El uso de estatinas para reducir el colesterol genera debate sobre su eficacia y seguridad en mujeres (Imagen ilustrativa Infobae)

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte entre las mujeres, y el colesterol alto se considera uno de los factores de riesgo más importantes y silenciosos. En este contexto, el uso de estatinas para reducir el colesterol ha generado debate, especialmente en torno a su eficacia y seguridad en la población femenina.

Según Mayo Clinic, comprender los beneficios y riesgos de estos medicamentos es fundamental para tomar decisiones informadas sobre la salud cardiovascular femenina.

Factores de riesgo particulares en la mujer

El colesterol es una sustancia cerosa que el cuerpo produce o se obtiene a través de la dieta. Su acumulación en las arterias puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Aunque hombres y mujeres comparten factores de riesgo clásicos —como hipertensión, diabetes, tabaquismo y antecedentes familiares—, las mujeres presentan condiciones adicionales que incrementan su vulnerabilidad.

Entre ellas se encuentran antecedentes de preeclampsia, hipertensión o diabetes durante el embarazo, menopausia precoz (antes de los 40 años), trastornos autoinmunes como lupus o artritis reumatoide, depresión, insomnio y tratamientos oncológicos previos.

El colesterol elevado en mujeres aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, según expertos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Mayo Clinic destaca que el control del colesterol en mujeres es tan relevante como en los hombres, ya que contribuye al desarrollo de enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y problemas circulatorios en las extremidades.

Las estatinas, también conocidas como inhibidores de la HMG-CoA reductasa, son medicamentos que bloquean una etapa temprana en la producción de colesterol en el hígado. Aunque muchas personas asocian el colesterol elevado con la dieta, la mayor parte se genera en el hígado.

Las estatinas actúan al reducir la síntesis de colesterol LDL o “colesterol malo”, lo que disminuye la cantidad de lípidos circulantes y la formación de placas en las arterias. Mayo Clinic señala que la mayoría de las mujeres responde bien a estos fármacos y que estos medicamentos logran reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares en este grupo.

Se estima que el uso de estatinas disminuye el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular en aproximadamente un 20%. Además, un estudio citado por la institución indica que, en mujeres sin antecedentes de infarto, la terapia con estatinas redujo casi a la mitad la aparición de enfermedades cardiovasculares.

¿Quiénes deben considerar estatinas?

Las mujeres de 40 a 75 años con riesgo estimado mayor al 20% de enfermedad cardíaca en diez años son candidatas a estatinas (Imagen Ilustrativa Infobae)

La elegibilidad para iniciar tratamiento con estatinas depende de varios factores. Según Mayo Clinic, se recomienda considerar su uso en:

  • Mujeres jóvenes de entre 20 y 39 años con colesterol LDL superior a 190 mg/dL y antecedentes familiares de enfermedad cardíaca temprana;
  • Adultas que hayan sufrido infarto, tengan enfermedad cardíaca conocida, hayan padecido un accidente cerebrovascular o presenten diabetes;
  • Quienes tengan colesterol LDL muy elevado (más de 190 mg/dL);
  • Mujeres de 40 a 75 años con un riesgo estimado superior al 20% de desarrollar enfermedad cardíaca en la próxima década, calculado mediante herramientas específicas;
  • También se contempla a quienes presentan un riesgo intermedio (entre 7,5% y 20%) y factores agravantes adicionales.

Beneficios de las estatinas para mujeres en grupos de riesgo

En cuanto a los beneficios, Mayo Clinic subraya que, aunque la evidencia sobre la eficacia de las estatinas en mujeres sin enfermedad cardiovascular previa es menos concluyente —debido a su baja representación en los estudios—, existen grupos femeninos que pueden obtener ventajas claras.

Mujeres con antecedentes de menopausia precoz, preeclampsia, cáncer de mama, enfermedades inflamatorias crónicas como lupus o artritis reumatoide, o triglicéridos persistentemente elevados, suelen beneficiarse del tratamiento.

Las mujeres en edad fértil deben consultar a su médico antes de iniciar un tratamiento con estatinas (Imagen Ilustrativa Infobae)

La dosis y el tipo de estatina prescrita influyen en la reducción del colesterol LDL, que puede observarse entre uno y tres meses después de iniciar la terapia. Entre las opciones disponibles se encuentran rosuvastatina (5-40 mg), atorvastatina (10-80 mg), simvastatina (20-80 mg), pravastatina (10-80 mg), lovastatina (20-40 mg), fluvastatina (20-40 mg hasta dos veces al día) y pitavastatina (1-4 mg).

Consideraciones en etapas especiales y efectos secundarios

Existen consideraciones especiales para mujeres en determinadas etapas o condiciones. Aquellas que no han pasado por la menopausia y podrían quedar embarazadas deben saber que las estatinas pueden causar daño al feto en desarrollo.

Mayo Clinic recomienda consultar con el equipo médico si se está tomando una estatina y se planea un embarazo o se confirma uno. Además, la menopausia puede provocar un aumento en los niveles de colesterol LDL, triglicéridos y colesterol total, junto con una disminución del colesterol HDL (“colesterol bueno”), lo que incrementa el riesgo cardiovascular.

Respecto a los efectos secundarios, el dolor muscular y articular es el síntoma más reportado y se presenta con mayor frecuencia en mujeres que utilizan estatinas. En algunos casos, cambiar de medicamento puede aliviar estas molestias, aunque la suplementación con CoQ10, aunque segura, no ha demostrado eficacia clara para este fin.

Una dieta equilibrada, rica en alimentos de origen vegetal, es clave para la salud cardiovascular según expertos de Mayo Clinic (Imagen Ilustrativa Infobae)

Otros efectos incluyen un leve aumento en los niveles de azúcar en sangre, con un riesgo bajo de desarrollar diabetes de reciente aparición, lo que no debería ser motivo para evitar el tratamiento. Mayo Clinic sugiere estrategias como reducir la dosis, cambiar de estatina o espaciar las tomas para minimizar los efectos adversos. La fatiga es poco común y su relación directa con el medicamento resulta difícil de establecer en pacientes con enfermedades vasculares o diabetes.

Hábitos de vida y tratamiento: enfoques complementarios

Para quienes buscan alternativas no farmacológicas, Mayo Clinic enfatiza que el primer paso para controlar el colesterol y reducir el riesgo cardiovascular es adoptar hábitos saludables. La actividad física regular —al menos 30 minutos la mayoría de los días—, una dieta equilibrada rica en alimentos de origen vegetal, la reducción de alimentos ultraprocesados y azúcares, evitar el tabaco y limitar el consumo de alcohol, son medidas recomendadas.

Incorporar fibra, pescado graso rico en omega-3, frutos secos, aguacate y aceites saludables como el de oliva, canola o cártamo puede contribuir a mejorar el perfil lipídico. No obstante, la institución advierte que, aunque estas estrategias ayudan a reducir el colesterol, su impacto en la disminución de eventos cardiovasculares no está completamente establecido.

Mantener un estilo de vida saludable sigue siendo esencial, incluso para quienes reciben tratamiento con estatinas. La medicación no sustituye la importancia de la dieta, el ejercicio y otros hábitos protectores para la salud cardiovascular.