El cáncer de próstata supera una tasa de curación del noventa por ciento cuando se detecta temprano, por eso los especialistas destacan la importancia de los controles (freepik)

El cáncer de próstata continúa como uno de los principales desafíos oncológicos globales. Los datos muestran que cada día más de diez hombres mueren en Argentina por esta enfermedad, a pesar de que, si se detecta en estadios tempranos, presenta una tasa de curación superior al 90%.

Una de las nuevas formas de abordarlo en ese estadio con éxito es la terapia focal TMA al país marca un cambio profundo en la manera de abordar el cáncer de próstata localizado.

Con tecnología de microondas y control ecográfico en tiempo real, esta alternativa permite destruir tumores sin extirpar la glándula completa y sin comprometer la continencia ni la función sexual.

La técnica TMA utiliza microondas para eliminar tumores prostáticos de manera precisa, preserva la función urinaria y sexual y se realiza en forma ambulatoria (EuropaPress)

La experiencia reciente presentada en UROVIVO 2025, que se desarrolló esta semana en el Hospital de Clínicas, José de San Martín, muestra que la innovación ya dejó de ser promesa y se convirtió en una opción real para pacientes seleccionados. El encuentro reunió a especialistas de diferentes países que operaron en vivo, intercambiaron experiencias y mostraron técnicas que transformaron la práctica urológica en los últimos años.

Entre esas innovaciones tomó protagonismo la técnica TMA, una modalidad de terapia focal que utiliza microondas para destruir únicamente el área tumoral sin dañar el resto de la glándula. La participación del doctor Julien Anract, del Hôpitaux Cochin de París, aportó el componente que convirtió esta edición en un punto de quiebre: la posibilidad real de incorporar y estandarizar un procedimiento que ya demostró eficacia en Europa y que comenzó a aplicarse en Argentina hace un año.

El problema de este cáncer radica en que los tumores no siempre generan síntomas iniciales claros y los controles suelen demorarse. Los especialistas recuerdan que la enfermedad se origina “cuando las células de la próstata comienzan a crecer fuera de control. La próstata es una glándula que sólo tienen los hombres. Esta glándula produce parte del líquido que conforma el semen”.

Células en el cáncer de próstata
(IMPERIAL COLLEGE LONDON)

Esa definición básica revela por qué cualquier intervención sobre el órgano requiere cuidados precisos: se trata de una estructura pequeña, estrechamente vinculada con la continencia urinaria y la función sexual, dos aspectos clave de la calidad de vida masculina.

Los signos tempranos son difusos. Un chorro de orina más débil o la necesidad de orinar con mayor frecuencia pueden ser señales iniciales. Para confirmarlo se utilizan análisis de sangre que miden el PSA, exámenes físicos y, si corresponde, una biopsia.

En los últimos años se incorporaron herramientas que redefinieron el diagnóstico: la resonancia magnética multiparamétrica, los biomarcadores, el PET PSMA y la caracterización genética del tumor. Ese salto tecnológico permitió identificar con mayor precisión la ubicación, agresividad y extensión de la lesión. En ese escenario surgió un interrogante fundamental: ¿es necesario tratar toda la próstata cuando el tumor ocupa solo un sector bien delimitado? La respuesta derivó en técnicas focales como la TMA.


El cáncer de próstata se origina cuando las células crecen fuera de control, puede avanzar sin síntomas iniciales y requiere estudios específicos para su detección (NIH)

La revolución de la focalización

En su presentación durante UROVIVO 2025, el doctor Anract explicó que la terapia focal se consolidó como una alternativa segura y efectiva para hombres con tumores pequeños, visibles por resonancia multiparamétrica y localizados en un área precisa.

La terapia focal es una alternativa terapéutica para el tratamiento focalizado del cáncer de próstata en tumores pequeños que están ubicados en un área específica de la próstata. Es un tratamiento seguro y eficaz para ofrecerle aquellos pacientes que reúnen las condiciones para que esta técnica sea efectiva”, afirmó. La técnica TMA, ideada en 2016, fue un punto de inflexión en ese enfoque porque utiliza microondas para producir una ablación controlada de la zona afectada.

A diferencia de la cirugía radical, que remueve toda la glándula junto con las estructuras vecinas, la TMA se concentra exclusivamente en el área tumoral. Esa precisión es posible gracias al uso de imágenes en tiempo real.

La terapia focal destruye únicamente el área afectada de la próstata, evita el daño del tejido sano y ofrece una alternativa menos invasiva para pacientes seleccionados (Medline Plus)

Anract lo explicó del siguiente modo: “Para realizar una terapia focal, se utilizan imágenes en tiempo real obtenidas por medio de un ecógrafo para guiar al especialista a en realizar un tratamiento exclusivamente en el área prostática comprometida por el tumor y preservar el resto de la próstata”.

Esa frase condensa la esencia del enfoque: tratar sin destruir más de lo necesario.

El doctor Norberto Bernardo, jefe de la División Urología del Hospital de Clínicas y presidente del encuentro, detalló que la TMA brinda beneficios concretos: elimina solo la zona tumoral, preserva la función urinaria, conserva la función sexual y se realiza en forma ambulatoria bajo sedación. La cirugía dura alrededor de una hora.

La técnica TMA fue ideada en 2016 y ya demostró eficacia en Europa, ahora forma parte de las opciones terapéuticas disponibles en centros argentinos (NIH)

Anract precisó que “es un tratamiento muy poco invasivo, que dura aproximadamente 1 hora y se realiza en un ámbito quirúrgico, en donde el paciente estará dormido y luego permanecerá internado entre 2 y 4 horas aproximadamente“.

Ese tiempo reducido contrasta con los procedimientos tradicionales. La cirugía radical, por ejemplo, demanda internación, genera una mayor interrupción de la vida cotidiana y puede provocar efectos secundarios duraderos.

En cambio, la TMA se orienta a una recuperación mucho más rápida, con mínimas alteraciones de la vida diaria.

Por qué la TMA marca un antes y un después

Los avances como la resonancia multiparamétrica y el PET PSMA permiten localizar tumores con mayor exactitud, lo que posibilita tratamientos más personalizados (Foto: EsSalud)

La pregunta clave es qué cambia realmente con esta técnica. En términos médicos, ofrece la posibilidad de tratar el cáncer sin asumir los riesgos asociados a la radiación o los procedimientos más invasivos. Pero desde una perspectiva social representa aún más: una oportunidad para que cada vez más hombres acepten controles tempranos al saber que existen alternativas de tratamiento menos disruptivas.

Los especialistas de Mayo Clinic explican que muchos cánceres de próstata “crecen lentamente y permanecen limitados a la glándula prostática, en donde pueden no causar daño grave.

Pero, si bien algunos tipos crecen lentamente y pueden necesitar un tratamiento mínimo o no necesitar ningún tratamiento, otros son agresivos y se pueden diseminar con rapidez”. La posibilidad de diferenciar esos tumores mediante estudios avanzados abrió la puerta a decisiones médicas más personalizadas.

Las células T reguladoras (células teñidas de marrón) se observan en el cáncer de próstata, pero no en la próstata normal. CRÉDITO Shingo Maeda, Universidad de Tokio

Las causas exactas de la enfermedad son desconocidas. Desde MedlinePlus, la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, señalan que “ocurre cuando hay cambios en el material genético (ADN): en ocasiones, estos cambios se heredan, lo que significa que se nace con ellos.

También hay ciertos cambios genéticos que ocurren durante la vida que pueden aumentar el riesgo, pero a menudo se desconoce su causa exacta”. Ese carácter imprevisible refuerza la necesidad de controles regulares, aun en ausencia de síntomas.

Las opciones terapéuticas tradicionales incluyen vigilancia activa, radioterapia, cirugía radical y terapias sistémicas.

Los expertos de Mayo Clinic remarcan que “las opciones de tratamiento para el cáncer de próstata dependen de varios factores, como la rapidez con que crece el cáncer, cuánto se diseminó y la salud en general, así como los posibles beneficios o posibles efectos secundarios del tratamiento”. La TMA se suma como una alternativa intermedia: ni vigilancia pasiva ni tratamiento agresivo.

La terapia focal guiada por ecografía en tiempo real facilita intervenir solo el área comprometedora del tumor, lo que reduce riesgos y agiliza la recuperación del paciente (Freepik)

El doctor Bernardo aclaró que no todos los pacientes califican para esta modalidad. Para hacerlo, el tumor debe estar localizado, comprobado por biopsia y bien delimitado por resonancia. Esa selección cuidadosa es crucial para asegurar los resultados. Luego del procedimiento, el seguimiento incluye resonancias, controles de PSA y exámenes físicos periódicos. Esa vigilancia permite confirmar que la ablación cumplió su objetivo y detectar variaciones a tiempo.

La presentación de Anract y Bernardo durante UROVIVO 2025 reflejó también un cambio cultural dentro de la urología argentina. La incorporación de la TMA no solo implica adoptar una nueva tecnología, sino transformar el modo en que se piensa el tratamiento del cáncer de próstata. En lugar de intervenir toda la glándula, ahora es posible actuar con precisión milimétrica. Ese paso se traduce en menor impacto emocional, menos efectos secundarios y mejores niveles de bienestar a largo plazo.

En un contexto donde el cáncer de próstata continúa como una de las principales causas de muerte oncológica masculina, disponer de una herramienta que destruye tumores sin comprometer las funciones esenciales del cuerpo representa un avance significativo. La experiencia europea muestra que los resultados sostienen la seguridad del método.

Un control anual a partir de los 50, o de los 40 si hay antecedentes familiares, es clave para evitar complicaciones graves - crédito Freepik

La implementación local abre la posibilidad de que un número creciente de pacientes reciba esta alternativa con estándares equiparables a los de los principales centros internacionales.

La llegada de la TMA muestra que la medicina avanza no solo hacia tratamientos más efectivos, sino también hacia intervenciones más humanas.

Con precisión, acompañamiento y seguimiento estructurado, los especialistas buscan no solo curar el cáncer, sino preservar la vida tal como cada paciente la vivía antes del diagnóstico. Ese es, en definitiva, el verdadero sentido del progreso médico.