En una nueva edición de El Puente, el ciclo de entrevistas de Infobae conducido por Julieta Puente, la doctora Lucía Crivelli analizó los mecanismos del sueño, una de las funciones más esenciales del organismo humano y, al mismo tiempo, una de las menos comprendidas. Neuróloga especializada en medicina del sueño, Crivelli explicó cómo durante el descanso se activan complejos procesos que inciden, entre otras cosas, en la memoria, el estado emocional y la salud cognitiva a largo plazo.

“Le dedicamos como un tercio de nuestra vida a dormir y sin embargo no sabemos tanto de ello. Nos entregamos, nos acostamos y nos despertamos de otra manera. A veces más relajados, a veces angustiados. Pasan muchas cosas mientras estamos durmiendo”, dijo.

Fases del sueño: qué ocurre en el cerebro

A diferencia de lo que se suele creer, dormir no es un estado de “apagado” del cerebro, sino una actividad dinámica y cíclica. Crivelli explicó que el sueño se divide en fases no REM y REM. En las primeras, el cuerpo alcanza un descanso profundo y el cerebro realiza tareas reparadoras. En la fase REM, que predomina hacia el final del ciclo, el cerebro presenta una actividad similar a la vigilia, y es cuando se producen la mayoría de los sueños.

Durante el sueño, el cerebro se activa eliminando toxinas como la proteína amiloide, clave para prevenir enfermedades neurodegenerativas (Maximiliano Luna)

Según la doctora, “durante el sueño no REM, el cerebro repara neuronas, se reinicia y consolida memorias. En la fase REM, donde soñamos, hay movimientos oculares rápidos y una activación cerebral intensa”.

Además, mientras dormimos se activa el sistema glinfático, encargado de eliminar desechos metabólicos que se acumulan durante el día. Este sistema cumple un rol fundamental en la prevención de enfermedades neurodegenerativas.

“Se limpian proteínas neurotóxicas como la tau o el amiloide, responsables de enfermedades como el Alzheimer. Por eso dormir bien es una herramienta de prevención”, planteó Crivelli.

Otro proceso clave es la selección de recuerdos. De acuerdo a la especialista, el hipocampo “se pone en actividad durante el sueño y decide qué memorias conservar y cuáles descartar”.

Por qué nos despertamos angustiados

Crivelli detalló que muchos de los estados anímicos al despertar se vinculan con la actividad cerebral nocturna. El contenido de los sueños suele estar compuesto por recuerdos recientes, no necesariamente del día anterior, sino de días pasados.

Las fases REM y no REM realizan funciones esenciales como consolidar memorias y regular las emociones humanas (Maximiliano Luna)

“Cuando dormimos, soñamos con recuerdos. El cerebro usa ese momento para reiniciar conexiones neuronales y consolidar información. A veces nos despertamos plácidamente y otras veces, con angustia. Todo depende de qué se procesó mientras dormíamos”, afirmó la especialista.

A esto se suma la regulación emocional que se produce durante el sueño. Se activan estructuras cerebrales como la corteza prefrontal y el cíngulo, que modulan la actividad de la amígdala, vinculada al miedo, la ira y otras emociones intensas, siempre de acuerdo a Crivelli.

“El sueño actúa como modulador emocional. Las personas que duermen poco suelen estar más reactivas y son más propensas a trastornos del estado de ánimo”, planteó la neuróloga.

Preparar el ambiente para dormir mejor

Entre los hábitos que influyen directamente en la calidad del descanso, Crivelli subrayó la importancia de preparar el entorno previo al sueño: temperatura adecuada, oscuridad, silencio y evitar pantallas y sustancias estimulantes.

“Siempre recomendamos que la gente prepare el ambiente para dormir. Bajar la temperatura a entre 18 y 22 grados centígrados, apagar luces, dejar las pantallas al menos una hora antes”, apuntó.

El problema de las pantallas es doble: por un lado, la luz azul que emiten inhibe la secreción de melatonina, hormona clave para inducir el sueño, enfatizó. Por otro, el contenido suele ser estimulante y genera un efecto de hiperconexión: “El celular genera una activación por la luz y por lo que muestra. Queremos seguir ahí, ser parte. No es el mejor estímulo para irnos a dormir”.

La falta de descanso adecuado puede derivar en trastornos del ánimo y problemas cognitivos a largo plazo (Maximiliano Luna)

Cuándo consultar a un especialista

Dormir mal no siempre es normal. Crivelli identificó tres síntomas cardinales que deben llevar a una consulta médica: somnolencia diurna persistente, insomnio y despertares frecuentes que dificultan retomar el sueño. También mencionó los ronquidos, los movimientos involuntarios, el sonambulismo y los despertares abruptos como signos que merecen atención.

“Si dormís la cantidad de horas que necesitás y te despertás cansado o con sueño durante el día, tenés que consultar. El sueño no reparador puede ser un síntoma de un trastorno”, repasó. El estudio indicado para estos casos es la polisomnografía, que mide múltiples variables durante el sueño, como la respiración, la actividad cerebral, los movimientos y los ciclos.

“Nos permite ver si el problema es para conciliar el sueño, para mantenerlo o si hay apneas. Las apneas son muy frecuentes, sobre todo en personas con sobrepeso”, sumó.

En tanto, Crivelli dijo: “El 75% de las mujeres en menopausia tiene despertares nocturnos. Tienen un 30% más de chances de interrumpir el sueño que las mujeres en edad fértil”.

Crivelli planteó que un buen descanso es fundamental para la salud cerebral (Imagen Ilustrativa Infobae)

La siesta ideal

Crivelli explicó que no todas las personas necesitan dormir siesta. Para algunas, es útil como complemento del descanso nocturno. Pero debe respetar ciertos parámetros.

“La siesta debe hacerse temprano, idealmente alrededor de las 14:00, y durar no más de 20 minutos. Si es larga o muy tarde, interfiere con el sueño de la noche” aconsejó la neuróloga.

La clave está en no forzar el sueño. Según Crivelli, intentar dormir sin tener sueño puede ser contraproducente: “Forzar el sueño no es lo mejor. Tenemos que generar las condiciones y esperar a que llegue. Ir a la cama sin sueño es desgastante y perjudica psicológicamente”.

Postura y ropa: detalles que suman

La especialista también abordó aspectos menos conocidos pero relevantes: la posición corporal y la vestimenta. “Lo ideal es usar ropa cómoda, limpia y específica para dormir. Eso también forma parte del ritual del descanso”, aseveró, entre otras cosas.

Hacia el final de la entrevista, Crivelli sintetizó la importancia de cuidar el sueño con una frase clave: “Dormir bien es esencial para la salud cerebral, la estabilidad emocional y la prevención de enfermedades. No es algo secundario”.