánimo, se rinde ante la adversidad y toma el éxito o el fracaso como algo personal. En cambio, el profesional se presenta cada día, cumple con su trabajo sin importar cómo se siente y no se deja abatir por las críticas o los reveses.

“Un profesional no se deja llevar por cómo se siente; hace el trabajo, pase lo que pase”, explicó Pressfield en el programa. Este cambio de mentalidad no requiere certificaciones ni cursos, sino una decisión interna de tomarse en serio el propio propósito.

Hábitos y rutinas para vencer la procrastinación

Pressfield subrayó la importancia de los hábitos y las rutinas como herramientas para superar la procrastinación. Su propio día comienza en el gimnasio a las 4:45 de la mañana, una práctica que considera un “ensayo” para enfrentar la resistencia que encontrará más tarde al sentarse a escribir. Con respecto a esto, señaló: “La disciplina diaria y los pequeños logros ayudan a crear el impulso necesario para enfrentar la resistencia”.

Para él, el ejercicio matutino no es solo una cuestión física, sino una forma de demostrar que puede hacer cosas difíciles desde temprano, lo que facilita abordar tareas complejas durante el resto del día.

La disciplina y los hábitos matutinos, como el ejercicio físico, funcionan para Pressfield como un entrenamiento contra los bloqueos internos (Huberman Lab)

Papel del entorno y el perfeccionismo

El entorno social y familiar puede ser tanto un apoyo como un obstáculo. El autor advirtió que, en muchos casos, las personas más cercanas pueden reforzar la resistencia, a veces por miedo o por pactos tácitos de mediocridad. “A menudo, quienes más nos quieren son los que más nos frenan, porque temen vernos fracasar o cambiar”, explicó.

Además, mencionó que los grupos de amigos pueden establecer acuerdos implícitos para no sobresalir, lo que obliga a quienes desean avanzar a tomar distancia y buscar entornos donde se valore la excelencia.

El perfeccionismo es, para Pressfield, una de las formas más insidiosas de resistencia. “El perfeccionismo es una forma de resistencia que debe evitarse a toda costa”, advirtió en Huberman Lab. Esta dinámica lleva a posponer indefinidamente la entrega de un trabajo por miedo al juicio externo o al fracaso. Recomendó aceptar que ningún proyecto será perfecto y que es preferible terminarlo y aprender del proceso, en lugar de quedar atrapado en una búsqueda interminable de mejoras.

Aceptar la imperfección y dar por terminados los proyectos es clave para combatir el perfeccionismo destructivo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aprendizaje de otros y espiritualidad

La figura del mentor ocupa un lugar destacado en la trayectoria de Pressfield. A lo largo de su vida, encontró guías tanto en el ámbito literario como en trabajos manuales o en el ejército. Estos mentores le transmitieron valores como la ética del trabajo, la perseverancia y la importancia de terminar lo que se empieza.

“Una vez que logré terminar mi primer libro, nunca más tuve problemas para acabar un proyecto”, relató. Para quienes buscan avanzar, recomendó rodearse de personas con altos estándares y aprender de sus métodos y actitudes.

Pressfield combina una visión práctica con una dimensión espiritual de la creatividad. Antes de escribir, recita una invocación a la musa inspirada en la tradición griega, convencido de que las ideas no provienen solo del subconsciente, sino de un plano superior. Sobre esto, explicó: “Nuestro trabajo es abrir el canal y apartar el ego para dejar que la inspiración fluya”.

Balance vital con sacrificios

El compromiso con una vocación suele implicar sacrificios. El ex militar reconoció que su vida fue “desequilibrada” en muchos aspectos, pero que esa entrega total le permitió encontrar sentido y paz interior.

“Si quieres perseguir tu llamado, tienes que hacerlo con los dos pies”, afirmó. Para él, la obsesión y la renuncia a ciertos placeres o relaciones forman parte del precio de dedicarse plenamente a lo que considera su propósito.

Para el autor, la creatividad requiere humildad y apertura, permitiendo que la inspiración fluya más allá del control personal (Huberman Lab)

Manejo de la crítica y el éxito

Pressfield aconsejó no dejarse influir ni por la crítica negativa ni por el éxito. Tras experiencias dolorosas, como el fracaso de una película en la que participó, aprendió a no tomar los resultados de manera personal. “Lo importante es preguntarse si diste lo mejor de ti. El resto está fuera de tu control”, sostuvo.

Asimismo, destacó que el reconocimiento externo puede ser tan peligroso como la crítica, ya que puede desviar la atención del trabajo realizado. Según Steven Pressfield, un verdadero profesional no se detiene ante el éxito o el fracaso, sino que sigue adelante con sus responsabilidades.