Lucía Crivelli (MN33.849), doctora en neuropsicología, destacó que el ejercicio físico no solo mejora el cuerpo, sino que también juega un papel crucial en el desarrollo y bienestar del cerebro.
“Las hormonas y neurotransmisores generados durante el ejercicio, como la dopamina, la serotonina, las endorfinas y la adrenalina, no solo elevan el estado de ánimo y proporcionan una sensación de gratificación, sino que también mejoran la concentración y la memoria”, señaló durante su participación de hoy en Infobae en Vivo.
Estas declaraciones fueron realizadas en diálogo con Infobae en Vivo, durante el programa de la mañana, que cuenta con la conducción de Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet.
La Dra. Crivelli profundizó acerca de cómo los neurotransmisores facilitan un estado de alerta elevado, incrementando el rendimiento cognitivo después del ejercicio. En este contexto, mencionó estudios que muestran de qué forma las personas que realizan actividad física antes de estudiar o realizar tareas que requieren memoria obtienen mejores resultados.
En su intervención, Crivelli también destacó la importancia del ejercicio físico a largo plazo. Este no solo combate el sedentarismo, sino que tipos específicos de actividad, como los ejercicios de intervalos de alta intensidad (HIT) y el entrenamiento de fuerza, promueven la generación de BDNF, una proteína que favorece la neurogénesis y sinaptogénesis en el hipocampo, mejorando así la memoria episódica, verbal y visual.
Durante la conversación, se subrayó la importancia de la actividad física en todas las edades y géneros, desmitificando la idea de que solo ciertos grupos deben centrarse en el fortalecimiento muscular. La Dra. Crivelli puntualizó que algo que antes se veía como exclusivo para varones jóvenes, ahora se está abriendo a todas las generaciones.
La especialista comentó que el ejercicio no solo mejora nuestro estado anímico, sino que también optimiza la memoria y la capacidad cognitiva. “La actividad física proporciona un incremento en el flujo de oxígeno y nutrientes al cerebro que potencia nuestra capacidad de aprendizaje”, afirmó Crivelli, quien también destacó cómo actividades como el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) y el entrenamiento de fuerza pueden ser particularmente efectivas para la salud cerebral.
Además, Crivelli destacó la importancia de establecer un equilibrio entre la actividad física y mental, al sugerir que la adopción de nuevas rutinas y desafíos es fundamental para fomentar la neuroplasticidad. “Es fundamental salir de nuestra zona de confort y participar en actividades novedosas y desafiantes para crear nuevas conexiones sinápticas en nuestro cerebro”, aconsejó.
Por otra parte, la Dra. Crivelli profundizó en la idea de cómo el uso constante de herramientas digitales, como los teléfonos móviles, está afectando nuestros procesos de atención y memoria operativa. “No es que estemos perdiendo estas capacidades, sino que se están transformando”, aclaró y subrayó que la retención de datos simples, como recordar un número de teléfono, ahora se ha delegado en dispositivos tecnológicos.
La Dra. Crivelli también hizo hincapié en el impacto emocional que este fenómeno tiene sobre los individuos. Subrayó que la búsqueda constante de gratificación instantánea, facilitada por las notificaciones y alertas de los dispositivos móviles, incrementa los niveles de ansiedad. “El uso del teléfono crea un circuito de dopamina donde la gratificación inmediata se convierte en una expectativa constante”, explicó Crivelli. Esta dependencia de las notificaciones no solo afecta nuestra vida diaria, también genera un estado de alerta que impide alcanzar metas a largo plazo.
Además, durante la entrevista, se discutió la forma en que la tecnología está afectando a las generaciones más jóvenes. Crivelli mencionó aplicaciones que monitorean la ubicación de los niños, una paradoja de libertades y restricciones. “Los jóvenes tienen acceso a un vasto universo digital, pero al mismo tiempo están bajo un control constante debido a estas tecnologías”, señaló.
La Dra. Crivelli no solo habló de los problemas, sino que también sugirió soluciones prácticas para mitigar estos efectos. Recomienda desactivar las notificaciones del teléfono de manera estratégica, lo que permite al usuario tomar el control sobre cuándo interactuar con su dispositivo. “La clave está en decidir cuándo el teléfono va a marcar nuestros tiempos y cuándo no”, dijo Crivelli, proporcionando un enfoque práctico para reducir el impacto de la tecnología en nuestro bienestar psicológico.
La entrevista también tocó un aspecto cultural sobre cómo diferentes generaciones están adaptándose a estos cambios. Mientras que los adultos jóvenes dependen en gran medida de la tecnología para navegar en su vida cotidiana, las generaciones mayores aún deben adaptarse a este nuevo entorno digital. Crivelli subrayó la necesidad de una educación equilibrada que permita a todas las generaciones aprovechar las ventajas de la tecnología sin sucumbir a sus efectos negativos.
La Dra. Crivelli concluyó haciendo un llamado a la acción para padres y educadores, instándolos a guiar y enseñar a los jóvenes sobre el uso responsable de la tecnología mientras promueven hábitos saludables de ejercicio físico. “Es una cuestión de equilibrio y elección informada”, finalizó Crivelli.
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