El doctor Adrián Cormillot, médico clínico y especialista en obesidad, enfatizó que, en Argentina, el “66% de la población adulta tiene algún problema con el peso: 40% vive con obesidad”, y detalló que esta condición conlleva un impacto masivo, ya que el país es el segundo en el mundo en cantidad de personas con trastornos de la alimentación. “Pero eso, más allá del dato, expresa una realidad dramática: hay miles de personas que, por el exceso de peso, están marginadas hasta de los derechos más elementales. Son desplazadas silenciosamente desde la ignorancia, la vergüenza, el miedo y los prejuicios, no por odio, sino porque el sistema no está preparado para acompañar ni para entender la problemática”, subrayó.

Estas declaraciones fueron realizadas en diálogo con Infobae en Vivo, durante el programa de la mañana, que cuenta con la conducción de Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet. En ese espacio, Cormillot describió una situación alarmante para la salud pública nacional: “Si analizamos porcentajes, tenemos miles de argentinos que no reciben ni la atención básica. Hoy existen personas que ni siquiera pueden salir de su casa, que directamente quedan postradas en un living porque no existen recursos del Estado para garantizar traslados, atención o intervenciones adecuadas”. Para el médico, esta invisibilización no es solo un problema de políticas sanitarias, sino que involucra también una profunda discriminación social que, muchas veces, termina afectando a los más vulnerables.

A lo largo de la entrevista, el especialista sostuvo que la discriminación vinculada a la obesidad raramente es consciente o explícita. “No es racismo, no es mala onda, es profunda ignorancia. A estas personas se las juzga pensando que todo es una cuestión de carácter o de falta de voluntad, y eso es otro de los grandes obstáculos. El sistema no está preparado para integrar ni para acompañar, lo que se traduce en rechazo y abandono”, declaró. Así, Cormillot puso el foco en la marginación: no solo desde la atención médica, donde los pacientes suelen ser derivados a psicólogos antes siquiera de realizar estudios físicos, sino también en el acceso a cualquier ámbito de la vida cotidiana, como el transporte público o la indumentaria.

El peso del estigma recae, además, sobre las familias. “El costo para el grupo familiar es inmenso, tanto en términos emocionales como económicos. A la ausencia laboral y el enorme gasto para la salud pública, se suma el dolor emocional de la exclusión y el rechazo”, afirmó. Cormillot fue contundente al afirmar que existe una deuda pendiente desde el Estado: “No hay estrategias integrales ni programas sólidos que aborden el problema de raíz. El Estado tiene vergüenza. La sociedad tiene vergüenza. La vergüenza es que no estamos haciendo nada por las personas con obesidad. No tenemos recursos ni políticas acordes para acompañar a quienes viven con sobrepeso o cuadros de obesidad severa, que terminan desplazados en todos los aspectos”.

El 66% de los adultos en Argentina tiene problemas de peso, según Adrián Cormillot

Al analizar las cifras, el especialista puntualizó: “El 66% de la población adulta en Argentina tiene algún problema con el peso; de ellos, el 40% tiene obesidad. Y dentro de ese universo, hay 150.000 argentinos que están literalmente postrados, inhabilitados para llevar una vida autónoma. Es una situación que evidencia la carencia de políticas de inclusión, de estrategias de prevención y, sobre todo, de empatía y comprensión”.

Uno de los obstáculos más significativos es la falta de infraestructura y personal capacitado en el sistema de salud. “No hay camillas, tomógrafos ni equipamiento adecuado para personas con sobrepeso y obesidad severa. Los hospitales solo están adaptados para casos ‘promedio’. Los médicos rara vez derivan a los pacientes con obesidad a tratamientos efectivos, y la mayoría se ve obligada a peregrinar entre consultorios, con un alto nivel de discriminación encubierta”, remarcó. Como ejemplo, Cormillot relató la experiencia de varios pacientes: “Una mujer con más de 30 kilos de sobrepeso y 52 años encuentra obstáculos incluso para realizar estudios básicos. Es frecuente que sufran vergüenza o que sean juzgadas por una supuesta ‘falta de voluntad’, lo cual es inaceptable”.

El entrevistado advirtió, además, que el reconocimiento de la obesidad como una discapacidad está lejos de concretarse. “Cuando una persona se encuentra postrada no existe la categoría de obesidad en los certificados de discapacidad. Hay que justificar el pedido a partir de otras afecciones, como insuficiencia respiratoria o motora, porque no hay un reconocimiento claro. Este vacío legal y práctico multiplica el sufrimiento de quienes más necesitan ayuda”.

La educación nutricional y la prevención brillan por su ausencia en la mayoría de las escuelas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Respecto al abordaje terapéutico y la respuesta de las obras sociales y prepagas, fue categórico: “La cobertura está lejos de ser completa y, en la práctica, solo se actúa por compromiso, sin ningún criterio integral. La cirugía bariátrica es la opción más visible, pero deja afuera a mucha gente que no cumple con ciertos parámetros. Hay una enorme cantidad de personas en un ‘gris’, que no accede ni a cirugías ni a tratamientos multidisciplinarios y queda totalmente abandonada”. En diálogo con Infobae en Vivo, en el programa de la mañana, Cormillot alertó que la “costumbre del sistema” deriva a las personas con obesidad a consultas psicológicas por default. “Un estudio mostró que una dolencia física idéntica es tratada de manera diferente según el peso del paciente: quienes tienen obesidad son derivados tres a diez veces más al consultorio psicológico que quienes no la padecen”, denunció.

La moda del “body positive” y su efecto en la salud pública también estuvieron presentes en la charla. Consultado sobre el movimiento de aceptación de todos los cuerpos, Cormillot reconoció que la campaña ayudó a reducir la vergüenza social, pero advirtió: “Celebrar la aceptación física no debe invisibilizar el hecho de que la obesidad es una enfermedad, con consecuencias que se extienden al entorno familiar y generan discapacidades y sufrimiento. Hay que promover la autoaceptación, pero también la responsabilidad de tratarse”.

El entorno familiar y social es clave para abordar la obesidad y sus consecuencias (Freepik)

Al momento de hablar de las medidas preventivas y la educación, el médico fue crítico frente a la falta de contenido nutricional en las escuelas “No hay planes educativos que expliquen a los chicos en escuelas públicas qué es, cómo se previene y cómo se controla la obesidad, sostuvo. Subrayó que solo en algunos establecimientos privados se implementan menús saludables a voluntad.

El acceso restringido a medicamentos nuevos para el tratamiento de la obesidad fue otro de los puntos destacados. “Desde 1999, la aparición de moléculas nuevas cambió el paradigma. Hoy hay medicamentos eficaces y seguros, pero deben usarse solo en pacientes con obesidad, con complicaciones y bajo estricto control médico. El problema es que se están usando con fines estéticos o por la presión de las redes sociales, y eso es un riesgo grave”, alertó.

Sobre el uso de dietas de moda —como la keto o la paleo— y tendencias como el ayuno intermitente, Cormillot explicó: “Para pacientes sanos y bajo control profesional, pueden ser herramientas útiles. Pero en general, quienes buscan ayuda clínica suelen tener desórdenes alimentarios previos y estas dietas pueden acentuar los problemas. Hay que desconfiar de cualquier régimen que prometa soluciones milagrosas”.

Otro aspecto fundamental es la mentalidad cultural. Según el médico, “los chicos de hoy crecen en un entorno donde los alimentos ultraprocesados, el azúcar y las golosinas están omnipresentes. Como familias, debemos cambiar las reglas: no hay que tener galletitas en casa y promover la compra planificada y responsable. Los chicos imitan lo que ven: si ven a sus padres comer frutas, ellos querrán comer frutas. El ejemplo familiar es clave para modelar hábitos”, precisó el especialista.

La discriminación y el sufrimiento, además, no se limitan al diagnóstico: “El estigma invade todos los aspectos de la vida en sociedad: desde lo laboral hasta lo educativo. Muchos pacientes sufren, se retiran del sistema, pierden acceso a controles y terminan agravando su estado, lo cual incrementa el gasto para el Estado y perpetúa el círculo de exclusión”, indicó el médico.

La entrevista completa a Adrián Cormillot

Consultado sobre si la obesidad podría considerarse una adicción, aclaró: “No cumple todos los criterios de una adicción clásica, porque no se puede suprimir la comida. Pero la forma en que el cerebro responde a la recompensa al comer en exceso es análoga a la de otros comportamientos adictivos. Aunque el alimento no es una sustancia prohibida, hay un carácter adictivo en la relación con la comida en muchos pacientes”.

En cuanto a la relación entre obesidad y salud mental, el doctor fue claro: “La mayoría de las veces, la obesidad no surge por un problema emocional previo. No obstante, para salir de la obesidad, es indispensable el acompañamiento psicológico, porque la discriminación, las frustraciones acumuladas y la vergüenza son obstáculos enormes para sostener cambios de hábitos”.

El abordaje familiar y social es otra de las claves señaladas: “Así como ocurre con el alcoholismo, cada paciente con obesidad impacta en por lo menos dos o tres personas cercanas. Los apoyos emocionales espontáneos —comentar frases como ‘cuando vas a dejar de comer’— suelen ser contraproducentes. La familia necesita ser educada y acompañada, con información profesional y herramientas concretas”, recomendó.

En su análisis, Cormillot resaltó que la obesidad no es asunto individual sino un drama colectivo. “Millones de argentinos padecen en silencio un sufrimiento evitable, y las consecuencias se extienden al núcleo familiar, al sistema laboral y a las finanzas nacionales. Mientras no haya una política pública seria y consciente, la epidemia solo se agravará”.

Por último, el especialista instó a dejar la marginalidad y la vergüenza, y transformar el problema en un tema de agenda nacional: “Hace falta decisión política, educación sistemática, campañas masivas y recursos económicos. Mientras el tema sea invisible o vergonzante, nada va a cambiar”, concluyó.

Infobae en Vivo te acompaña cada día en YouTube con entrevistas, análisis y la información más destacada, en un formato cercano y dinámico.

• De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet.

• De 18 a 21: Jesica Bossi, Diego Iglesias, María Eugenia Duffard y Federico Mayol.

Actualidad, charlas y protagonistas, en vivo. Seguinos en nuestro canal de YouTube @infobae.