Los profesionales de la aviación con décadas de experiencia en vuelos comerciales han identificado tres categorías de alimentos y bebidas que los pasajeros deberían evitar durante sus viajes aéreos, basándose en riesgos documentados para la salud y el bienestar a bordo.
Sue Fogwell, azafata con 22 años de experiencia, y Josephine Remo, extripulante de cabina con siete años de servicio, han compartido sus recomendaciones profesionales sobre qué evitar consumir en el aire, respaldadas por evidencia científica y estudios oficiales que revelan problemas específicos del entorno aeronáutico.
El mayor riesgo, agua del grifo y bebidas preparadas con ella
El agua del grifo en los aviones constituye una de las principales preocupaciones para los profesionales de la aviación. “Nunca la he bebido”, declaró Fogwell a Travel + Leisure. “El café y el té se preparan con ese mismo suministro, que proviene de los tanques del avión”, agregó.
La preocupación de las azafatas tiene fundamento científico sólido. Un estudio de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de 2004 analizó muestras de 158 aviones y encontró que el 13 por ciento contenía bacterias coliformes, mientras que dos aeronaves presentaban niveles peligrosos de E. coli. Los tanques de agua de las aeronaves son notoriamente difíciles de mantener limpios debido a su diseño y las condiciones operativas.
Asimismo, Fogwell advierte sobre una práctica común que puede confundir a los pasajeros: “A veces, en los vuelos, se nos acababa el agua embotellada. Si ves una jarra de agua en el carrito de bebidas en clase económica, evítala: proviene del tanque de agua. Pide una lata de agua con gas o ginger ale”.
La recomendación profesional incluye evitar completamente el café y té servidos a bordo, sugiriendo en su lugar comprar café en la terminal antes del vuelo o solicitar refrescos con cafeína como Coca-Cola o Pepsi para obtener el impulso energético necesario.
Alimentos que producen gases intensifican molestias por cambios de presión
Los cambios de presión del aire durante el vuelo, aunque necesarios para mantener condiciones respirables a 9.144 metros (30.000 pies) de altitud, pueden causar molestias digestivas significativas cuando se combinan con ciertos alimentos.
Josephine Remo explica a Travel + Leisure que “en un avión, el cambio en la presión del aire puede afectar tu estómago”. Y va más allá: “Esto se aplica especialmente si viajas varias veces por semana, donde puedes empezar a sentir una gran diferencia”.
La extripulante de cabina recomienda evitar específicamente alimentos conocidos por producir gases: cebolla, col rizada, frijoles, carne roja, lentejas, gluten y brócoli. “Por esta razón, siempre evito comer alimentos que hacen que mi estómago se hinche y se expanda aún más”, señaló Remo en el sitio de turismo.
La recomendación se extiende también a las bebidas carbonatadas, que pueden provocar malestar estomacal adicional en el aire debido a la expansión de los gases bajo condiciones de presión alteradas.
Bloody Marys: el problema del exceso de sodio en altitud
A pesar de ser una bebida popular en vuelos y estar científicamente comprobado que sabe mejor en el aire, los Bloody Marys representan un riesgo específico para los viajeros aéreos debido a su alto contenido de sodio.
“Debido al contenido muy alto de sodio, siempre evito beber la mezcla Mr. & Mrs. T/bloody mary y el jugo de tomate», declaró Fogwell a Travel + Leisure.
La preocupación de la azafata veterana está respaldada por la investigación médica. Según Vital Record, el sitio web de salud de Texas A&M, ingerir demasiada sal puede causar hinchazón y deshidratación adicional. “Cuando demasiado sodio descompensa el cuerpo y los riñones, el cuerpo se deshidrata. Durante este período, el cuerpo extraerá agua de tus células”, explica la fuente médica.
El proceso de deshidratación se intensifica en el ambiente de cabina presurizada, donde los pasajeros ya enfrentan condiciones que favorecen la pérdida de líquidos corporales.
Alternativas recomendadas por profesionales de la aviación
Las azafatas experimentadas ofrecen soluciones prácticas para cada categoría de riesgo identificada. Para la hidratación, recomiendan exclusivamente agua embotellada, refrescos en lata o agua con gas enlatado, evitando cualquier bebida preparada con agua del sistema del avión.
En cuanto a la alimentación, sugieren seleccionar alimentos que no produzcan gases excesivos, optando por opciones más ligeras y fáciles de digerir durante el vuelo.
Para quienes deseen consumir bebidas alcohólicas, especialmente aquellas con alto contenido de sodio, la recomendación es alternar cada bebida alcohólica con agua para neutralizar el sodio y rehidratar las células del cuerpo.
«Beber más agua ayudará a neutralizar el sodio y rehidratar las células de todo tu cuerpo», confirma la información médica de Texas A&M.
Los profesionales de la aviación enfatizan que estas recomendaciones se basan en años de observación directa de los efectos de diferentes alimentos y bebidas en los pasajeros, combinadas con evidencia científica sobre los riesgos específicos del entorno de vuelo comercial.