Casi la mitad de los latinoamericanos enfrenta riesgo de apnea del sueño, según expertos (Freepik)

Despertar cansado y sentir somnolencia diurna sin una causa clara puede señalar más que falta de descanso.

En América Latina, casi la mitad de la población enfrenta un riesgo moderado a alto de apnea obstructiva del sueño (AOS), una condición que permanece sin diagnosticar en más del 80% de los casos, según la Fundación Argentina del Sueño.

Dos estudios recientes publicados en Nature Communications Medicine y Sleep Science and Practice revelaron un panorama preocupante sobre la apnea obstructiva del sueño (AOS) en América Latina. Ambos trabajos sitúan el foco en la elevada prevalencia, el subdiagnóstico y los retos en la detección temprana de este trastorno.

Este trastorno, que interrumpe la respiración durante el sueño, afecta la calidad de vida y pasa inadvertido por la banalización de sus síntomas, lo que retrasa el diagnóstico y aumenta la posibilidad de complicaciones severas.

Factores de riesgo y alcance regional

Ambos estudios aportan datos robustos y actualizados sobre la magnitud de la apnea del sueño en Latinoamérica. El artículo de Nature Communications Medicine analizó a miles de participantes de distintos países, utilizando el cuestionario STOP-Bang para calcular el riesgo de AOS y su distribución poblacional.

Sleep Science and Practice, por su parte, detalló las consecuencias clínicas y los obstáculos para el diagnóstico, resaltando la falta de conciencia y el acceso limitado a tecnologías diagnósticas avanzadas como la polisomnografía. Estos hallazgos confirman que la apnea del sueño es un problema de salud pública subestimado, y remarcan la necesidad de crear estrategias dirigidas a la detección y tratamiento.

El 80% de los casos de apnea del sueño en América Latina permanece sin diagnosticar (Imagen ilustrativa Infobae)

La apnea del sueño se caracteriza por pausas respiratorias de al menos diez segundos, repetidas varias veces por hora. Un estudio regional encabezado por Daniel Pérez Chada, presidente de la Fundación Argentina del Sueño, mencionó a Infobae que el 45% de los participantes en América Latina tenía un riesgo moderado a alto de desarrollar AOS.

La prevalencia es mayor en hombres mayores de 50 años y personas con sobrepeso, aunque ninguna edad o género está exento. A nivel mundial, el impacto es significativo: 936 millones de adultos padecerían alguna forma de apnea del sueño, aunque la gran mayoría ignora su diagnóstico.

El subdiagnóstico de la apnea del sueño representa un grave reto para la salud pública. En la región, la ausencia de estudios epidemiológicos y la baja visibilidad de la patología entre profesionales y población general agravan el panorama. “Cuanto mayor es la severidad de la enfermedad, mayor es el riesgo de padecer complicaciones clínicas, particularmente hipertensión arterial”, afirmó Daniel Pérez Chada a Infobae enfatizando la necesidad de mejorar la detección y el acceso al tratamiento.

Síntomas y herramientas de evaluación

Los ronquidos fuertes e irregulares son un signo frecuente en personas con apnea del sueño (Freepik)

El síntoma principal de la apnea del sueño es la somnolencia diurna, considerada una señal de alerta clave. Otros signos incluyen ronquidos fuertes e irregulares, pausas respiratorias confirmadas por terceros, despertares con sequedad bucal, necesidad frecuente de orinar durante la noche, dolor de cabeza al despertar, sueño interrumpido y dificultad para concentrarse.

Para medir la gravedad, se emplea la Escala de Somnolencia de Epworth (ESS), con la que los pacientes califican su tendencia a dormirse en actividades cotidianas. Una puntuación de uno a seis revela un sueño normal; de siete a ocho, somnolencia media, y de nueve a veinticuatro, somnolencia anormal.

Métodos diagnósticos y criterios de gravedad

El diagnóstico se confirma mediante estudios como la poligrafía ventilatoria o la polisomnografía, que arrojan el índice de apnea/hipopnea (IAH). Los resultados permiten clasificar la gravedad: leve (de cinco a quince episodios por hora), moderada (de dieciséis a treinta) o grave (más de treinta).

El cuestionario STOP-Bang, incluido en el estudio difundido por Infobae, identifica personas en riesgo en función de factores como ronquidos, hipertensión, índice de masa corporal y circunferencia del cuello (más de 43 cm en hombres y 41 cm en mujeres).

El diagnóstico temprano de la apnea del sueño mejora la calidad de vida y previene complicaciones (Freepik)

Este trastorno afecta especialmente a hombres, mayores de cincuenta años y personas con sobrepeso o antecedentes cardiovasculares. Sin embargo, las mujeres están subrepresentadas en los estudios y sufren un subdiagnóstico mayor. Los ronquidos persistentes y de alto tono, el cansancio diurno y las apneas observadas son claves para sospechar AOS.

Complicaciones y riesgos asociados

La apnea del sueño implica consecuencias que superan el simple cansancio. Aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares como hipertensión y arritmias, además de favorecer trastornos metabólicos como la diabetes tipo 2 y la obesidad. Según un reciente artículo publicado por Psycologiest, quienes padecen apnea del sueño lo desconocen, lo que favorece la evolución de complicaciones graves.

La falta de estudios epidemiológicos dificulta la detección de la apnea del sueño en la región (Freepik)

La señal más clara es la somnolencia diurna anormal, que afecta la concentración, la memoria y el estado de alerta, e incrementa el riesgo de accidentes automovilísticos y bajo desempeño laboral. Para confirmar el diagnóstico, se emplean estudios como la polisomnografía, que determina la gravedad mediante el índice de apnea/hipopnea (IAH).

Detectar la apnea del sueño a tiempo permite iniciar tratamientos efectivos y reduce el riesgo de complicaciones, mejorando la calidad de vida de quienes la padecen.

Difusión y conocimiento, claves para el cambio

Ante este contexto, los especialistas resaltan la urgencia de ampliar los estudios epidemiológicos y emplear herramientas accesibles para dimensionar el impacto real de la apnea del sueño en la región.

La información y la detección temprana son recursos decisivos para hacer frente a una condición frecuente, silenciosa y con graves repercusiones para la salud si no se reconoce a tiempo.