
Cuando las personas sanas donan uno de sus riñones para trasplante, ofrecen a otros una oportunidad muy importante para empezar de nuevo la vida.
Para quienes necesitan un trasplante, recibir el órgano de un donante vivo puede mejorar de manera significativa la calidad y la expectativa de vida, ya que reduce la necesidad de diálisis o incluso la evita si la operación es temprana. La disponibilidad de un donante vivo acorta los tiempos de espera, permite una mejor compatibilidad en muchos casos y facilita programar el procedimiento en el momento más adecuado para donante y receptor.
En esta nota, los expertos de Mayo Clinic ayudan a desmitificar algunos de los mitos más comunes sobre la donación de riñón en vida.
“Para personas con insuficiencia renal, recibir un riñón de un donante vivo es la mejor opción que existe. Cuando las personas sanas donan un riñón, le dan a alguien una segunda oportunidad. Esto facilita que los pacientes que necesitan un trasplante de riñón reciban el órgano más rápido y lleven una vida más saludable,” dice la doctora Carrie Jadlowiec, cirujana de trasplante en Mayo Clinic en Phoenix.
Mito 1 – Los donantes de riñón vivos deben estar en perfectas condiciones de salud

Aunque es importante que los donantes de riñón tengan buena salud, no se espera que estén en perfectas condiciones. Por ejemplo, algunos donantes potenciales con presión arterial alta controlada o con diabetes tipo 2 pueden ser elegibles para convertirse en donantes.
Todos los posibles donantes deben tener al menos 18 años y someterse a una rigurosa evaluación médica y psicológica para asegurarse de que son buenos candidatos para la donación. En Mayo Clinic, estas evaluaciones se pueden hacer en un solo día.
Mito 2 – Cualquier persona de más de 50 años no puede ser donante vivo
Muchas personas de más de 50 años son donantes vivos. “Aceptamos donantes a partir de los 18 años. No hay un límite de edad máximo para que alguien sea donante de riñón. Realizamos una evaluación completa de todos los posibles donantes, independientemente de su edad, para asegurarnos de que sean candidatos adecuados” explica el doctor Ty Diwan, cirujano de trasplante en Mayo Clinic en Rochester.

Mito 3 – Es necesario ser pariente de alguien para ser compatible
Cualquiera puede ser un donante de riñón vivo. Usted puede optar por donar un riñón a un pariente, amigo, conocido o de forma anónima a alguien que esté en la lista de espera.
En algunos casos, un donante potencial que desea donar un riñón a un familiar o amigo puede no ser la mejor opción para ese receptor. En estas situaciones, la donación pareada se tiene en cuenta. Los donantes y receptores se combinan con otros donantes y receptores, creando lo que se conoce como cadena renal.
Las personas sin un receptor específico en mente también pueden optar por donar a un desconocido a través de la donación no dirigida.
Mito 4 – Los donantes de riñón no podrán llevar un estilo de vida activo después de la donación

En la mayoría de los casos, los donantes de riñón pueden regresar a sus actividades normales de cuatro a seis semanas después de la cirugía. La mayoría de los donantes se someten a un procedimiento laparoscópico, que implica realizar algunas incisiones pequeñas en lugar de una más grande. En algunos casos, la cirugía robótica mínimamente invasiva también es una opción.
Ambos tipos de cirugía reducen el tiempo de recuperación. Muchos donantes vuelven a sus pasatiempos previos a la donación, como correr, andar en bicicleta y nadar. Al igual que con cualquier cirugía, existen riesgos y es importante que los posibles donantes los discutan con su equipo de atención médica.
Después de la donación, la vida cotidiana del donante no presenta grandes diferencias. Estudios realizados en donantes de distintas etnias no reflejan una disminución en la esperanza de vida.
No es necesario adoptar una dieta especial tras la intervención, aunque se recomienda mantener hábitos saludables y cuidar el riñón restante, en especial durante la práctica de deportes de contacto.
Mito 5 – Donar un riñón reduce su esperanza de vida
Varios estudios han demostrado que donar un riñón no reduce la esperanza de vida. En realidad, los donantes de riñón tienden a vivir más tiempo que la población general.
“Los donantes de riñón se someten a un examen riguroso antes de la donación, y los aceptados como donantes generalmente son más saludables que la población general, inicialmente. Estas personas a menudo continúan adoptando estilos de vida saludables después de la donación, lo que puede llevarlas a una mayor esperanza de vida,” afirma la doctora Shennen Mao, cirujana de trasplante en Mayo Clinic en Jacksonville, Florida.
*Este contenido fue producido por expertos de Mayo Clinic en exclusiva para Infobae