La planificación de la rutina de fuerza es clave para lograr resultados sostenidos y evitar el estancamiento.(Imagen Ilustrativa Infobae)

Una rutina de entrenamiento de fuerza bien planificada permite lograr progreso constante y evita el estancamiento, como señalan especialistas citados por Healthline. Una estructura adecuada de los ejercicios optimiza el tiempo y potencia los beneficios para la salud, entre ellos la mejora de la densidad ósea, el aumento de la fortaleza muscular y el control de los niveles de glucosa y lípidos en sangre.

Según las Guías de Actividad Física para estadounidenses, citadas por Healthline, se recomienda realizar entrenamiento de fuerza al menos dos veces por semana para alcanzar un estado de salud óptimo. La mejor forma de organizar la rutina depende tanto del nivel de experiencia como de los objetivos personales.

Componentes y grupos musculares principales

El entrenamiento de fuerza no solo fortalece músculos y huesos, sino que también contribuye a la flexibilidad, la resistencia y el equilibrio. Los especialistas insisten en que un programa integral debe incluir ejercicios orientados a estos aspectos.

Aunque el cuerpo cuenta con tres tipos de músculos (cardíacos, lisos y esqueléticos), los programas suelen centrarse en los músculos esqueléticos, responsables del movimiento y que representan cerca del 40% del peso corporal. Los principales grupos musculares que se tienen en cuenta son: pecho, espalda, brazos, abdomen, piernas y hombros. A su vez, estos se subdividen en músculos como cuádriceps, glúteos, bíceps, tríceps, deltoides y trapecios, entre otros.

Ejercicios compuestos y de aislamiento

Diferenciar entre ejercicios compuestos y de aislamiento es clave en cualquier rutina. Los ejercicios compuestos involucran varios grupos musculares y requieren el movimiento de más de una articulación: sentadillas, press de banca, peso muerto y press de hombros son ejemplos frecuentes.

Por otro lado, los ejercicios de aislamiento se enfocan en un músculo específico, aunque suelen activar también estabilizadores. El curl de bíceps, por ejemplo, dirige el trabajo principalmente al bíceps, pero activa músculos como el braquial y el braquiorradial, así como estabilizadores del hombro y el core. Healthline indica que la literatura científica no muestra una clara superioridad de un tipo de ejercicio sobre el otro para el desarrollo de la fuerza, ni sobre el orden en que deberían realizarse, por lo que lo habitual es combinarlos en los programas de entrenamiento.

El equipamiento disponible, como bandas elásticas, pesas o peso corporal, determina la selección de ejercicios de fuerza.

Recuperación y frecuencia de entrenamiento

La recuperación muscular es un pilar fundamental en la organización semanal del plan. Healthline advierte que un descanso adecuado previene el sobreentrenamiento y favorece la reparación y el crecimiento muscular. Diversos estudios sostienen que los músculos pueden necesitar hasta 48 horas para recuperarse completamente tras una sesión de resistencia.

Por ello, la distribución de los grupos musculares en la semana debe contemplar estos tiempos. Aquellos que entrenan dos veces a la semana pueden realizar sesiones de cuerpo completo y centrarse en ejercicios compuestos que activen todos los grupos musculares. Si la frecuencia es de tres o cuatro días, se recomienda dividir los entrenamientos por grupos musculares (“split”), para obtener una recuperación más específica.

Ejemplo de estructura semanal

Para quienes se inician en la fuerza, los expertos sugieren una estructura simple: un día de pecho y hombros, uno de piernas y uno de espalda, abdomen y brazos, con un día de descanso entre sesiones.

Para personas con mayor experiencia, es posible dividir aún más: un día para pecho, hombros, tríceps y antebrazos; otro para piernas; otro para bíceps, espalda, abdominales, trapecios y dorsales, seguido de una jornada de descanso. No es necesario incluir un ejercicio por cada músculo en cada sesión, ya que hay movimientos compuestos que activan distintos grupos musculares al mismo tiempo.

Combinar ejercicios compuestos y de aislamiento potencia el desarrollo muscular y la eficiencia del entrenamiento.
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Variantes según equipamiento disponible

La selección de ejercicios depende del equipamiento disponible. Expertos de Healthline explican que existen distintas opciones de entrenamiento de resistencia: bandas elásticas, balones medicinales, peso corporal, pesas libres o máquinas. Todas aportan beneficios y deben elegirse según preferencias, objetivos y recursos. Entrenar en casa es posible y efectivo con objetos cotidianos, bandas de resistencia o el propio peso corporal. En cuanto a la carga, lo recomendable es usar un peso que permita realizar entre ocho y doce repeticiones con comodidad e incrementar la carga —y reducir las repeticiones— a medida que se gana fuerza.

Rol del entrenador personal

Contar con un entrenador personal certificado puede marcar la diferencia cuando se busca una rutina adaptada a necesidades particulares. Un profesional elabora un plan personalizado, transmite la técnica correcta y ajusta la intensidad según el nivel físico. Además, la supervisión incrementa la motivación y la adherencia al plan, facilitando el alcance de los objetivos. Healthline remarca que, aunque muchas personas prefieren diseñar sus propias rutinas, el asesoramiento profesional ofrece mayor seguridad y eficacia.