La cirugía íntima femenina crece como opción de bienestar físico y emocional, impulsada por avances médicos y cambios culturales (Imagen Ilustrativa Infobae)

En los últimos años, el acceso a procedimientos de cirugías íntimas femeninas está mostrando un nuevo enfoque en el que las mujeres abordan su salud, bienestar y sexualidad. Sea la labioplastia o el rejuvenecimiento vaginal, a veces acompañado en el mismo procedimiento médico con cirugías mamarias, refleja un cambio y esto se apoya en cifras globales y nacionales.

El acceso a estas cirugías requiere siempre la consulta previa con un ginecólogo, quien evalúa tanto los aspectos médicos como las motivaciones personales de cada paciente. Las razones que llevan a las mujeres a solicitar estos procedimientos incluyen la búsqueda de armonía corporal, la resolución de molestias físicas, el deseo de mejorar la función sexual y el impacto positivo en el bienestar emocional.

De acuerdo con el informe 2024 de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), durante el último año se realizaron 210.633 labioplastias y 75.719 rejuvenecimientos vaginales quirúrgicos en todo el mundo. Al sumar otros procedimientos de cirugía genital externa, el total global asciende a 373.531 intervenciones íntimas femeninas.

En Argentina, la tendencia sigue la misma línea: de las 209.760 cirugías plásticas practicadas en el país, 4.013 correspondieron a procedimientos íntimos femeninos, entre los que se cuentan 2.554 labioplastias, 912 rejuvenecimientos vaginales quirúrgicos y 547 cirugías de otros tipos en genitales externos. Estas cifras muestran que cerca de una de cada 52 cirugías plásticas en el país se relaciona con la estética genital femenina, una proporción que ha ido en aumento durante la última década.

El abordaje integral y la formación profesional son claves para garantizar resultados seguros y satisfactorios en cirugía íntima femenina (Freepik)

Perfil de las pacientes y motivaciones

El perfil de las pacientes que recurren a estas intervenciones es diverso, aunque predominan las mujeres de entre 18 y 55 años. A nivel mundial, el 48,4% de las cirugías genitales externas corresponde a mujeres de 18 a 34 años, mientras que el 40,5% involucra al grupo de 35 a 50 años. En Argentina, la franja más representativa se sitúa entre los 25 y 55 años, según los especialistas consultados por Infobae. Este cambio generacional se traduce en una mayor disposición a consultar por motivos estéticos y funcionales, impulsada por el acceso a la información y una apertura creciente sobre temas de sexualidad y bienestar.

Una de las características más notorias de esta tendencia es la combinación de cirugías mamarias e íntimas en una sola intervención, reveló el cirujano plástico Juan Manuel Seren, en diálogo con Infobae. El aumento mamario se mantiene como la cirugía estética más solicitada en Argentina, con 28.819 procedimientos anuales, seguido por el levantamiento de mamas (11.309) y la reducción mamaria (9.029), lo que suma 59.371 cirugías mamarias y representa el 28,3% del total de intervenciones estéticas en el país.

El doctor Seren explicó que “los combos de ‘mama y vulva’ son comunes”, ya que la cirugía mamaria se considera el procedimiento principal y el rejuvenecimiento vulvar se añade como una intervención menor, aprovechando la anestesia y reduciendo riesgos y tiempos de recuperación. Según el especialista, esta estrategia permite una armonización corporal integral y una recuperación conjunta.

Los procedimientos más solicitados incluyen labioplastia, relleno de labios mayores e inyecciones en el punto G para mejorar la satisfacción sexual (Europa Press)

Factores médicos y sociales

Las motivaciones que llevan a las mujeres a optar por la cirugía íntima son variadas y van más allá de la búsqueda de una mejora estética. Factores como la incomodidad física, el impacto psicológico, la autoestima y la funcionalidad sexual juegan un papel central.

La menopausia, el envejecimiento y los cambios hormonales también influyen en la decisión de someterse a estos procedimientos. La Dra. Cintia Carames, especialista en ginecología regenerativa, funcional y estética, explicó a Infobae que “la baja de hormonas predispone a cambios en el aparato genital que no podemos dejar de evaluar”, y advirtió que la edad media de la menopausia, situada en los cincuenta años, implica que las mujeres pasan cerca del 40% de su vida en esta etapa. La especialista subrayó la importancia de validar la incomodidad de las pacientes y de explicar que “no hay una vulva anormal, hay muchas variaciones de los genitales”, y que la vulva normal es la que la paciente desea tener.

De acuerdo con el doctor Seren, entre los procedimientos más demandados se encuentran la reducción de los labios menores, el relleno de los labios mayores con ácido hialurónico y las inyecciones en el punto G para mejorar la hidratación y la sensibilidad sexual. La reducción de los labios menores suele indicarse cuando su longitud o forma causa molestias o dolor durante las relaciones sexuales, mientras que el relleno de los labios mayores busca restaurar el volumen perdido por la edad o la menopausia. Las inyecciones en el punto G, por su parte, se aplican con anestesia local y pueden realizarse en pocos minutos, con el objetivo de potenciar la satisfacción sexual.

Según Seren, estos procedimientos son “simples, rápidos y muy bien tolerados por las pacientes”. Una labioplastia puede requerir apenas diez minutos, y la recuperación suele ser breve, con la posibilidad de retomar la vida normal en una o dos semanas. El especialista comparó la recuperación con la de una episiotomía o un desgarro vaginal posparto y destacó la capacidad regenerativa y la elasticidad de los tejidos vulvares y vaginales. Además, el mismo experto dijo que, a diferencia de otras cirugías estéticas, los resultados en la cirugía vulvar suelen superar claramente la condición previa de la paciente.

Factores como la menopausia, el envejecimiento y la autoestima influyen en la decisión de someterse a cirugía íntima femenina (Fidel Clinic)

Abordaje integral y rol profesional

El abordaje integral de la cirugía íntima femenina implica considerar tanto los aspectos anatómicos y funcionales como la esfera sexual y psicológica. Carames enfatizó la necesidad de que los profesionales cuenten con formación específica en anatomía, histología y sexualidad para realizar estos procedimientos, y remarcó la importancia de la derivación profesional: “Estas cirugías puede realizarlas un ginecólogo, un cirujano plástico, pueden realizarlas cualquier médico, pero tiene que especializarse en este tipo de procedimientos”, señaló.

La doctora Carames, integrante del Servicio de Ginecología del Hospital Argerich, destacó qué ocurre con estas intervenciones en las instituciones de salud pública. “Estas intervenciones se podrían hacer en el ámbito hospitalario. Lo que sucede es que la demanda de otro tipo de cirugías hace que estas situaciones se posterguen, no por restarles importancia, sino porque otras cirugías tienen prioridad”, explicó.

En ese contexto, señaló, existe un aumento sostenido en la cantidad de consultas, lo que refleja una mayor apertura y confianza de las pacientes hacia el sistema de salud: “Las pacientes consultan cada vez más por estas cuestiones y eso indica que encuentran un lugar seguro y propicio para buscar ayuda. Muchas veces se resignan aspectos importantes de su vida por no tener la confianza o el vínculo para consultar”, manifestó.

La especialista valoró este crecimiento en la búsqueda de atención médica: “Contar con un aumento en las consultas habla de que estamos haciendo bien las cosas y de que las mujeres hallan el espacio adecuado para abordar estos temas”.

La combinación de cirugías mamarias e íntimas en una sola intervención es una tendencia en aumento en Argentina (Freepik)

Sobre el funcionamiento del sistema público, Carames explicó que “en el hospital tenemos una sección de ginecología reparativa, pero para atenderse allí primero deben pasar por el consultorio de patología vulvar. Los turnos se gestionan centralizadamente a través del 147”.

En tanto, el doctor Jorge Pardo, coordinador médico del Grupo Naitre, relató su experiencia a Infobae. En los últimos diez años, dijo, se ha registrado un aumento marcado en las consultas para este tipo de intervenciones, especialmente entre mujeres jóvenes que, además de motivos patológicos como prolapso o lesiones posparto, se animan a consultar por razones estéticas. El especialista destacó que condiciones como los “labios en alas de mariposa”, donde el crecimiento del tejido del labio mayor genera dolor durante las relaciones sexuales, o las secuelas de la episiotomía tras el parto, pueden motivar la búsqueda de soluciones quirúrgicas.

El contexto social y cultural también ha evolucionado. La mayor apertura al diálogo sobre sexualidad y bienestar, especialmente entre las generaciones más jóvenes, ha contribuido a que más mujeres se animen a consultar y a buscar soluciones para mejorar su calidad de vida. Pardo observó que la comunicación sobre estos temas requiere sensibilidad y que, aunque la recomendación suele surgir de mujer a mujer, la consulta inicial debe realizarse con el ginecólogo de cabecera, quien podrá derivar a la paciente a un especialista en cirugía reconstructiva de vulva.

La cirugía íntima femenina se consolida como una herramienta que permite a las mujeres recuperar la comodidad física, fortalecer la confianza personal y potenciar la satisfacción sexual.