las zonas cerebrales donde el medicamento tolcapone provocó, en comparación con el placebo, una mayor actividad (en rojo) y una menor actividad (en azul) durante el ejercicio dirigido a evaluar la capacidad de regular acciones impulsivas (Journal Pre-proof)

Un equipo de la Universidad de Colorado encontró una posible manera de ayudar a las personas que luchan con el consumo excesivo de alcohol usando un medicamento que mejora el autocontrol en el cerebro. El fármaco, llamado tolcapone, ya se utiliza para tratar el Parkinson, pero ahora se investiga por su impacto en la capacidad de las personas para decidir dejar de beber, según lo publicado en la revista Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging.

Hoy en día, las medicinas para la adicción al alcohol ayudan principalmente a disminuir las ganas de beber o a controlar los malestares de la abstinencia. Sin embargo, su efectividad suele ser baja. Los especialistas resaltan la necesidad de explorar nuevos caminos.

“Necesitamos urgentemente nuevos tratamientos farmacológicos para el AUD. Nuestro estudio desplaza el foco hacia el ‘rescate’ del control inhibitorio deteriorado, es decir, la capacidad cerebral de detener pensamientos o acciones no deseadas, una función frecuentemente comprometida en quienes padecen AUD”, explicó Joseph P. Schacht, Ph.D., uno de los autores.

El estudio comparó a 64 personas con diagnóstico de consumo excesivo de alcohol, quienes recibieron el fármaco o un placebo durante ocho días (Journal Pre-proof)

¿Qué es el autocontrol en el cerebro y cómo puede ayudar?

En las personas con adicción al alcohol, la región del cerebro encargada del autocontrol (la corteza prefrontal) funciona mal. Allí es clave una sustancia llamada dopamina, que influye en la motivación y en cómo se toman decisiones. Si la dopamina no circula bien en esa zona, resulta más difícil decir “no” a un trago.

El medicamento actúa aumentando la cantidad de dopamina que llega a esa región, lo que podría mejorar la capacidad de autocontrol.

En la investigación participaron 64 personas diagnosticadas con adicción al alcohol que no buscaban tratamiento. Se dividieron al azar en dos grupos: uno recibió el mencionado fármaco y el otro un placebo (una pastilla sin efecto real) durante ocho días.

Para medir los efectos, los participantes hicieron una prueba sencilla: frente a una pantalla, debían presionar un botón cuando veían un círculo, pero si aparecía una X encima, tenían que detenerse. Este ejercicio permite observar qué tan bien pueden controlar sus impulsos.

Mientras hacían esta tarea, se registró la actividad de su cerebro usando una resonancia magnética funcional (fMRI).

Según los autores, una mayor actividad en el giro frontal inferior y la corteza prefrontal dorsolateral se vinculó con mejores resultados en el autocontrol - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Qué cambios se vieron en el cerebro y en el comportamiento

Los resultados mostraron que con el fármaco activó de forma más intensa zonas del cerebro responsables de frenar los impulsos, especialmente el giro frontal inferior y la corteza prefrontal dorsolateral. Según los autores: “El grupo tratado con tolcapone demostró mayor activación en el contraste [de detención exitosa vs. fallida] en la corteza prefrontal dorsolateral derecha y el giro frontal inferior derecho”.

Esta mayor actividad cerebral se tradujo en hechos concretos: quienes tomaron la medicación mejoraron su capacidad de autocontrol y, además, bebieron menos alcohol durante el período del estudio. El análisis confirmó que a más activación de esas zonas, mayor fue el descenso en la cantidad diaria de alcohol consumida.

Uno de los investigadores principales, Drew E. Winters, Ph.D., señaló: “El incremento en la activación de iFG [giro frontal inferior] estuvo asociado solamente en el grupo tratado con tolcapone tanto a una menor SSRT [mejor autocontrol] como a una reducción en el consumo de alcohol durante el periodo de toma de medicación”.

La dopamina cumple un papel esencial en la capacidad de tomar decisiones y resistir impulsos, proceso que puede verse afectado en quienes sufren AUD (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las conexiones entre partes del cerebro

Otro hallazgo fue que se mejoró la conexión entre áreas cerebrales clave para el autocontrol y la toma de decisiones, como la ínsula y la corteza cingulada anterior. Una mejor comunicación entre estas zonas también se relacionó, según el informe, con un menor consumo de alcohol y con respuesta más rápida en la prueba de autocontrol.

El artículo cita que “el incremento en la conectividad de iFG con la ínsula derecha se asoció con una reducción en la SSRT y en el consumo de alcohol, solo en el grupo que recibió tolcapone”.

La investigación muestra que reforzar el autocontrol desde el cerebro podría ser una nueva forma de ayudar a quienes sufren adicción al alcohol. Aumentar la dopamina en áreas muy concretas del cerebro, como se logra con este fármaco, aparece como una opción que merece más estudios para confirmar su eficacia y seguridad.