En una nueva edición de El Puente, el ciclo de entrevistas de Infobae conducido por Julieta Puente, el tema central fue la claustrofobia.
Para abordar esta problemática desde una perspectiva clínica, participó del programa el psicólogo Gustavo Bustamante (MN: 25456), quien explicó en detalle qué ocurre en la mente y el cuerpo de quienes atraviesan esta condición.
Qué es la claustrofobia
Bustamante comenzó la entrevista con una definición precisa: “Claustro significa encierro. Fobia es miedo. Entonces la claustrofobia es el temor a quedar encerrado o no poder escaparse de una situación”. Esta fobia específica se caracteriza por una intensa sensación de amenaza ante lugares percibidos como cerrados o difíciles de abandonar.
Según el especialista, muchas veces se la interpreta de manera reducida, como si se tratara solo del miedo a espacios físicos pequeños. Sin embargo, puede manifestarse también en escenarios cotidianos: “No es solamente estar en una cápsula. Puede ser no poder levantarse de la silla en una peluquería o en un consultorio médico, o quedarse esperando dentro de un avión antes de que abran las puertas”.
La claustrofobia puede tener distintas causas. En algunos casos, se trata de un cuadro desencadenado por una experiencia puntual. “Hay algunas que son más de origen traumático, como una situación de encierro real o una crisis durante un estudio médico, como una resonancia. Incluso personas que nunca manifestaron síntomas antes pueden sufrir un episodio así”, señaló Bustamante.
Otros cuadros están relacionados con la ansiedad anticipatoria, es decir, con el miedo a lo que podría pasar en determinadas circunstancias. “La persona empieza a anticiparse y se pregunta: ‘¿Qué pasa si me subo a un barco y cierran todo?’ o ‘¿y si voy en un auto coupé y no puedo abrir la puerta desde atrás?’”, dijo el experto.
Y sumó que algunas personas “tienen una predisposición a sufrir fobias. Su amígdala cerebral, que detecta amenazas, es muy reactiva y envía señales de peligro. La corteza prefrontal, que ayuda a calmarse y tomar decisiones, funciona de forma deficitaria. Por eso aparecen tantos síntomas y cuesta frenarlos”.
Cómo se expande y cómo tratarla
Una característica de la claustrofobia es su tendencia a generalizarse si no se trata a tiempo. “Empieza con el miedo al ascensor, después a estar en una habitación sin ventanas, y más tarde a viajar en subte. Poco a poco se va amplificando”, advirtió Bustamante.
Para enfrentar el trastorno, el especialista recomienda buscar ayuda profesional. “El tratamiento es muy artesanal y se basa en la exposición en vivo, siempre de forma progresiva. La terapia cognitivo-comportamental es la que mejores resultados tiene”, indicó.
En los casos vinculados con el miedo a volar, el abordaje incluye ejercicios previos al viaje y trabajo en tierra firme: “Les enseñamos cómo funciona el aire dentro del avión, que no es un espacio hermético. Les explicamos cómo se abren los baños, cómo opera la seguridad a bordo, y les damos herramientas para distraerse o tolerar la espera”.
Qué siente una persona en medio de un episodio
La intensidad del cuadro puede resultar abrumadora para quien lo padece. “Siente un terror intenso, taquicardia, sensación de ahogo, mareo, sudoración, dolor de panza. Cree que se va a morir en ese instante, que no va a poder respirar más, que se va a asfixiar”, describió Bustamante.
Aunque estas sensaciones son reales para el paciente, no representan un riesgo físico concreto. “Es la fantasía. Nunca pasa. Es algo que uno siente mentalmente, pero que no va a ocurrir”, aclaró.
En esos momentos, la herramienta clave es la respiración y la relajación. “Las fobias tienen dos antídotos: la relajación y la respiración abdominal. Sirven para bajar el tono de alerta. La tensión favorece la sensación de descontrol, por eso es importante entrenarse para enfrentar esas situaciones”, repasó.
El rol de la familia y el entorno
Otro aspecto que destacó el especialista fue la importancia del acompañamiento: “Trabajamos mucho con la familia para que entienda que esto no es una elección, sino un trastorno mental. No se trata de criticar, sino de estimular a la persona a afrontar sus miedos, sin presión y sin burlas”.
La claustrofobia, señaló Bustamante, es una de las fobias más frecuentes y también una de las que mejor pronóstico tiene si se detecta a tiempo. “Muchísimas personas se quedan en tierra con tal de no subirse a un avión. Para nosotros es un gran objetivo cuando logramos que alguien pueda subirse a ese ascensor o hacerse ese estudio médico que tanto evitaba”.