El envejecimiento de la población en América Latina avanza a un ritmo acelerado. Actualmente, el 13% de los habitantes supera los 60 años, y se espera que esta cifra alcance el 30% en 2060.
Este cambio pone en el centro del debate a la salud cerebral de los adultos mayores, especialmente ante el aumento de casos de deterioro cognitivo y demencia.
Un nuevo consenso de expertos de México, Brasil, Colombia, Argentina y Chile, que fue publicado en la revista Nutrients, postuló la importancia de las vitaminas y minerales en la alimentación para ayudar a retrasar el envejecimiento del cerebro.
Una de las voces principales de este consenso es Mónica Katz, médica nutricionista, directora de cursos de posgrado en nutrición y obesidad de la Universidad Favaloro de Argentina.
En diálogo con Infobae, Katz afirmó: “El deterioro cognitivo es un problema de salud pública creciente en América Latina. Está siendo impulsado por el envejecimiento rápido y las deficiencias generalizadas de micronutrientes, especialmente de las vitaminas C, D, B, E y los minerales como el hierro, el zinc, el magnesio, el cromo y el selenio”.
Aclaró que con una dieta adecuada se puede para cubrir los niveles necesarios de nutrientes, “pero por múltiples razones sociales y culturales esto no ocurre en la región de América Latina”.
La médica recordó que el hambre oculto es uno de los desafíos sanitarios más prevalentes a nivel global. “El punto es que las deficiencias generan un deterioro cognitivo precoz en el adulto mayor. Pero se trata de un desorden prevenible”, enfatizó.
El consenso fue desarrollado por un panel de nueve expertos, que son nutricionistas, geriatras y neurólogos. Revisaron la mejor evidencia disponible y debatieron en varias sesiones virtuales. Luego sintetizaron sus recomendaciones.
El impacto de implementar estas recomendaciones puede resultar doble: por un lado, permite a los sistemas de salud tomar decisiones específicas y, por el otro, ofrece a las familias una oportunidad concreta para ayudar a los adultos mayores a mantener su autonomía.
“Es una estrategia sencilla. Además este trabajo permite comunicar tanto la importancia de la alimentación saludable completa y variada como la posibilidad simple de complementarla con suplementos para alcanzar un envejecimiento subpatogénico”, sostuvo Katz. Hoy la población de adulto mayor es el grupo etario de mayor crecimiento”.
El panel recomienda los suplementos multivitamínicos y minerales con vitaminas B, C, D, E, zinc, magnesio y selenio.
Estas sustancias resultan necesarias para el funcionamiento de las neuronas, la memoria y la atención. Cuando hay deficiencia de estos nutrientes, el cerebro pierde capacidad para recordar, comprender y aprender cosas nuevas.
Los expertos tuvieron en cuenta los resultados del estudio COSMOS-Mind, que mostró que la suplementación diaria puede prevenir algunos signos del deterioro cognitivo. Se publicó el año pasado en la revista The American Journal of Clinical Nutrition.
Los suplementos pueden ayudar a cubrir las carencias y su efecto se compara con retrasar el envejecimiento cerebral dos años.
La dieta ideal, como la dieta MIND, que combina alimentos comunes en el Mediterráneo y otros del patrón DASH, es difícil de alcanzar en la región por el precio y la disponibilidad de frutas, pescados o aceites de buena calidad, consideraron los especialistas.
Los suplementos -remarcaron- no reemplazan la alimentación, sino que actúan como complemento.
“Si bien una dieta equilibrada sigue siendo esencial, los suplementos pueden recomendarse como estrategia complementaria para cubrir las carencias nutricionales”, señalaron en el artículo publicado en Nutrients.
El consenso aclara que los suplementos multivitamínicos y minerales tienen un buen perfil de seguridad y se pueden consumir de manera regular, siempre bajo las indicaciones profesionales y en dosis apropiadas.
La estrategia resulta especialmente útil para quienes detectan deficiencias, no pueden variar la dieta o viven en ambientes con escaso acceso a los nutrientes necesarios.
El consenso reconoce que la evidencia sobre el impacto de los suplementos en la población general aún es limitada, y que la mayoría de los beneficios se observan en personas con carencias nutricionales.
Además, la falta de datos nacionales específicos sobre el estado nutricional de los mayores y la ausencia de guías clínicas adaptadas a la región dificultan la implementación de estrategias efectivas.
Aunque reconocen las limitaciones del trabajo, los expertos aportaron estas recomendaciones:
- Es importante revisar cómo se está alimentando cada persona mayor para ver si le faltan vitaminas o minerales.
- Si los adultos mayores no logran comer bien o les faltan nutrientes, pueden usar suplementos, pero siempre como ayuda y no para reemplazar la comida sana.
- Los suplementos solo sirven si la persona realmente tiene problemas para conseguir todos los nutrientes con la comida.
- Hay ciertas vitaminas y minerales que son clave para el cerebro, como la B, C, D, E, zinc, magnesio y selenio.
Además, señalaron que los médicos y las familias tienen que aprender por qué es tan importante comer sano y cuándo los suplementos pueden hacer falta.
Los países pueden crear programas para asegurar que los adultos mayores vulnerables reciban los nutrientes que necesitan. Advirtieron que usar suplementos en exceso puede ser peligroso, por eso hay que seguir las dosis recomendadas por los especialistas.