El brócoli fortalece los huesos gracias a su aporte de calcio, magnesio, fósforo y vitamina K (Imagen Ilustrativa Infobae)

Presente en platos de todas partes del mundo, el brócoli se consolidó como un aliado indispensable de una dieta equilibrada. Reconocido por expertos y científicos como una de las verduras más completas, este vegetal destaca por sus efectos preventivos ante distintas patologías.

Una de las propiedades menos difundidas, pero bien documentadas por estudios recientes, radica en su contribución a la protección y fortalecimiento de los huesos. Los nutrientes del brócoli cumplen un papel relevante en el mantenimiento de la densidad ósea y ofrecen beneficios adicionales cuando se consume de manera regular y adecuada.

Los beneficios del brócoli para la salud ósea

El brócoli forma parte de la familia de las crucíferas y sobresale por su aporte de nutrientes esenciales para la formación y el mantenimiento óseo. Esta verdura proporciona una combinación significativa de calcio, fósforo, magnesio y vitamina K, elementos estrechamente vinculados a la salud de los huesos.

De acuerdo con investigaciones publicadas en The American Journal of Clinical Nutrition, la vitamina K interviene de manera fundamental en la conservación de la densidad mineral ósea y ayuda en la prevención de la osteoporosis. Dicha vitamina participa en la activación de proteínas necesarias para la mineralización, lo que reduce el riesgo de fracturas y pérdida de masa ósea.

La vitamina K del brócoli ayuda a prevenir la osteoporosis y reduce el riesgo de fracturas óseas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, el calcio y el magnesio fortalecen y estructuran el tejido óseo, mientras que el fósforo contribuye a la formación y renovación continua de la matriz ósea. El brócoli, como fuente vegetal de estos minerales, resulta especialmente valioso para quienes eligen alternativas nutritivas libres de lácteos o de origen vegetal.

Una alimentación variada que incluya brócoli de forma recurrente contribuye a la prevención de enfermedades óseas y al bienestar integral del sistema musculoesquelético. Los especialistas subrayan que estos efectos se incrementan cuando el vegetal se prepara con técnicas que preservan sus nutrientes, facilitando el aprovechamiento de sus propiedades.

Para qué más es bueno el brócoli

Las cualidades del brócoli superan su impacto en la salud ósea. Diversos estudios y fuentes como la Enciclopedia Britannica y publicaciones en Molecular y Nutrients posicionan a este vegetal como una opción recomendada para prevenir enfermedades crónicas y fortalecer diversas funciones del organismo.

El brócoli sobresale por su concentración de vitaminas A, C, E y K, así como ácido fólico (vitamina B9), potasio, magnesio, fósforo, zinc y hierro. Además, constituye una fuente apreciable de fibras alimentarias y compuestos bioactivos como los glucosinolatos y el sulforafano. Este último, según el American Institute for Cancer Research, actúa como agente clave en la prevención de varios tipos de cáncer, incluidos mama, próstata, colon y pulmón.

El brócoli contiene sulforafano, un compuesto clave en la prevención de varios tipos de cáncer (Imagen Ilustrativa Infobae)

Instituciones como la Harvard T.H. Chan School of Public Health resaltan también la contribución del brócoli a la salud cardiovascular, gracias a sus fibras solubles, que reducen el colesterol LDL y favorecen la salud arterial.

El papel que desempeña en el sistema inmunológico es igualmente relevante. La vitamina C que aporta el brócoli incentiva la producción de glóbulos blancos, reforzando las defensas naturales. La USDA National Nutrient Database indica que una porción de 100 gramos de este vegetal puede cubrir la totalidad de la necesidad diaria de vitamina C para adultos. Además, estudios de la University of Illinois destacan el aporte del brócoli en la protección de la memoria y la función cognitiva, proporcionando compuestos que favorecen la concentración y ayudan a ralentizar el deterioro mental asociado a la edad.

Cómo preparar el brócoli para absorber todos sus nutrientes

La técnica de cocción determina el aprovechamiento nutricional del brócoli. Diversas investigaciones, incluidas las del International Journal of Food Sciences and Nutrition y Springer Nature , han demostrado que hervir el brócoli durante mucho tiempo reduce, hasta en un 77%, el contenido de glucosinolatos y vitamina C, así como del valioso sulforafano.

El método más adecuado consiste en cocinar el brócoli al vapor durante un máximo de cinco minutos. Así se conserva entre un 80% y 90% de compuestos bioactivos, entre ellos antioxidantes y sulforafano. Otras opciones recomendadas son el salteado breve en sartén con aceite de oliva o el horneado, ambas técnicas validadas por estudios como los publicados en Food Chemistry, que permiten retener antioxidantes y sabor sin afectar de manera significativa los nutrientes esenciales.

El brócoli aporta vitamina C, que refuerza el sistema inmunológico y cubre la necesidad diaria en adultos (Imagen Ilustrativa Infobae)

El microondas también puede emplearse, siempre que se utilice un recipiente adecuado y se evite añadir agua, para minimizar la pérdida de vitaminas solubles. Para conservar el brócoli a largo plazo, el procedimiento de blanqueado —consistente en hervirlo dos minutos y luego enfriarlo rápidamente en agua fría antes de congelarlo— detiene la acción de enzimas responsables del deterioro, preservando los nutrientes, tal como muestran investigaciones recogidas en el Journal of Food Science.

Ideas para incorporar el brócoli a la dieta diaria

Integrar brócoli en la rutina alimentaria resulta sencillo gracias a su versatilidad, tanto en preparaciones frías como calientes. Un método práctico consiste en añadirlo, tras una cocción breve al vapor, a ensaladas variadas junto a semillas o frutos secos, aumentando así el contenido mineral del plato.

Cocinar el brócoli al vapor durante cinco minutos preserva hasta el 90% de sus nutrientes y antioxidantes (Imagen Ilustrativa Infobae)

Otra alternativa es combinar ramilletes de brócoli salteado con otras verduras, legumbres o fuentes de proteína, lo que permite obtener platos equilibrados. También puede asarse al horno con especias y aceite de oliva para transformarlo en un acompañante sabroso, o bien incorporarse en tortillas, quiches, sopas y cremas, brindando textura y valor nutricional.

Incluso en batidos verdes con frutas frescas, el brócoli puede consumirse crudo en pequeñas cantidades, logrando aprovechar todos sus nutrientes. La clave está en respetar los tiempos de cocción apropiados y alternar las formas de preparación para mantener el interés y la constancia en su consumo.